Ante distintas personalidades del ámbito oficial de la cultura, nacional y estatal, el especialista que fundara, en 1977, la Dirección General de Culturas Populares (DGCP), agradeció a la actual titular de esa dependencia, Alejandra Frausto, haber hecho posible el seminario titulado Las culturas populares. Conocimiento y reconocimiento, con el cual se rindió un homenaje a su trayectoria profesional y a sus aportaciones.
En su discurso, puntualizó ante los presentes, “pero ante todo, quiero agradecer a mi linda esposa, Elia, el haber empujado esa idea, fue de ella realmente esa idea: ‘¿Por qué no hacemos un foro, durante varias semanas, en varias partes del país, para repensar todo lo que significa la idea de este proyecto nacional?’”, contó que le dijo.
Sin su trabajo, esfuerzo y pasión, añadió el investigador, “no se hubiera logrado ni siquiera el comienzo de estos cuatro foros”.
Y déjenme decirles una cosa más que tiene que ver con la DGCP, continuó Stavenhagen, ya con la emoción contenida, “porque allá en los años 70, ahí es donde… conocí a…”, alcanzó a decir, antes de que un sollozo, liberara sus emociones para impedirle seguir hablando.
El público que colmó la sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda de Cuernavaca, se puso de pie a aplaudir su intervención y el modo tan personal con que, involuntariamente, selló su discurso.
Al final de su discurso, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, habló sobre lo ocurrido y consideró que “la emoción que embargó a Rodolfo al final, es porque ahí (en la DGCP) conoció a su sol: a Elia”.
Y dirigiéndose a la esposa del Doctor en Sociología por la Universidad de París y profesor emérito e investigador de El Colegio de México, le expresó:
“Eres el sol de Rodolfo, que alumbras y brillas junto a un hombre brillante y extraordinario”, manifestó.
Antes el jefe del Ejecutivo estatal habló sobre la “batalla ideológica” de Rodolfo Stavenhagen “por las ideas” y por derrumbar los conceptos arraigados que prevalecían en el país, antes del surgimiento de la DGCP, por lo que opinó que el debate que se dio en aquellos años, “contribuyó a ampliar nuestra visión” del significado de las culturas populares.
Por su parte, la directora general de Culturas Populares, Alejandra Frausto, en relación al seminario –cuya clausura tuvo lugar el pasado jueves 13 de noviembre en la ciudad de México-, señaló: “Espero que este encuentro logre evocar las voces sabias de las culturas vivas de nuestro país, que como nadie conocen el valor de lo comunitario, respetan y escuchan a los mayores, fomentan la camaradería, la generosidad y el valor de un proyecto común”.
Al encuentro-que comenzó en la capital morelense- lo consideró como “una fiesta de las culturas populares y una fiesta de la reflexión”.
Deseo un enorme éxito, finalizó, “esperamos que las conclusiones de este foro nos ayuden a trazar un rumbo; cuando se imaginó esta DGCP vivíamos un México que en mucho se parece al que estamos viviendo, pero también en mucho ha cambiado. Tenemos nuevos desafíos y esperamos estar a la altura”, enfatizó.
En tanto, la Dra. Lourdes Arizpe Schlosser, titular del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM-UNAM), dijo al comenzar: “Participo en este gran homenaje a Rodolfo Stavenhagen y a la estela de luz que está dejando con nosotros: la luz de la cultura”.
Destacó que Rodolfo Stavenhagen es inmortal, “es inmortal porque el primer homenaje que le hicimos fue en 1993, en el Congreso Internacional de Ciencias Antropológicas y Etnológicas”.
Afirmó que Stavenhagen no sólo es uno de los científicos sociales capaces de construir edificios conceptuales, “es capaz, además, de emprender el liderazgo para hacer que mucha gente, junto a él, promueva los cambios sociales correspondientes”.
Al hablar sobre la trayectoria del antropólogo, indicó que también promovió las culturas populares: “reunió un grupo de antropólogos, escritores y poetas, tan plural como excéntrico. La intención de todos nosotros fue colocar lo excéntrico en el centro de la atención, lo excluido, lo incomprendido y así, enriquecer a todos”.
Por último, planteó que las discusiones entre los participantes de aquel grupo fue un auténtico “festín prolongado de ideas” y expresó, al final, que “todos queremos que la cultura esté en el centro de la atención”.