Un matrimonio perdurable es una labor que lleva toda la vida. De los elementos más importantes para que una relación de pareja se sostenga a través del tiempo es que “el amor se mantenga vivo”, ambas partes crezcan y maduren en su capacidad de amar, se comprenda que es un compromiso que no se puede abandonar por capricho, por intolerancia o por las dificultades inevitables de la vida.
Todos cambiamos. Hay quienes dicen “es que él o ella ya no es como antes cuando lo(a) conocí”. Eso es normal e incluso la chispa romántica y la emoción inicial del enamoramiento apasionado no se mantiene toda la vida. Aunque por periodos puede reaparecer. La vida cotidiana puede ahogar las relaciones más estrechas y los problemas distanciarnos, pues enfrentándolos o no es como manifestamos lo que realmente somos. Hay parejas que no se conocían hasta que enfrentaron una crisis y supieron cómo respondería el otro cuando las cosas se pusieran difíciles. Allí es cuando realmente se prueba la solidez de una relación. Y sobre todo la decisión de mantener un compromiso “en las buenas y en las malas” y con la fe que siempre será una relación que vale la pena.
Por supuesto que hay varios consejos para mantener vivo el amor, que es lo que posibilita una relación perdurable, pero también es importante que cada uno comprenda que es menester trabajar con uno mismo, con nuestro egoísmo, con nuestra inmadurez para amar, con las razones inconscientes por las que elegimos esa pareja en particular para así reconocer que estamos con la persona que podemos crecer y superar nuestros dolores del pasado si sabemos enfocar nuestra participación en lo que sucede y evitamos culpar a la otra parte de lo que sale mal. El hecho es que la relación posibilita el que crezcamos juntos y aprendamos cualidades de carácter a través de las dificultades para mantenernos unidos a la otra persona a pesar de su carácter, de las diferencias de forma de ser y de pensar, a pesar de los problemas, a pesar de los defectos, a pesar de la rutina y falta de novedad, a pesar de que se vuelva cotidiana y no estemos llenos de ansiedad y emoción, etc.
Los consejos para mantener vivo el amor se basan en lo que somos, pues cómo somos es lo que podemos dar. Si soy egoísta quizá no pueda practicar el “poner a mi pareja por encima de mí y de mis cosas” que es uno de los consejos más importantes de una relación. El hecho de “sólo tener ojos para nuestra pareja” y no seguir como solteros, buscando no sé qué afuera.
Otro consejo implica ser capaz de reconocer y apreciar a la otra persona y expresárselo, es decir, hacerla sentir feliz al halagarla. Otra recomendación es compartir el mayor tiempo posible, tal como dice aquel pensamiento de El principito de Saint-Exupéry de que “lo que hace importante a tu rosa es el tiempo que le dedicas,” que sólo “conoces algo hasta que lo domesticas” y hasta entonces tendrás necesidad de eso. En el cuento “domesticar” significa crear lazos y no como peyorativamente podríamos entenderlo. Que es estar bajo el mismo “domo” (techo) formando una unidad.
Y en verdad olvidamos que lo que realmente hace que ames a una persona es disfrutar de ella y crear una relación donde el otro es parte de mí, ya nada más importa. Eso es el amor. Pero queremos consejos como si fuera tan difícil mantener una relación y lo es si no amamos. Necesitamos despojarnos de nuestro egoísmo y también de esa falta de responsabilidad para con nuestras relaciones, pues éstas son resultado de lo que ponemos en ellas.
Una relación matrimonial perdurable implica que nos hacemos responsable de ésta y de lo que invertimos en nuestra pareja, de tenerle fe, respeto, cuidado y encontrar siempre el modo de hacerla sentir amada, aún en medio de los problemas. Cuando decidimos seguir, a pesar de las dificultades estamos también tratando con nosotros, con nuestra intolerancia, con nuestros caprichos, con nuestra falta de reciprocidad y el que estemos dispuestos a ceder, a dedicar tiempo, a dar, a construir un proyecto en común, a amar.
Amar verdaderamente y con madurez implica ser capaz de aceptar crear lazos con alguien, poner a ese alguien en lugar prioritario, abrir el corazón y compartir lo más hondo de nuestro ser, tener fe en el futuro y no dejar de sembrar cosas positivas para que el amor se mantenga vivo y disfrutarlo. Una relación requiere tiempo para construirse. Hay quienes ante las primeras dificultades abandonan la batalla.
De todos modos todos tenemos una historia que nos llevó a elegir a alguien con ciertas características mentales, emocionales y un mundo interior semejante, por ello es también un camino para superar nuestros viejos dolores representados en nuestra relación porque así lo convocamos inconscientemente. Por lo tanto, tenemos la relación que necesitamos para crecer, y las dificultades hablan de los problemas con nosotros mismos. Una psicoterapia puede ayudarte a ver lo que hace que tu estés viviendo ciertas circunstancias no deseables en tu relación, qué buscas resolver inconscientemente, así como la aceptación de tu relación y el querer dedicarle tu vida va a formarte como mejor persona. Acude a psicoterapia y averígualo antes de dejar tu relación como cosa desechable o seguir dañándola.
*Mtra. Ruth Holtz, Terapeuta psicocorporal, Analista bioenergética, Psicoterapeuta psicoanalítica. Orientadora cristiana. Informes y citas por videollamada a Colima al tel. 01 312 3 30 72 54
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