Por extensión, a preservarlo en estos tiempos como un signo de buenas intenciones, de concordia en la comunidad y de recuperación del espacio público.
Sin embargo, cuando ese mueble se multiplica, se convierte en la propia voz del creador europeo que clama en contra de las muertes inútiles que provoca la violencia de cualquier tiempo: presente, pasado o futuro.
Al grabar con pocas palabras cada uno de los casos trágicos que le han contado -en la madera que constituye cada objeto de su creación-, lo convierte en un signo en contra del olvido y de la muerte; al mismo tiempo y pese al entorno, en una exhortación a vivir sin miedo.
El artista alemán Holger Roick y su esposa (y colaboradora) Angie, durante la inauguración de “La banca”. (Fotografía: José Antonio Gaspar)
Este contraste de lo que puede llegar a significar una banca, como sitio destinado para el encuentro y en los últimos años, producto de la situación social que se ha vivido en México, como lugar para el desencuentro, es lo que conmociona al espectador.
No es para menos al tener frente a sí una exposición integrada por un conjunto de 24 bancas de madera, colocadas dentro del llamado Espacio de Experimentación Borda, en el “Jardín de las Rosas” del Jardín Borda de Cuernavaca y que fue inaugurada el pasado jueves 10 de julio. Llegará a 60 objetos en el año 2017.
El título de la muestra es simple: “La banca”, pero ¿cuál fue el detonante que dio lugar a este trabajo artístico que impresiona a quien se acerca a conocer las historias que narra? Fue el horror y el propio autor lo cuenta así:
“El 10 de julio de 2012, perdió la vida, a los 48 años, José Serafín Zapatero González, sentado en una banca, enfrente de un casino en Cuernavaca, donde él trabajaba. Murió en una ráfaga de balas de cuerno de chivo, que se alcanzó a oír a kilómetros de distancia. Una víctima más de la violencia cotidiana que se vive en el país y en especial en esta ciudad”, relata.
A la entrada de la galería que exhibe su propuesta, Holger Roick colocó la banca de metal en que fue asesinado, exactamente hace dos años, alguien que, difícilmente, no hubiera permanecido en el anonimato.
Otra de las piezas trabajadas por el artista, relata su propio caso de esta manera: “Recientemente tres jóvenes asaltaron a mi hermano a las 8 de la noche, el primero le pidió el teléfono celular, el segundo la cartera, y mientras él, sin oponer resistencia, les ofrecía cada objeto en una de sus manos, el tercero con un cuchillo de carnicero le traspasó despiadadamente y sin razón un pulmón. Después de dos cirugías y varias transfusiones sanguíneas, logró salvar su vida y pese a la declaración ante el MP la noticia oficial relató que fue herido en una riña, para no sumar este crimen a uno más de las violencia sin sentido de esta sociedad”.
Sentado en uno de sus trabajos de carpintería, aún sin grabar, el artista alemán acepta dialogar con “Bajo el volcán”. Estas son sus declaraciones y reflexiones.
*TRATO DE DARLE UN NUEVO SENTIDO A UNA MUERTE INÚTIL
El contraste de lo que puede llegar a significar una banca, como sitio destinado para el encuentro y en los últimos años, producto de la situación social que se ha vivido en México, como lugar para el desencuentro, es lo que conmociona a los espectadores. (Fotografía: José Antonio Gaspar).
-¿Cuál es el origen de esta exposición? Es como una mezcla de un trabajo artístico pero también de carpintería.
-Para empezar, yo soy artista plástico y soy carpintero, es una buena observación, pero la exposición surge a raíz de una balacera en Cuernavaca y la violencia que vivimos en general en esa época y hasta la fecha.
Hace dos años, en el 2012, yo viví esa balacera muy de cerca de donde yo viví, enfrente de un casino, donde un empleado murió en una banca. Esa banca, después de varias negociaciones pude yo adquirirla en un trueque, pude tener la banca.
Sabiendo que este objeto tenía un peso tremendo, decidí que no nada más la quería enfrente de mi casa, para que sea un símbolo de amistad y de buena vecindad, sino más bien sabía que tenía un valor más pesado para exhibirla.
¿En qué contexto exhibirla? Sola, sí puedo exhibirla porque es un símbolo en contra de la violencia, es un homenaje al fallecido y a todos los fallecidos tan inútilmente en esta guerra, en esta violencia que estamos viviendo.
Ahorita estoy añadiendo cada mes una banca de madera en donde se inscriben casos igualmente brutales o violentos o algunos no tan violentos, pero que también son una pesadumbre para la gente que vivió ese crimen, en contra de sí mismo o de algún conocido y que nunca han sido denunciados por varias razones. La gente no denuncia, pero igualmente les pesa.
Estas bancas ya son de alguna forma, testimonio y también alivio, así tenemos la exposición en dos partes: a la entrada de la exposición, donde está el símbolo de la brutal violencia y en la galería, en donde se puede ver tal vez un poco de alivio, que pueden representar las bancas de madera.
-¿Qué intercambio en ese trueque?
-Una banca igual, mandé hacer una banca.
-Para la gente, el espacio en donde cae abatida una persona por una balacera se puede transformar en “lugar maldito”, la exposición ¿es como una manera de no ver estos sitios
así?, ¿es generar un símbolo que contraste con esta idea que le estoy exponiendo?
-Yo sabía que esta banca está “salada”, para usar el término, estaba en bodega y nadie la hubiera usado, sino años después cuando nadie se enterara, cuando ya hubiera sido olvidada, pero yo estoy dando como una nueva vida a un objeto ya “salado”, todo lo contrario.
Para mí el objeto está en segundo lugar, el fallecido en la banca está en primer lugar y es un homenaje a él ya todas las muertes inútiles que presenciamos, pero la banca es el objeto que es representativo de esas muertes; entonces, yo sí doy a un objeto “salado” una nueva vida, pero también a algo tan desesperante como la inútil muerte de José Serafín. También le doy un nuevo sentido, trato de dárselo.
*DUDO QUE EL MIEDO SEA PROPOSITIVO
Estoy añadiendo cada mes una banca de madera en donde se inscriben casos igualmente brutales o violentos o algunos no tan violentos, pero que también son una pesadumbre para la gente que vivió ese crimen. (Fotografía: José Antonio Gaspar).
-Contrasta la banca como símbolo: es un lugar que invita al descanso.
-Exactamente, esa fue la idea inicial también para mí, que donde sucedió esto yo sabía que este objeto estaba destinado a lo contrario, o sea al encuentro, no al desencuentro.
-Las referencias de las bancas van más allá de este contexto de violencia que estamos viviendo, también son de tiempo atrás.
-Esto es en contra de la violencia en sí, no necesariamente por esta época, son casos hasta ahora conocidos míos, que me los han platicado y puede ser que unos datan hasta de 20 u 8 años atrás, otros son muy recientes, otros ni mencionan la fecha. Creo que no es el caso, no es lo que yo estoy reclamando, esto es en contra de la violencia en cualquier época, en cualquier momento, en pasado y en futuro.
-Lo que provoca el miedo es que nos encerremos en nuestros propios espacios, ¿cuál es su invitación a la gente?
-A no hacer eso. Los medios (de comunicación) son capaces de desatar una bola de miedo que yo dudo que sea propositivo o ayudara a algo este miedo, todo lo contrario. Creo que la gente debe de estar segura de sí misma, de que sí puede salir a las calles, obviamente con precauciones, tal vez a ciertas horas de la noche, tal vez evitar ciertos lugares, pero no transmitir hasta a nuestros hijos: “no salgas, quédate en casa, mejor ve la tele” o “mejor ve nada más con tu familia o yo te llevo con tus amigos y no sales de esa casa”, o sea, sería un irnos de casa en casa, lo cual no debe de suceder, eso sería lo peor que puede pasar.
*SE DESARROLLÓ EN MI INTERIOR DURANTE “LA DOCUMENTA”
-¿Por qué pensó en extender esta exposición hasta 2017, va a completar una cierta cantidad de bancas para el quinto aniversario de la persona fallecida?
-Cualquier trabajo, sobre todo cuando es de largo alcance, debe de tener algún ciclo que se cierra.
¿Por qué exactamente cinco años en este caso? Yo me fui de viaje en este día después de la balacera, me fui a Alemania, en donde sucede cada cinco años una exposición de arte moderno, que se llama La documenta, y como yo ya iba en ese plan de viaje a esta exposición en especial, uno se prepara interiormente que va -no es una vacación, yo iba a visitar esa exposición como parte de mi trabajo-, entonces este proyecto se desarrolla en la misma exposición, en mi interior.
En los tiempos de ocio en el hotel ya estaba procesando esto, obviamente inspirado por obras que yo veía de arte moderno, es la exposición más importante en el mundo de arte moderno. Entonces era el lugar idóneo para desarrollar este proyecto y la próxima va a ser en 2017.
-¿Se las va a llevar a esa muestra?
-Si me invitan me gustaría mucho, pero es por invitación.
*HE PENSADO EN EL MÁS IMPOSIBLE DE LOS DESTINOS
-¿Por qué las dejó sin pintar?, ¿qué va a pasar con cada una de estas piezas tras cerrar este ciclo?
-La verdad estaba yo pensando en pintarlas, como un símbolo de esperanza, de alegría, lo cual me pareció un poco impertinente por los casos que se leen en ellas. Hay casos muy brutales y hay casos menos brutales. Se quedan sin pintar porque yo quería darle la misma importancia a cualquiera de los casos, una horizontalidad. Cada caso es igualmente fuerte, cada persona que lo ha vivido sufre igual como la otra, y toma tal vez el chance de este alivio igual como la otra, entonces no quería distinguir entre un caso y otro.
El destino de la banca está todavía abierto, yo he pensado en varios, el mejor y el más imposible, casi, casi, es llevar cada banca al lugar en donde se describe el crimen en ella, pero esto seguramente va más allá de mis posibilidades.
*ACERCA DEL ARTISTA EXPOSITOR
Holger Roick estudió artes plásticas en Kirchheim/Teck y carpintería/ebanistería en Stuttgart. Después de extensos viajes por la república en los años ochenta y una estancia de trabajo por un año en el Museo Na Bolom en San Cristóbal de las Casas/Chiapas, se establece en 1991 definitivamente en la Ciudad de México. Allí ha trabajado desde entonces como instructor de carpintería y ebanistería, diseñador y profesor de artes plásticas.
Hoy trabaja como artista plástico, sobre todo en los campos de la escultura y el grabado en madera. Ha cursado varias especialidades del xilograbado en la Academia de San Carlos. Es fundador y representante del grupo de artistas de gráfica mexicana actual, meXylo, que presenta sus trabajos tanto en los países de habla alemana como en México. Talleres educativos y ponencias sobre gráfica redondean las exposiciones que organiza.