Con el estigma de haber concientizado políticamente, en el transcurrir del tiempo, a millones de mexicanos, así como de empujarlos a volverse ateos, vegetarianos y hasta socialistas, el caricaturista Eduardo del Río García, Rius, cumplirá el próximo viernes 20 de junio, 80 años de vida.
Su llegada al mundo –concretamente a la tierra de las autodefensas- ocurrió en 1934. Nació en Zamora, Michoacán. En ese lapso, seis décadas las ha vivido de sus “monerías”: se inició en la caricatura en el año 1954.
Cuando todavía no terminaba el siglo, hace más de 15 años, Rius concedió la primera entrevista –de muchas con que después le seguimos dando lata- al suplemento Bajo el volcán. Era el mes de abril de 1999 y aún no huía de Cuernavaca. Años después, se convertiría en “tepostizo” por decisión propia, al radicar en el valle de Tepoztlán, de donde se fue el año pasado para respirar aires oaxaqueños. Allá se quiere hacer viejito.
Ya desde entonces se veía que algo iba a pasar con el partido de izquierda más notorio: en aquella época le cuestionaba cómo veía las prácticas que realizaba el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la elección de su dirigencia, dado que no se diferenciaban de las que llevaba a cabo el partido de Estado para mantenerse en el poder.
Se le enfatizó si con ese hecho se confirmaba la afirmación de Montesquieu, en “El Espíritu de las leyes”, acerca de que todo hombre investido de poder, tiende a abusar de él.
“El hombre todavía tiene mucho de animal y se manifiesta en todas las guerras que, año con año, han habido desde que tenemos memoria. Todo esto nos hace pensar que le falta mucho al ser humano para llegar a ser el Homo Sapiens que penaban los filósofos.
“Todavía el hombre sigue siendo muy egoísta, todavía no sabemos convivir entre nosotros y esto se manifiesta en cualquier organización religiosa, política de negocios. En todavía el hombre contra el hombre, el homo hominis lupus: el hombre, lobo del hombre, a ver quién chinga a quién para decirlo a la mexicana”, respondió.
*REÍRSE DE LOS GOBERNANTES
-¿Recuerda alguna caricatura en especial que le haya causado algún dolor de cabeza en relación con el poder?
-Sería muy difícil buscar una o algunas caricaturas; yo creo que nunca he sido simpático al poder y nunca me he querido acercar al poder tampoco, entonces esa doble situación me hace más antipático para la gente en el poder, aunque yo sé que me tienen cierto respeto, porque por lo menos no me he vendido.
Entonces, ellos saben que yo no me he vendido y han de decir: a este señor hay que tenerle respeto, si no miedo, por lo menos respeto… ¿pero cuál era la pregunta? Ya se me olvidó por estar hablando bien de mí.
¡Ah, sí! Hubo una serie de caricaturas que yo estuve haciendo en tiempos de (Gustavo) Díaz Ordaz que sí les molestaba muchísimo. Sí, yo tuve muchos problemas, me secuestraron, me trataron de mandar al otro barrio. Y es lo único que realmente he tenido así como gran problema.
-¿No cree que en la actualidad las caricaturas parecen una especie de DDT, que ya no mata al bicho, sino al contrario, lo hace más resistente?
--Pues sí, desgraciadamente es algo en lo que nosotros no tenemos mucha injerencia, en esperar que el trabajo que hacemos tenga oídos de parte de los criticados; la situación ha llegado a tal grado de cinismo entre los gobernantes que se manifiesta en esa forma, por muy fuerte que les lleguen los ataques ya hacen caso omiso de todo eso; entonces es frustrante estar haciendo críticas y no tener una respuesta.
Los políticos que en los últimos sexenios han estado dizque gobernando al país no tienen sensibilidad humana, son deshumanizados, son robots que únicamente reciben órdenes, ya sabemos de dónde, y se concretan a llevar a cabo un plan casi macabro de gobierno, de políticas económicas que están perjudicando completamente al país y eso se les está señalando constantemente en la prensa, en algunos medios radiofónicos sobre todo, que son los que se han abierto un poquito, pero no da resultado eso; con todo lo que se les ha dicho en “Proceso”, por ejemplo, ya era para que hubieran caído varios gobiernos y no pasa nada, es triste eso realmente.
Entonces por eso la mayoría de los caricaturistas nos hemos dedicado más a dirigirnos al pueblo, a tratar de crear conciencia, de politizar un poco a la población, porque ya vimos que echando para arriba, los ataques no han resultado.
Además de que en la caricatura, la gente puede ver una forma de tomar desquite de lo que los gobiernos han estado haciendo con el pueblo: reírse de nosotros. Cuando hacemos caricatura sobre el gobierno creemos que la gente se está tomando cierta venganza, se está riendo ahora de los gobernantes, de los que lo están explotando.
Eso planteaba Rius de la política –y los políticos en México, hace 15 años. Reflexione el lector qué tanto ha cambiado ese diagnóstico desde entonces.