El señor era uno de los activistas más sobresalientes que encabezaron protestas poselectorales, cuestionando los resultados del proceso de aquel seis de julio de 1988, en el que el aspirante presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Carlos Salinas de Gortari, de acuerdo al escrutinio oficial, vencía cerradamente al abanderado del Frente Democrático Nacional (FDN) Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
La férrea resistencia a aceptar los resultados por parte de muchos grupos opositores al régimen priista llevó a delicados acontecimientos, Guerrero fue testigo de cientos de víctimas consideradas como de represión y persecución y de ello tampoco logró escapar José Ramón, que desapareció un 16 de diciembre de 1988.
Eran tiempos que curiosamente se asemejan mucho a lo que hoy estamos viviendo, el modus operandi de los cuerpos policiacos se parecían mucho, el jefe de la policía judicial –así se le conocía- era el tristemente célebre Antonio Nogueda Carvajal y mucho se insistió en que quien encabezó la detención del activista fue Apolo Bernabé Ríos, un comandante que finalmente y tras mucha presión, fue aprehendido, encarcelado y murió en el penal de Atlacholoaya hace poco.
La Comisión Independiente de los Derechos Humanos ha venido haciéndole un homenaje cada año a García Gómez, porque José Martínez Cruz, vocero oficial de este organismo, compartió parte de la lucha con el aún desaparecido, en esos tiempos.
El gobernador en turno era Antonio Riva Palacio López, quien estuvo a punto de ser destituido como tal y casi de milagro logró sobrevivir a los reclamos y señalamientos que durante los dos últimos años de su mandato lo persiguieron por todos lados.
Incluso, el ex jefe policiaco Nogueda Carvajal, debió darse a la fuga, porque ya había orden de aprehensión en su contra. Lo último que se supo es que se fue a refugiar a una zona cerril del estado de Guerrero, denominada Filo de Caballo, donde pareciera, se esconden toda clase de rufianes.
Bueno, en su búsqueda fue derribado un helicóptero y murieron tres tripulantes, que se sumaron a las secuelas de todo aquel acontecimiento. Nogueda, hasta donde se supo, también falleció hace poco, pero reiteramos, tras 28 años, jamás se logró que las instancias competentes dieran a conocer cuál fue el destino de García Gómez, porque su cuerpo no fue encontrado, sólo se abundó en especulaciones que no se probaron.
Nos tocó vivir de cerca el caso, desde otra trinchera periodística, como corresponsal de un rotativo nacional, y habría que recordar que por el sólo hecho de haberle dado seguimiento, padecimos todo tipo de presiones y hasta amenazas, ya que el régimen es implacable cuando se le tocan sus intereses. La vida misma se juega en esas tareas, por eso hemos querido hacer un recordatorio en memoria de José Ramón, porque forma parte de las víctimas del estado.
EL PAN, ¿BAJO EL CONTROL DE LOS NEOS?
En otro orden de ideas, tras los resultados en la elección para la sustitución de mandos en las estructuras del Partido Acción Nacional (PAN), se advierte que ya los cuadros de nuevo ingreso en el partido lograron el control de la absoluta mayoría de los espacios.
La primera acción fue quitarle a la “sagrada familia” la dirigencia del CDE, que la vieja clase panista manejaba como un patrimonio de un grupo reducido de personajes que se encumbraron en el poder, desde donde negociaban con el entonces régimen hegemónico del tricolor todo tipo de componendas.
Pero más adelante vino la contienda por el comité municipal en Cuernavaca y figuras identificadas con una corriente reciente, aliada a dos o tres personajes de antaño con mucha presencia, también pudieron desplazar a los dinosaurios.
Finalmente se fueron a la renovación del consejo político y los números siguieron la misma tónica, el neo panismo se instaló como la fuerza principal y por consiguiente, serán los que orienten el rumbo del proceso electoral que está en puerta y en el que se juega la gubernatura estatal.
Los viejos panistas padecen el mismo fenómeno que los dinosaurios priistas, se agotaron y desgastaron su imagen al extremo, no supieron compartir el poder, cuando lo ejercieron a plenitud, con quienes en aquellos momentos eran sus aliados y al paso del tiempo, vienen siendo desplazados.
Mucho se insiste en que Acción Nacional está de regreso, que a nivel de la contienda por la presidencia de la República, pueden volver a dominar el escenario y reinstalarse en Palacio Nacional. Las tendencias electorales así lo muestran, pero acá en Morelos también han logrado una interesante recuperación, sobre todo, a partir de rostros nuevos y con la visión de abrirle las puertas a cuadros jóvenes.
Y no obstante que esta generación pudiera aplicar revanchismo a sus antecesores en el partido, todo lleva a pensar que no actuarán de esa forma, por el contrario, piensan ser incluyentes y en la medida de lo posible, darle oportunidad a personajes identificados con el pasado.
La gran mayoría de quienes lograron encumbrarse en posiciones relevantes, como las diputaciones federales, las senadurías, la alcaldía de Cuernavaca o el mismo gobierno estatal, caso Marco Adame, hoy pintan poco, tanto, que en la víspera del arranque del proceso electoral hacia el 2018, se antoja que sólo tienen un aspirante a la gubernatura del estado, en el diputado federal y presidente de la mesa directiva del Congreso de la Unión, Javier Bolaños Aguilar.
Bueno, en éste momento, no vemos a alguien que esté perfilado como aspirante a la presidencia municipal de Cuernavaca para el 2018 y eso indica que todos aquellos cuadros con los que trabajaron 12 años al frente de la administración pública estatal casi se extinguieron y como que han entrado en un ciclo totalmente distinto que seguramente les hará bien, porque se antojan de regreso