Pero ya esas instituciones se preparan para otra contienda de resultados reservados, porque si bien parece que a nivel de aspirantes, los panistas con Margarita Zavala y los del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con AMLO se aprecian como los más aceptados, por encima de los del tricolor, pero estos vienen más armados a nivel de estructuras partidistas, de tal manera que la moneda sigue estando en el aire.
Ateniéndonos a las actuales tendencias y en una conjugación partido-candidato, el tabasqueño pareciera no contar con posibilidades reales de llegar a Los Pinos, porque su partido sigue estando muy por debajo del PRI y del PAN y lo que se reflexiona entre aquellos grupos, corrientes y demás institutos políticos que dicen comulgar con las ideas de la izquierda, es que si no logran nuevamente un frente de unidad, volverán a quedarse en el camino, de ahí el surgimiento de movimientos que buscan ser el factor de conexión, entre el PRD y Morena.
Integrados por células perredistas, en las recientes semanas se le ha venido dando impulso a lo que ellos denominan un frente amplio, denominado Movimiento Nacional por la Esperanza (MNE), de alcance nacional y con miembros que actualmente ocupan espacios tanto en la Cámara Baja, como en el Senado de la República, a través de quienes desarrollan gestiones en bien de los ayuntamientos con el propósito de ir ganando voluntades.
A nivel nacional aparecen Alejandro Ojeda, diputado federal vicepresidente de la mesa directiva en el Congreso, y Dolores Padierna, en lo que corresponde al Senado.
Ambos trabajan a nombre de la agrupación. Aquí en Morelos, los más visibles son el ex edil de Yautepec, Agustín Alonso Mendoza; el ex legislador federal, Anastasio Solís Leso, quien fuera asesor electoral de campaña de Gisela Mota Ocampo ex alcaldesa de Temixco (qepd); y Carlos Caltenco, sólo por mencionar algunos.
Bueno, pues por lo menos a nivel de quienes encabezan el MNE en la entidad aceptan que para las elecciones presidenciales del 2018 la izquierda en México volverá a tener posibilidades reales de ganar, pero sólo si logran la unidad y ésta tendría que ser con López Obrador, porque además, no se aprecia en ese lado de la política mexicana alguna otra figura que pudiera desplazarlo en lo que corresponde a tendencias favorables.
Es decir, si AMLO llega a la candidatura sólo con Morena repetirá su tercer fracaso y el definitivo, porque él mismo ha advertido que de no alcanzar el sueño, se retirará y sólo apoyará a alguien más en lo sucesivo. No hay de otras, acorde con esos compañeros, necesariamente deberán encontrar coincidencias a fin de ir juntos, o su historia se repetirá.
Sólo que igualmente están concientes de que Obrador tiene sobradas razones para desconfiar de muchos de quienes lo apoyaron en el 2012, porque al final, lo traicionaron y entregaron. Ahí están atorados, pero precisamente el MNE busca desde ahora, convertirse en el eslabón de enlace y conexión con los obradoristas, con la esperanza de convencerlo de que no tiene de otras que volver a confiar o fracasará por tercera vez.
El movimiento en Morelos está teniendo éxito, porque se presenta como un frente plural, en el que tienen cabida todas las corrientes, pensamientos y militancias, ya que camina por encima de los partidos.
Eso ha hecho que media docena de presidentes municipales, de diversas procedencias, ya se hayan sumado, entre éstos, el de Mazatepec, Jorge Toledo Bustamante; el de Zacatepec, que tampoco es perredista y uno o dos priistas.
Pero el propósito es llegar más o menos como lo hicieron en el 2006, o sea, Morena, PRD, Movimiento Ciudadano, por lo menos, porque se considera que el Partido del Trabajo viene anclado al PRI, debido a que no había logrado conservar su registro y el tricolor maniobró para que lo mantuviera a cambio de que jugara con ellos en lo sucesivo.
Aquí la cuestión es de qué manera podrían reproducir esa gran alianza de partidos de Izquierda también en Morelos, porque acá las cosas andan más o menos igual: Morena no significa mucho, su alcance es menor y tampoco cuenta con algún aspirante que emule la fortaleza electoral de AMLO. Ahí está el senador Rabindranath Salazar Solorio, pero todavía no ha podido meterse en la conciencia de la mayoría de electores.
Ahora bien, hay otros elementos de dificultad que se agregan a los anteriores, como que para poder armar una fuerza capaz de vencer a los adversarios, AMLO no estaría aceptando ni por error ir de aliado del PAN, como pretende el PRD, de tal forma que tendrían que definirse: o se la juegan con el tabasqueño o con los azules.
Y como a nivel de partidos los amarillos son fuerza menor, tanto frente a Morena como al PAN, pues entonces los candidatos presidenciales los pondrían aquellos y eso los llevaría a tener que aceptar posiciones inferiores en compensación por la alianza. Algunas candidaturas al senado, el Congreso de la Unión, o a gubernaturas, pero sólo eso, no más.
Ante los ojos del electorado, particularmente del pensante, se antoja incongruente un candidato de “unidad” entre la izquierda y la derecha, es como el agua y el aceite, porque sus propuestas y proyectos como partido son opuestas y eso les resta credibilidad.
Por lo tanto, lo más prudente e inteligente es que la Izquierda llegue en un solo bloque y daría una cerrada pelea ante sus adversarios, con mayor legitimidad ante la sociedad. De otra manera, la percepción que se tiene es que sólo buscan el poder por el poder mismo, alejados de proyectos pensados en un país o un pueblo y eso se antoja ambición, que acaba siendo lo mismo de siempre. El caso es que el MNE es uno de los que vienen ya haciendo trabajo de calle desde hace buen rato en la entidad.