Fueron convocados, entre otros, los diputados federales, la senadora Lizbeth Hernández Lecona, los dirigentes de los sectores y organizaciones, como la FTM, el sector popular, el territorial y representantes de corrientes. Ahí estuvieron Maricela Sánchez Cortés y Guillermo del Valle Reyes, pero no apareció el ex candidato a la gubernatura en el 2012, Amado Orihuela Trejo.
Algunos de los concurrentes dijeron a La Unión de Morelos que la reunión fue tranquila, presidida por el presidente actual Rodolfo Becerril Straffon y el delegado del CEN, Fernando Charlestón, quien traía las indicaciones del líder nacional Enrique Ochoa Reza.
El encuentro giró en dos puntos fundamentales: empujar hacia la formalización del proceso de renovación y buscar un acuerdo con quienes mantienen tomadas las instalaciones ubicadas en las calles Amacuzac y Yucatán, aquí en Cuernavaca.
A decir de esos priistas, respecto a ese último tema se logró que los inconformes aceptaran liberar el edificio, pero con la condición de que se retiraran todas las denuncias que les han levantado en su contra, petición que fue admitida, de tal manera que de un momento a otro van a desalojar.
Y sobre el tema de la sucesión en el CDE, la posición del centro es que se trabaje en función de una propuesta incluyente, es decir, que quienes buscan suceder a Becerril, se sumen a quien se considera que reúne el mayor consenso.
La oferta del CEN va en el sentido de que todos los grupos, sectores y corrientes estarían representados en la nueva dirigencia, a través de las diversas carteras. Es decir, van por un candidato de unidad que, a decir de los informantes, se antoja difícil, porque muchos quieren ser los primeros.
Aunque comentaron que por ser la primera reunión no se presentaron mayores inconvenientes, si acaso cierta discusión con los que tienen tomado el PRI, pero entre los demás, la asamblea transcurrió sin contratiempos.
Hubo pues notorias ausencias, sobre todo la de Amado Orihuela. Lo que se mencionó es que él y algunos diputados locales no fueron invitados por considerar que se han venido apartando del propio partido y hasta se les acusa de estar sirviendo a los opositores al tricolor.
Fueron convocados nuevamente para el próximo 25 de noviembre, pero ya para que quienes aspiren a suceder a Rodolfo presenten sus argumentos y sobre todo sus fortalezas. Será su primera reunión con esas características, pero la posición superior sigue siendo que se depongan los intereses individuales para evitar un mayor debilitamiento, pero la opinión de los priistas es que va a ser muy difícil, porque todos quieren llegar a la dirigencia con la finalidad de capitalizar el proceso electoral en puerta.
La diputada federal Rosalina Mazari Espín dijo que el PRI enfrenta una situación realmente preocupante, a partir de que la mayoría de quienes se consideran dueños del mismo son proclives a la negociación y buscan sacar ventaja en todos los sentidos.
Es decir, que algunos utilizan el CDE para poner al servicio del mejor postor las principales posiciones, sin considerar el daño que le generan a la institución, pero agregó que la lucha será por sanear las estructuras y con lo sano que quede, ir a la contienda.
Lo que también se señaló es que el presidente Rodolfo Becerril estima que ya cumplió con su tiempo y sería el más interesado en ser relevado en el cargo. O sea, a diferencia de épocas anteriores, en las que el dirigente se aferraba al cargo a costa de lo que fuera, él quisiera ya descargar esa responsabilidad en alguien más.
Tiene razón, recibió un CDE con una serie de deudas, sin recursos suficientes como para responder a los reclamos de muchos de sus compañeros que se acostumbraron a vivir del presupuesto público durante más de siete décadas que fueron gobierno en los tres niveles.
Sin dinero ni posiciones que ofrecer, buena parte de quienes se formaron ahí como líderes de barrio, colonia o sección fueron atraídos por ofertas desde otras trincheras, donde hoy abundan los recursos y desarrollan tareas incluso de desestabilización. A quienes se apoderaron del edificio se les acusa de eso.
Pero públicamente se siguen diciendo priistas, aunque sus acciones van en contra de ese instituto político; son pocos los que han logrado aguantar un largo periodo sin la oportunidad de regresar a espacios de mando o de representación popular.
Están pues en la antesala del comienzo de un proceso que seguramente les generará dificultades, porque se insiste en que hay figuras financiadas desde el exterior a fin de que abonen en los desacuerdos y la confrontación entre sí, aspecto que les preocupa, sobre todo al presidente del CEN, Ochoa Reza.
A partir de la reunión del 25, la cúpula tricolor estaría valorando si es posible alcanzar un candidato de unidad; de otra manera comenzaría a trabajar en la elaboración de la convocatoria que vendría en dos vertientes, una elección directa con la participación de las bases o sólo a partir del Consejo Político Estatal.
Pero lo que igualmente se admite es que ese consejo político también pudiera estar penetrado y lo más sensato es que igualmente se renueve, aunque los tiempos ya están encima y el proceso electoral hacia el 2018 está a la vuelta de la esquina.
Lo que genera consenso es que el PRI pudiera aspirar a una recuperación importante únicamente si llega en unidad, con un candidato a la gubernatura del estado arropado por todos los grupos, sectores y corrientes, porque en las últimas dos elecciones, la mayor parte de éstos operaron en sentido contrario, aunque de ello se fueron enterando al paso del tiempo.
Hay incluso propuestas de expulsar a algunas figuras consideradas “non gratas” y que han contribuido al descrédito de las siglas del PRI. Sin embargo, tampoco se han formalizado acuerdos en ese sentido y son aspectos a analizar por las comisiones competentes a nivel nacional.