A partir de aquí, pueden surgir triunfos o fracasos y los políticos lo saben muy bien; un termómetro que suele orientar hacia dónde se inclina la balanza en lo que corresponde a la lucha por el control del estado es este territorio, cuando algún candidato se sitúa por encima de sus adversarios en plena contienda es signo de que está con un pie en la silla grande.
Y en el concierto de las diversas fuerzas partidistas en Morelos, es el Partido Acción Nacional (PAN) el que cuenta con su mucho, regular o poco capital electoral en Cuernavaca y algunos municipios conurbados como Temixco o Jiutepec; más allá tienen dificultades, por eso es que para ellos contar con una presencia fuerte aquí es simplemente razón de existencia.
En este momento en su interior se ha iniciado la carrera por la dirigencia del comité y los distintos grupos y corrientes saben que en eso se juegan la vida de muchos de sus cuadros, porque controlar la dirigencia es garantía de posiciones, por lo menos a nivel de candidaturas para la justa del 2018.
Son más de uno los que quieren llegar, cada quien, apadrinado por algún grupo hegemónico y entre ellos destacan Esteban Vázquez Bautista, Erika Domínguez y Marco Antonio Jiménez. El primero ya se inscribió y a decir verdad parece ser quien se perfila, trae buen respaldo y lo dejó ver el día del registro.
Marco Antonio lleva la bendición de algunos personajes de la “sagrada familia”, entre estos, del ex legislador federal Luis Miguel Ramírez Romero y se dice que también de otros viejos políticos que ya enfrentan un duro desgaste de imagen, como el ex senador Adrián Rivera Pérez.
En el caso de Erika Domínguez tiene algunos apoyos desde la fracción parlamentaria del Congreso local, pero tampoco pareciera contar con los activos electorales necesarios a fin de llegar a dirigir el CDM en Cuernavaca.
Viendo de fondo el contexto sociopolítico en torno de cada uno de ellos, se advierte que Vázquez Bautista surge del mismo grupo o corriente que llevó al actual presidente del CDE, Juan Carlos Martínez Terrazas, al triunfo y se antoja que buscan repetir la dosis, imponiéndose de nuevo frente a la “sagrada”.
Con él aparecen panistas con cargos de representación en activo y de relevancia, como en el caso del diputado federal y presidente de la mesa directiva del Congreso de la Unión, Javier Bolaños Aguilar, considerado ya por propios y extraños como candidato natural del panismo al gobierno morelense.
Ahí coinciden igualmente Javier López Sánchez, ex legislador local, quien fuera jefe de asesores del gobierno de Marco Adame, así como regidores y parte de las estructuras funcionales del PAN en la capital, por eso se estima que por ahí se estaría dando la cargada.
Por los positivos resultados que los panistas obtuvieron en las elecciones de 12 gubernaturas en junio pasado, de las cuales se llevaron seis, vienen en un buen ánimo, con una tendencia hacia arriba y en Morelos no es diferente, es casi un hecho que en la justa del 2018 crezcan sustancialmente ante esas perspectivas; están afinando motores.
Su mayor esperanza, desde luego, está en Cuernavaca, porque además, tienen muy buenos recuerdos de ella en lo que a política se refiere, solo baste decir que abrieron paso hacia la gubernatura, ganando la presidencia de la capital estatal con Sergio Estrada Cajigal Ramírez en las elecciones intermedias de 1997, derrotando al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ya mostraba serias debilidades.
Puede argumentarse que de los tres grandes partidos políticos parecen ser los que cuentan con estructuras más débiles. El tricolor tiene presencia territorial, sin duda; los perredistas controlan el poder estatal y disponen de recursos de sobra, sin embargo, con menos de eso lograron ganar hasta la presidencia de la república en el dos mil.
El electorado se fue con la entonces recia figura del candidato presidencial Vicente Fox Quesada y la carismática imagen de Estrada Cajigal en el caso de la gubernatura, y eso bastó para vencer a los que se habían considerado invencibles durante más de siete décadas.
Por eso los de enfrente no se pueden confiar, en una de esas y con un rostro atractivo, lograr recuperar muchos espacios perdidos en el 2012. Por eso también se piensa que aún sin ser un partido con presencia en todo el estado, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) estaría dando la competencia en muchos lugares, por la sombra de quien sin duda será candidato a la presidencia por tercera ocasión, Andrés Manuel López Obrador.
Hacemos estas reflexiones porque los cambios y movimientos que está desarrollando Acción Nacional llevan el propósito de reencontrarse con el electorado y Cuernavaca es la plataforma de lanzamiento hacia el resto de los municipios.
Hay que ver cuál es el nivel de expectación que logran despertar en la carrera por la dirigencia municipal, ello ofrecerá mayores elementos para poder realizar cálculos más certeros. En la elección del 2015, del total de votantes por los candidatos que buscaban la presidencia municipal, la mayoría se fue con las siglas del Partido Social Demócrata (PSD), pero a estas alturas podemos anticipar que ese instituto está casi extinto sin la figura del actual alcalde Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Esa mayoría de electores seguramente irán con otra opción si Blanco Bravo no aparece en ninguna de las boletas del 2018, así que la correlación de fuerzas se tendrá que volver a mover y el PAN intenta ser el receptor de esos miles de cuernavacenses que quedaron a la deriva.
Por los motivos que sean, como que los priistas y los perredistas tienen serias dificultades para recuperar votos en la capital; en ese aspecto, muchos ciudadanos se sienten más cercanos a los azules y éstos seguramente lo han percibido y tratarán de capitalizarlo. Sólo que primero hay que ver qué corriente se instala en el comité municipal y como que la tendencia se inclina con Esteban Vázquez.