El periodo de vacaciones logró disminuir el nivel de rijosidad con el que se venían conduciendo algunos grupos radicales del magisterio, congregados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), sin embargo, el regreso a clase pareciera propicio para reavivar el conflicto.
Acá las cosas no han subido mucho de tono, acaso el acompañamiento de una corriente disidente a los paros y marchas organizadas a nivel nacional, sin embargo sí priva la amenaza de que estarían generando paro inicial en ciertas escuelas, sobre todo del sur de Morelos.
La Secretaría de Educación, vía el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), y en voz del director Fernando Celerino Pacheco Godínez, advierte de sanciones a quienes no cumplan con el calendario escolar, pero para ellos son como llamados a misa, que no están dispuestos a acatar.
El tema de la reforma educativa no está resuelto, las reiteradas reuniones entre los cabecillas de la CNTE y funcionarios de gobernación federal o de la secretaría del ramo han terminado casi en nada. Más aún, no se descarta que un día de éstos se vuelva a usar la fuerza pública para desalojar los bloqueos en Chiapas y otras entidades, con las graves consecuencias que ello puede traer.
Los empresarios de aquella zona del país son ahora otra presión para el gobierno, demandan hacer respetar el estado de derecho por las pérdidas millonarias que vienen sufriendo ante el cierre de carreteras y vialidades fundamentales en el tránsito vehicular.
Indudablemente les asiste la razón, hay una ley que no está siendo acatada por los inconformes, vienen afectando a terceros en sus intereses y eso evidentemente contempla una penalidad que no se aplica. Así que estamos ante la posibilidad de que se ejerza la fuerza, lo que generaría más violencia y eso es preocupante, ojalá que en nuestra entidad se imponga la prudencia y la cordura.
Más allá de las intenciones de las autoridades educativas y de quienes se dicen afectados en sus intereses, sobre todo laborales, se tiene que poner por delante el derecho superior de los niños y adolescentes a una educación y formación, porque ese es el fin fundamental de la creación de las instituciones.
De ninguna manera el sistema educativo nacional fue pensado como instrumento para dar empleo, eso viene implícito, claro, pero la intención era encauzar la formación de generaciones de mexicanos en busca de propiciar su desarrollo y con ello hacer de este país algo que no hemos podido lograr: una nación fuerte y prospera.
Por eso es de considerar que no sería de ninguna manera aceptable no arrancar con el ciclo escolar que comienza este lunes 22 de agosto, a consecuencia de esa larga lucha entre autoridades y corrientes magisteriales disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
CORRUPCIÓN, ¡QUE VERGÜENZA!
Y en un asunto nada agradable, recientemente, producto de estudios y análisis de economistas del Fondo Monetario internacional (FMI), se refiere que la corrupción en nuestro país es alarmante, que alcanza el 10% del Producto Interno Bruto (PIB), que en dinero, se traduce algo así como en un billón y medio de pesos anuales.
Claro, la estadística perdería razonamiento si no se aclara que la media mundial en la materia es del 2%. O sea que en nuestro país ese fenómeno quintuplica la cifra y ello muestra con claridad porque las cosas andan tan difíciles y no se ve cómo se pueda frenar esa práctica histórica.
Y no es sólo el hurto de dinero público en sumas escandalosas lo que está en juego, también se agrega que la inversión privada suele alejar sus capitales de aquellos países en los que la corrupción es alta, por los riesgos a los que se exponen.
La corrupción no es privativa de quienes ejercen el poder, al interior de la sociedad también se practica, sin embargo por ser quienes manejan el dinero del pueblo, son los directamente aludidos en el tema que nos ocupa y ejemplos de lo anterior sobran por todos lados.
A fin de poner un freno a tan penoso fenómeno, se han intentado mecanismos que a juicio de un analista, no han generado efecto alguno, porque recuerda que hay datos de hace más de 50 años sobre el tema en los que ya se fijaba en 10% del PIB la desviación.
Sobre ello, hace unos meses se aprobó la nueva Ley Anticorrupción o también denominada 3 de 3, pero tampoco se considera que sea muy confiable, sobre todo porque su efectividad dependerá de quienes tengan la responsabilidad de aplicar la ley en contra de los corruptos. Deberá tratarse de figuras independientes y desligadas totalmente de los intereses de gobierno, en cualquiera de sus tres niveles, no vemos cómo.
Hay espacios en los que aparecemos en los primeros lugares del mundo, claro, no nos referimos al deporte, ya ve cómo nos viene yendo en los Juegos Olímpicos de Brasil, somos una vergüenza, hablamos precisamente de la corrupción, de la delincuencia en muchas modalidades, ahí sí somos competentes.
Difícilmente puede haber un mexicano que no haya sido víctima de un acto de deshonestidad, que se ejemplifica en la clásica “mordida” de un elemento de tránsito, así se cometa o no una falta en la vía pública cuando se maneja. Qué decir de cuando requiere alguna gestión o documento oficial para desarrollar trámites, la manera más fácil es darle una lana a quien nos atiende.
Pero esos son aspectos mínimos y muy cotidianos, si escalamos algo más, como en el caso del ejercicio público de muchas áreas gubernamentales, con certeza los empresarios constructores sabrán que si desean “ganar” un contrato para construir obra pública, deberán ofrecer un 20 o hasta 30% de la cantidad a invertir si desean ser “beneficiados” y además hoy se paga por adelantado. Para qué abundar más, en ello estamos hasta el cuello y ya a nivel internacional nos conocen muy bien, ¡qué pena!