Sin embargo, se ha considerado que será la justa por el Estado de México, también en manos del tricolor en este momento, lo que nos pueda dar una mayor precisión respecto hacia el rumbo político del país y todos los partidos políticos lo intentan tomar como laboratorio.
Se trata de una de las entidades más grandes en territorio y en desarrollo económico de la república; cuenta con una planta industrial bastante fuerte, lo que le da solvencia financiera y posibilidades de desarrollo por encima de la mayoría de los estados.
También resulta emblemático que se trate de uno de los pocos territorios que no han entrado aún en la alternancia. Ahí el tricolor no ha perdido el mando y por eso se estima que el resultado mostrará hacia dónde se inclinará la balanza en la presidencial del 2018.
A diferencia de Morelos, cuya aportación de sufragios a nivel nacional es insignificante (por eso se obra con mucho desprecio desde el centro) el Estado de México sí puede ser el fiel de la balanza en el caso de una contienda cerrada y a partir de su trascendencia, es que hoy comienzan a desarrollarse encuestas y análisis respecto a las tendencias.
Son interesantes, porque si bien aún el partido en el poder presidencial mantiene una tendencia favorable, es muy reducida y tiende a disminuir gradualmente. Aquí es el Partido Acción Nacional (PAN) el instituto que se acerca peligrosamente y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) va en ascenso.
Es muy incierto el panorama a nivel nacional, porque como decíamos, el priismo perdió ya gubernaturas bastante importantes, como Puebla o Veracruz, perder el Estado de México lo pondría en riesgo de volver a salir de Los Pinos como ocurrió en el 2000.
En una valoración a partidos, PAN y PRI tienen un empate técnico, con una ligera tendencia a favor de los azules, pero en lo que tiene que ver con los posibles candidatos, el panismo se lleva la tendencia con cerca de ocho puntos. Su prospecto mejor calificado es Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, con más de 23%. Seguida de Andrés Manuel López Obrador de Morena con 21.5 y de Miguel Ángel Osorio Chong del PRI con 16.5%.
O sea, si la justa electoral fuera hoy, en una combinación partido-candidato, los del blanquiazul se llevarían la contienda, por eso consideramos que las cosas andan bastante complicadas en la materia y no vemos cómo el régimen pueda modificar los escenarios.
Lo mencionábamos recientemente, un amplio sector de la sociedad no está satisfecha con los resultados de éstos cerca de cuatro años de administración, a pesar de esfuerzos mediante algunas dependencias en el crecimiento de programas asistenciales, los niveles de pobreza no disminuyen, por el contrario, la escasa inversión pública y privada es causa de desempleo y de bajos salarios.
Algunas instituciones de gobierno aceptan que de unos 20 años a la fecha, se ha perdido el 70% del poder adquisitivo salarial. Esto significa que con lo que ganaba en 1996, compraba 70% más de lo que adquiere con lo que ingresa hoy día.
Pero eso es lo de menos, la población abierta suele reaccionar con enojo ante los clásicos incrementos a artículos que por el elevado consumo, inducen a mayor inflación y han venido incrementando los precios de la gasolina, el gas doméstico o la electricidad y eso ya ocasionó alzas en todos lados. El transporte foráneo de pasajeros hizo lo propio recientemente.
El nivel de vida de las mayorías sufre detrimentos constantes, la inseguridad tiene asustada a la sociedad y eso suele ser dramático a la hora de ir a votar. El PRI en el poder presidencial requiere mostrar un rumbo distinto por lo menos, en lo que resta de la gestión si quiere mantenerse en palacio nacional luego de la justa en puerta.
Ya muchos se frotan las manos considerando que las posibilidades están dadas como para alcanzar el sueño máximo de cualquier político o partido, gobernar la nación. El PAN calcula que bien pudiera regresar a Los Pinos luego de haber perdido en el 2012, pero para la ocasión que viene, vemos, a nivel de aspirantes, a un Andrés Manuel López Obrador bastante encarrilado y acrecentando su figura.
Su inconveniente es que Morena no alcanza aún la puntuación requerida, para que ayude a ganar a un casi seguro candidato que por tercera ocasión se la jugará por la presidencia. Pero en las otras trincheras lo que no hay son contendientes de peso.
Y es ya un hecho que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) deja su histórica tercera posición, Morena se convierte en la tercera fuerza, desplazándolos al cuarto sitio del que no podrán salir al menos en el mediano plazo, porque tienen una tendencia de ocho puntos y siguen en picada.
Tampoco en el Estado de México son fuerza significativa, quienes se disputarán la plaza el año entrante son PRI y PAN, porque incluso Morena acá no tiene posibilidad alguna de ir por la gubernatura, acaso algunas alcaldías o diputaciones locales.
Claro, habrá que ver cómo vienen las alianzas, en la reciente justa por gubernaturas vimos inéditamente a panistas y perredistas –proyectos de nación opuestos- ir juntos a fin de ganar dos o tres estados, pero así como se aprecia el panorama, como que los azules deberían mejor jugársela solos, las cosas se les han venido acomodando gradualmente.
Y como que las candidaturas independientes vienen perdiendo interés, algunos personajes como Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León, es calificado con tres o cuatro puntos, simplemente no despega y no se ve a nadie más con tamaños para entrarle a la batalla por la grande. Así que las trincheras más consistentes y con presencia en casi todo el territorio nacional, son PRI y PAN, los otros muestran alcances regionales.