Es claro que el actual dirigente Rodolfo Becerril Straffon ya cumplió con su ciclo hace buen rato, las cosas no le han salido muy bien y tiene medio paralizadas las estructuras de un instituto que sigue mostrando poco esfuerzo como para intentar ir a la recuperación de la gubernatura, perdida en las elecciones presidenciales del 2000.
Ya llevan 16 años fuera de Palacio y a pesar de que han estado cerca de reconquistar el poder estatal, sus propios conflictos lo han impedido y hasta este momento no se les ven ganas de cambiar las cosas, porque no se han asumido como oposición al régimen en turno.
El tricolor pareciera más bien una extensión del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en sus diversas representaciones populares. Ante la crítica exterior, lo único que suelen responder es que su endeble actitud obedece a instrucciones, tanto de la cúpula nacional del partido como de los niveles superiores de gobierno.
Lo anterior se presta a todo tipo de especulaciones, como aquellas hipótesis en el sentido de que esta penosa complacencia frente a la administración estatal en turno tiene su origen en acuerdos cupulares, como el que la estafeta estaría regresando al PRI en el 2018, sin embargo y aunque así fuera, es una aventura o lotería, así como están las cosas, se antoja que la justa electoral que viene se la puede llevar cualquier otra fuerza partidista, menos el tricolor o el sol azteca.
Bueno, el panorama da incluso como para que un candidato de corte ciudadano, por la vía independiente, gane la elección de calle, de tal manera que aceptar que hay acuerdos entre amarillos y tricolores no les garantiza nada y es más bien un asunto de alto riesgo.
Pero como decíamos, ya hay algunos perfilados para pelear la dirigencia estatal, uno de ellos el diputado local, procedente de Mazatepec, Alberto Martínez, quien está siendo impulsado por el presidente de la mesa directiva del Congreso local, Francisco Moreno Merino.
En torno al legislador, hay algunas críticas porque se le considera muy ligado a los intereses de quien fuera candidato priista en las elecciones del 2012 al gobierno estatal, Amado Orihuela Trejo, cosa que le representa ciertos obstáculos, porque el ingeniero arrastra ya mucho desprestigio.
No obstante, Martínez sostiene que pintará su raya, que tomará distancia de su paisano, porque también aquel es de Mazatepec y buscará cercanía con todos los grupos y las corrientes del instituto. Y parece que por ahí va, ya se ha reunido con algunas figuras del priismo, incluso con el ex líder y ex edil capitalino Manuel Martínez Garrigós. Aunque con seguridad, van a aparecer más aspirantes, una vez que se comience a formalizar el proceso de elección, pero el señor ha decidido dar el primer paso y tomar delantera.
ISSSTE: CÓMO DIGNIFICAR LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS
En otro asunto, ayer estuvo en el estado, el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), José Reyes Baeza, quien se refirió a la necesidad de dignificar y mejorar la prestación de servicios a los derechohabientes, entre ellos un millón de pensionados.
Es decir, el funcionario federal consideró que todavía hay serias y graves deficiencias en el desempeño de los 100 mil empleados con los que se opera en toda la República Mexicana, aunque aclaró que ninguna institución pública gubernamental es perfecta.
El problema, dijo, es que con las circunstancias presupuestales a la baja, hay que hacer más con menos y entonces se tiene que desarrollar un gran esfuerzo a fin de eficientar el capital humano a la vez que paralelamente, impulse la modernización, sobre todo tecnológica.
El asunto es que el ISSSTE, como el resto de las dependencias de gobierno, consumen la mayor parte de sus recursos en gasto corriente, lo vemos en lo referente a Morelos. El delegado estatal Guillermo del Valle Reyes decía que viene trabajando con la junta directiva a fin de que le apruebe un proyecto, mediante el cual se podrían generar ahorros cercanos al medio millón de pesos al mes.
Y es que el ISSSTE tiene algunas instalaciones propias que hace mucho están en desuso, como lo que fuera una de sus tiendas ubicada en Las Palmas, en Cuernavaca. Hace mucho que dejó de funcionar y es un “elefante blanco”, mientras se tiene que estar rentando oficinas para la delegación, pensionissste o el sindicato que casi representan el medio millón mensual.
De lograr que la junta directiva apruebe la decisión, se estarían requiriendo de unos diez millones de pesos para acondicionar el lugar, a donde se estarían reubicando todas las sedes en un lugar propio. O sea, que con menos de dos años de rentas actuales, tendrían una especie de corporativo en lo que denominarían Plaza ISSSTE.
En efecto, no está mala la idea, y es un espacio enorme, porque cuenta con amplio estacionamiento y todavía en el primer cuadro de la ciudad, en un lugar céntrico, con vías de comunicación ideales, pero decía del Valle que hasta ahora, la posición del gobierno federal es ponerlo a la venta, lo cual sería un error porque eso de seguir pagando cerca de 500 mil pesos al mes por alquiler de oficinas, es un desperdicio, cuando puede utilizarse en bien de los derechohabientes.
Pero en los tres niveles de gobierno pasa lo mismo. Aquí en Morelos la administración pública sigue haciendo lo mismo, buena parte de las dependencias que operan fuera de Palacio pagan rentas, a pesar de que hay cientos de bienes inmuebles propiedad oficial, muchos de los cuales ni siquiera están regularizados y escriturados, menos acondicionados como para ser ocupados por las secretarías de despacho.
Sí hay forma de generar economías y evitar el derroche del dinero del erario público, sobre todo en situaciones tan difíciles como las actuales y frente a escenarios aún más complicados en el futuro inmediato porque la recaudación sigue a la baja en el territorio nacional.