El tema viene al caso, porque algunos magistrados del Tribunal Superior de Justicia analizaban con quien esto escribe el caso de la Ciudad Judicial, para cuyo desarrollo se recurrió al apoyo de estudiantes y maestros de la Facultad de Arquitectura de la universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
Fueron ellos los que presentaron una serie de maquetas que se llevaron a concurso a fin de elegir la ganadora. Pero recordaron que desde aquel evento encabezado por el gobernador Graco Ramírez en la sede del Poder Judicial, han pasado más de dos años y de las acciones nadie sabe nada.
Incluso, se dieron cantidades de inversión y fechas precisas de las acciones a desarrollar. Sin embargo, todo indica que fue otra de las mentiras y falsas promesas de Graco, dijo uno de ellos. E incluso recordó que luego del evento, se acercó a la entonces magistrada presidenta, Nadia Luz María Lara Chávez para advertirle que no confiara en lo dicho por el gobernador, porque tenía fama de mentiroso. Y así fue.
¿Y qué pasó con la ciudad de la salud? pues todo indica que viene corriendo la misma suerte; lo poco que se hizo ha entrado en serio deterioro porque se le dejó como obra negra y de aquello nadie se acuerda. Claro, Ramírez Garrido lo anunció como un proyecto paradigma, que dispondría de instalaciones de primer mundo, equipo tecnológico de primera línea, en general, una obra modelo a nivel nacional, más o menos que todo lo que suele presumir.
De aquel anuncio debe hacer más de dos años, pero las construcciones a medio andar, ubicadas junto a los desarrollos habitacionales del club de golf Santa Fe, en Xochitepec, se quedaron en el olvido, nadie sabe qué pasó, porque a éstas alturas ya deberían estar funcionando.
La Jatropha, un producto que sería origen de progreso, creación de empleo y prosperidad, sobre todo en la región sur poniente del estado, es otro de los engaños del tabasqueño. Miles de hectáreas, que no son aptas para el cultivo de otras ramas del campo, serían ocupadas para una planta que alimentaría la producción de energía para biodiesel en turbosinas de aviones o muchas otras cosas más.
Claro, su utilidad en decenas de propósitos es real, pero aquí lo lamentable es que el gobernador sólo armó un show para lucirse, porque al igual que en los otros dos casos, no ha hecho más que el ridículo. Hubo un magno evento en palacio, invitó a supuestos promotores y ejecutivos de empresas y bancos que garantizaban el éxito en la materia, pero nunca se dio el primer paso.
¿Y en el asunto de la nueva sede del Congreso? seguimos esperando la colocación de la primera piedra, para saber de una buena vez dónde se va a ubicar, pero lo cierto es que también han pasado más de dos años desde que se le autorizaron a Graco los dos mil 806 millones de pesos en un crédito, que incluían 500 millones para el recinto y nadie entiende qué pasó.
Bueno, en cierta manera sí, que durante todo este tiempo, han jineteado el dinero, robándose los intereses, aunque ahora dicen que se les perdió. Nos quieren ver la cara de retrasados mentales. Como quiera que sea, es otro más de los abusos del gobierno estatal que sigue dando palos de ciego.
Pero no sólo es el hecho de que se engañe al pueblo de Morelos con toda clase de proyectos fallidos. Detrás de lo anterior hay derroche de recursos, campañas publicitarias, notas de ocho columnas en medios de información comprados, en las que el jefe del poder ejecutivo presume de estar llevando al estado a niveles de progreso y desarrollo históricos.
En algunos de esos espectaculares anuncios de acciones fallidas, se compran espacios nacionales de publicidad, porque el señor busca presencia en esos niveles y todo, con cargo al erario, por eso es que no se trata de un asunto menor.
Bueno, se supone que a estas alturas, ya deberíamos haber recuperado una línea ferroviaria para apoyar el transporte de carga en bien del sector industrial y comercial, en un trayecto que comprende la Ciudad de México, Cuernavaca y Cuautla.
Igual y descarriló, porque durante algunos meses, Graco se agarró del tema y no lo soltaba, insistiendo en que sería un detonante económico para aquella parte del estado. Pero de eso hace ya más de un año, quizás dos, y llama la atención que de pronto se guardó silencio.
Ha sido un gobierno de papel y de engaños, la única obra que se observa es de carácter federal, en lo que corresponde al paso exprés de Cuernavaca o la autopista Siglo XXI, porque hasta el trayecto la Pera-Oacalco se les cayó.
Y bueno, sobreviven con remiendos como la remodelación de plaza de armas en la capital del estado, en cuyo objetivo dicen que se gastarán casi 50 millones de pesos y no crea que aquello será una maravilla como debiera serlo con tanta lana, sólo es una forma de quedarse con buena ganancia, haciendo válido la consigna de algunos de sus críticos en eso de “haz obra que algo sobra”.
Pero esas no son nuevas obras, son simples mejoras a lo que ya existe, algo así como mantenimiento, cuando el estado reclama mucho más, porque parte de la infraestructura de servicios está en deterioro. La red carretera, por ejemplo, muestra deficiencias graves en tramos estatales, porque ni siquiera de eso son capaces, tienen en abandono todo.
Es una pena pues que Morelos esté envejeciendo, que todavía la herencia de administraciones como la de Lauro Ortega Martínez sigan siendo el principal rostro de la entidad, porque luego de él y- hablamos de cerca de 30 años atrás- nadie ha sido capaz de aportar nada importante.
Pero sobre todo, Ramírez Garrido, que tanto criticó a aquellas administraciones con el fin de ganar reflectores en su ambición de ser gobernador, lo logró, pero una vez en el cargo, no ha sabido que hacer. Si acaso, acaso llenarse los bolsillos.