Y ante la reacción de algunos comerciantes que han tenido que moverse de sus respectivos lugares, el subsecretario de Gobierno Jorge Meade González anduvo dándoles explicación, a fin de que entendieran los alcances de la obra, es decir socializando el proyecto, cuando éste ya se encontraba en marcha.
Pero en una breve entrevista, el funcionario aseguró que se disponía de los permisos y el acompañamiento del Ayuntamiento en la administración actual. Sin embargo, minutos después, el regidor de relaciones públicas del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Pallares Morales, en evento donde se anunció el carnaval de la colonia Antonio Barona, dijo que nadie los ha tomado en cuenta.
Es decir, que Meade González mintió y como ocurrió durante la administración de Jorge Morales Barud, algunas remodelaciones en el Centro Histórico se vienen haciendo sin considerar al Ayuntamiento, en total falta de respeto a la autonomía capitalina y mostrando un desprecio por el Cabildo.
Pero con fecha 10 de febrero, también el secretario municipal Roberto Yáñez había enviado una misiva al secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, en la que le decía precisamente que ya los permisos otorgados por la administración pasada habían dejado de ser vigentes y que si se deseaba concretar los trabajos, pues mínimamente debían volver a signarse los convenios respectivos, y por lo que se aprecia, en lugar de atender la queja municipal se apresuraron a iniciar, violando las normas.
El propósito es bastante claro, el gobierno del estado busca capitalizar política y socialmente el proyecto, a pesar de que como en muchos otros no es dinero suyo, viene del régimen federal por la vía del INAH, igual y eso sería lo de menos. No obstante, a partir de los pilares externos de Palacio de Gobierno hacia afuera, es territorio del Ayuntamiento de la ciudad y por lo tanto legalmente se le tiene que invitar a sus autoridades, eso en materia legal, pero por decencia y civilidad política además.
No ha sido así, volvieron a mostrar la misma actitud ante la comuna y eso simplemente da fe de la soberbia e insensibilidad con la que se viene conduciendo un aparato gubernamental que busca desesperadamente congraciarse del aprecio colectivo, pero cada vez se aleja más de sus gobernados.
Durante el trienio anterior se hicieron mejoras en los accesos de Correos y lo que ahora se conoce como el cubo del abogado, a un costado del Museo Cuauhnáhuac, así como la remodelación de la calle Guerrero. Morales fue ignorado como edil, al igual que hoy lo hacen con Cuauhtémoc Blanco, no lo invitaron a los anuncios previos a las acciones y desde luego que menos al inicio de las obras.
Eran momentos pre-electorales, todavía en Palacio se creía que con esas inversiones de recursos federales se podía ganar la voluntad de algunos electores capitalinos para poder llevar a Jorge Messeguer Guillén a la presidencia municipal, con el sueño de que a la postre, sería el candidato a la gubernatura para la justa del 2018 y todos contentos. Era lo ideal para que todo el saqueo que se está haciendo se encubriera.
Sin embargo, aquellas ofensas públicas al entonces alcalde fueron transformándose en mayor repudio al emperador y la historia usted la conoce, les dieron una paliza en las urnas de tal magnitud que en Cuernavaca no ganaron una sola posición, ya sea en la comuna, legislaturas locales o federales de mayoría, a pesar del derroche económico.
Pero parece que no aprenden de esas amargas experiencias y vuelven a hacer lo propio con Blanco Bravo, hoy no con expectativas meramente electorales, más bien orientadas a mostrar a la opinión pública quién tiene el mando y el poder para pasar por encima de cualquier norma o disposición legal.
Si lo que el secretario municipal dice respecto a que los permisos concedidos en relación a tal proyecto ya están vencidos, entonces los atropellos son todavía mayores. Y es que enfrentan otra dificultad, porque los recursos son programados, debieron aplicarse el año pasado, corrían el riesgo de regresarse y a eso se debe el apresuramiento.
De cualquier manera, el Cabildo de Cuernavaca tiene la obligación moral de exigir respeto y demandar ser incluidos en el proceso de las acciones, de otra forma les van a tomar la medida y cada vez que se requiera serán ignorados.
Ahora bien, tampoco crea que la transformación es del tamaño del dinero a aplicar, más bien ampliarán la plancha de concreto, porque crecerá en toda el área, bajo los árboles, ello incrementará el calor, sobre todo en el verano. Pero además quitarán todo tipo de estatuas y figuras instaladas ahí por gobiernos anteriores, incluyendo el reloj que colocó ahí Sergio Estrada Cajigal, una placa que se encuentra al lado sur de palacio, casi frente a Correos; y los zapatistas ubicados al fondo de la plancha de la Plaza de Armas, por eso el asta bandera será recorrida hacia ese espacio y las dos fuentes de agua desaparecerán.
Eso merecía mínimamente de una consulta a los cuernavacenses, porque habrá aquellos a los que no les parezca la transformación, pero tal sensibilidad no se les da a nuestras autoridades estatales. Y lo que tampoco se ha aclarado es a quien se le asignó el contrato de obra, hablamos casi de 50 millones de pesos, eso demanda de una licitación pública, porque igual y se termina favoreciendo a familiares y amigos como ha estado ocurriendo hasta la fecha.
Pero caminamos en la misma tónica, se continúan adornando con sombrero ajeno: presupuesto federal. Y ¿dónde están los recursos de origen estatal?, en estos tres años y casi cinco meses han manejado algo así como 70 mil millones de pesos y no existe una sola acción que merezca algún reconocimiento del pueblo de Morelos. En un gobierno austero, la inversión pública tendría que ser del orden del 50%, es decir unos 35 mil millones de pesos de obra social, pero ¿en dónde está?