Carentes de un guía moral, una autoridad superior en el estado que los someta a la institucionalidad y el respeto a los intereses de su propio partido, cada quien asume decisiones y actitudes de acuerdo a lo que más le conviene y esto es tal vez lo que los viene llevando a la indefinición, cuando están obligados a mostrar que luego de esa larga ausencia en las estructuras gubernamentales, aprendieron de los errores.
Pero son muchos los factores que los enfrenta como diputados, uno de ellos, desde luego la posibilidad de un regreso total al control de las instituciones, más de un diputado se siente tocar las puertas de la gloria soñándose candidato y luego en funciones de Gobernador.
Ha sido suficiente una semana para que casi todos los medios informativos los satanicen y descalifiquen por la inasistencia a unas dos sesiones ordinarias, pareciera que tampoco es como para tanto, sin embargo, hasta donde sabemos, hay razones por las cuales se da esa inconformidad.
A partir de que el empresario educativo Jorge Arizmendi García fue sustituido en ese mando, primero por el diputado David Salazar, ahora -aparentemente- por Julián Abarca Toledano, no ha sido posible que alguien ostente verdadera autoridad
Pero a pesar de que se había logrado un aparente consenso, por lo menos entre la fracción del Revolucionario Institucional a mediados de la semana anterior, la búsqueda de alianzas con otros compañeros legisladores los llevó a otro distanciamiento.
Tenemos entendido que 13 de los 15 que conforman el grupo decidieron hacer frente único con el G-5, integrado por los partidos chiquitos, Nueva Alianza, Verde Ecologista, Convergencia, Partido del Trabajo y el de la Revolución Democrática (PRD), pero dos de ellos, Arizmendi y Gabriel Haddad pedían que fuera con la bancada panista.
Al final -por lo menos así estaban las cosas de última hora- se optó que el pacto se hará con el grupo de los cinco, aunque esto significa que los otros dos no van a jalar parejo.
El caso es que de la manera que sea, las decisiones están tomadas y entonces, no hay razones para más ausencias e inasistencias a las sesiones de parte de los representantes populares.
Estarían pues regresando este martes con otros acuerdos agregados, como el relacionado a la permanencia de Othón Sánchez Vela al frente de la mesa directiva del Congreso lo que resta de este año legislativo, es decir, hasta el primero de septiembre, porque ese día la estafeta quedará en manos de un priista.
En lo que corresponde a la comisión política y de Gobierno, ya tendrá que dejarla el grupo parlamentario del PRI, le correspondería al PAN, pero el PRD quiere adelantarse y en eso solo es cuestión de que lleguen a algún arreglo.
Más o menos así andan las cosas en torno al Poder Legislativo, que generó mucha polémica en los días anteriores por conflictos diversos.
Y también Acción Nacional logra -por lo menos momentáneamente- apaciguar los ánimos de algunos de sus integrantes en el grupo legislativo, que buscaban sustituir a su coordinador Luis Miguel Ramírez Romero.
Este seguirá al frente del mismo, de tal forma que lo mismo que los priistas, tampoco tienen motivos para seguir ausentes, porque fueron parte de la causa de la no realización de las sesiones ordinarias, la semana anterior.