Es decir en números redondos, la próxima presidenta municipal Gisela Mota Ocampo iniciará su ejercicio municipal a partir del primero de enero con una carga de más de 200 millones de pesos a pagar y buena parte de los pasivos ya no admiten plazos ni tiempos adicionales.
Se recuerda que sólo de gestiones hechas durante estos tres años anteriores por parte del senador Fidel Demédicis Hidalgo y los diputados federales, Javier Orihuela García y la propia Mota Ocampo, se consiguieron unos 220 millones de pesos, con los que se debió llevar una gestión sin mayores tropiezos, pero también una de las fichas informativas destaca que durante el 2014, el pago de nómina en este Ayuntamiento superó 120 millones de pesos, cifra demasiado alta para una comuna mediana.
Tomando en consideración la situación delicada, uno de los colaboradores cercanos de la alcaldesa electa confió al reportero: “Ya ella está consciente de que comenzará aplicando una reestructuración total en todas las áreas y muy posiblemente un ajuste en aquello que tiene que ver con gastos excesivos y pago de nómina”.
Y se agrega que en su oportunidad, “se advirtió de una sobrepoblación de empleados que duplicaba las necesidades reales de la alcaldía, sin embargo en mucho se trató de recomendados de algunas figuras políticas de partido, que de esa manera cobraron al alcalde Miguel Ángel Colín facturas pendientes por apoyos en campañas”.
Sólo por mencionar algunos de los pasivos más fuertes a los que seguramente deberá hacer frente la nueva administración, aparecen pagos por cubrir, como en el caso de “retenciones de impuesto sobre la renta, 20 millones 8 mil 20 pesos; acreedores diversos, administraciones pasadas, 15 millones 599 mil; Banco del Bajío, 13 millones 227 mil 350; y aguinaldos por pagar a personal 6 millones 300 mil. Sin embargo, hablamos de una lista de 216 proveedores y prestadores de servicios que reclaman lo correspondiente.
Ya se dijo que la Comisión de Hacienda del Poder Legislativo va a aplicar una auditoría en relación a lo recaudado desde septiembre por el programa adelantado de pago del impuesto predial, pero los asesores de Mota Ocampo consideran que esa revisión debería llevarse a la mayoría de las dependencias municipales, sobre todo en aquellas donde se maneje dinero.
Y mire que en relación a todo esto, hay algo más que a la alcaldesa electa no le gustará nada, que la mayoría de las obras, para las cuales ella siendo diputada federal gestionó los fondos en la Federación, están sin concluir y así se las van a dejar.
O sea que bajó los recursos y los entregó al alcalde, pero la mayoría de los mismos se utilizaron para otras necesidades y ahora ella deberá buscar la forma de concluirlas, aunque dos que tres ni se iniciaron, eso es lo que dicen algunos que vienen con su equipo de colaboradores.
Pero en este tema se habla de algo muy delicado, se trata de dinero del gobierno federal y aquí o se enfrentan las consecuencias legales o se devuelve la lana, y lo contradictorio es que fue Gisela quien los trajo como inversión social vía la gestión o la presión en la Cámara baja.
Lo interesante en el caso de Mota Ocampo, es que acaba de dejar la legislatura federal y tiene mucha claridad respecto a cómo y dónde buscar apoyos frescos de la Federación, todo indica que anda en eso, a fin de poder enfrentar los primeros días de gobierno a la cabeza de la presidencia municipal.
De cualquier manera, no se pronostica un arranque de luna de miel, apenas tome protesta como presidenta, le caerán en masa los proveedores y prestadores de servicios que hace buen rato, esperan impacientes que se les cubran los pendientes.
Otra cosa son los laudos, lo delicado del tema es que incluso se podría correr el riesgo de la destitución por desacato en el cumplimiento de éstos, porque la mayoría de esos 300 están vencidos hace mucho y no son unos cuantos pesos, se trata de millones y ¿con qué ojos?
El temor de la administración entrante es que además de los enormes pasivos acumulados, no se tenga capacidad para pagar el aguinaldo y hasta quincenas pendientes, se habla de cinco, lo que elevará todavía más la cantidad a cubrir por el gobierno que recién arranque.
Tampoco es la única alcaldía en problemas, prácticamente todas andan en lo mismo, pero por lo que se aprecia aquí los montos son gigantescos, en comparación con el presupuesto que se ejerce anualmente, de ahí que no exista otra salida que eliminar algunas áreas y reducir la nómina al mínimo, si se desea destinar algo de dinero a las necesidades de inversión social.
Ayer, el diputado federal Matías Nazario Morales entregó a 14 alcaldes las carpetas que les acreditan la disposición de fondos federales que él gestionó durante la aprobación del presupuesto federal, no aparece Temixco, ni Cuernavaca, porque no se presentaron proyectos. Sin embargo ahí está el diputado federal Javier García alias “El Gato” que los representa, porque ganó el segundo distrito, pero el señor no logró un solo peso para esta localidad, o fue incapacidad o falta de voluntad, en la práctica es lo mismo.
El panorama es desolador, tampoco es responsabilidad exclusiva del presidente municipal saliente, hay diez miembros más del Cabildo que tenían la obligación de prever algunas cosas, parece que no lo hicieron y heredarán una situación por demás adversa y mire que son del mismo partido, el de la Revolución Democrática (PRD). Aunque quizás de corrientes políticas encontradas.