El tema viene al caso, porque ayer inició el foro internacional conocido como “Alternativas Verdes”, ciudades sustentables, cuyos actores principales, en este caso incluida la representación de la Unión Europea que fue la invitada especial, buscan sentar las bases para la generación de energías limpias o sustentables, cuyo uso deberá ir desplazando productos altamente contaminantes, que gradualmente están acabando con la abundancia de los recursos naturales.
Ahí en teoría parece un sueño poder cambiar las cosas, porque en la realidad se antoja mucho más complicado, sobre todo por la pobre cultura de buena parte de la sociedad en aspectos igualmente fundamentales para la preservación del medio ambiente, cuidando la naturaleza. En el acto de ayer se habló de compromisos específicos por parte de nuestro país, como aquello de bajar los niveles de efecto invernadero en lo que toca a la emisión de gases tóxicos a la atmósfera.
Igual y en algunos rubros o actividades es posible ir evolucionando más rápido, a fin de contener la autodestrucción que nos viene llevando hacia escenarios catastróficos, mediante la utilización de tecnologías actuales. Sin embargo hay otros campos en los que la ciencia y más que eso la conciencia colectiva no progresa gran cosa al paso de los años.
Porque en este terreno se debe actuar en muchas direcciones y vertientes, como la búsqueda de energías sustentables a ser utilizadas, por ejemplo en todo lo que tiene que ver con los automotores. La gasolina es un contaminante fuerte y esas medidas como el “Hoy no circula” son mejoralitos para un cáncer que avanza a pasos agigantados, habrá que ir más a fondo y en el evento se expusieron unidades que trabajan con electricidad, hacia ese sentido se deberá caminar en lo sucesivo.
En este foro se antoja relevante la participación de los países de la Unión Europea, porque deberemos reconocerlo, nos llevan mucha distancia al respecto. Si de algo tienen fama en el viejo continente, es de una cultura de la limpieza y la pulcritud, porque también han sabido educar a sus pueblos, cosa fundamental en la materia. En aquellos espacios del planeta es difícil ver basura en todos los rincones como en México o Morelos.
Claro, tampoco es sólo consecuencia del valor cultural de la población, hay reglas claras, aquél que las violente, debe someterse a la ley y como que a veces se requiere algo de mano dura para poder mantener el control. En Estados Unidos, por ejemplo, a quien se sorprenda tirando desechos en vía pública, se le arresta y multa con 500 dólares, aquí no pasa nada, sin importar si hay o no leyes que prevén castigos.
No es querer descargar en otros la responsabilidad, pero nuestras autoridades tienen mucha culpa de lo que pasa, no hacen respetar el derecho, se llegan a prestar a actos de corrupción, no apreciamos programas permanentes de concientización sobre lo trascedente de cuidar nuestros bosques, de separar los desechos sólidos y ponerlos en su correcto lugar, o para evitar la agresión a la fauna.
En unos cuantos años, decenas de miles de hectáreas han sido depredadas en los bosques del norte de Morelos, los tiraderos al aire libre son escandalosos, por donde andemos podremos ver basura provocando contaminación natural y visual, pero como que a nadie le importa. Hemos perdido la cordura y la decencia, ya nos acostumbramos a vivir en la inmundicia, ¿podremos realmente ir modificando costumbres y cultura?, seguramente, pero hay que aplicar la ley.
Este estado tan hermoso está perdiendo sus atractivos naturales por tanto desorden y lo aceptaba el gobernador Graco Ramírez, recordando que particularmente nuestra entidad se convirtió en dormitorio de estados vecinos, en especial de la capital del país. Se construyeron miles y miles de casas de todo tipo, pero en espacios incorrectos, absorbiendo tierras de cultivo, destruyendo flora y fauna, afectando mantos freáticos, sin un proyecto pensado en el entorno. Hoy se aplican normas distintas, sin embargo buena parte del daño está hecho y es irreversible.
Por lo menos la representación europea consideró que México es una de las naciones de Hispanoamérica que ofreció participar en la aplicación de políticas sustentables, a fin de prevenir el cambio climático y hasta se fijó metas claras, habrá que ver si se cumplen. Sin embargo, es una tarea a mediano y largo plazo que deberá incidir en cambios de fondo en la industria, el campo y muchas otras actividades del ser humano.
El titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) Rafael Paquiano dijo que hacia el 2050, el 70% de la población en México vivirá en zonas urbanas. Es decir que la concentración se complicará aún más, dificultando más las cosas en el tema que nos ocupa, pero sostuvo que somos el primer país latino con programas de combate al efecto invernadero.
El de ayer fue un evento sin duda interesante, los compromisos anunciados parecieran buscar aterrizar un sueño, rescatar lo poco que nos queda en materia de recursos naturales y con el apoyo de aliados que ya viven una realidad distinta, los europeos, aunque nosotros en ese sentido estemos en pañales. Sin embargo no hay peor lucha que la que no se hace y se tiene que dar el primer paso, ojalá sea en serio y no simples discursos que se quedan en el recuerdo, como hemos visto reiteradamente al paso de los años y en tantas administraciones estatales y federales que ya se fueron sin dejar gran cosa.