De nueva cuenta vuelven a surgir esas posiciones y se dan a partir de que el presidente municipal electo, Cuauhtémoc Blanco Bravo, anduvo el pasado 7 de los corrientes en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y con rostro de no muy buenos amigos.
Pero no sólo por eso, igualmente comienza a trascender de parte de quien contendiera por la alcaldía de Jiutepec, el priísta Rafael Reyes Reyes, que “la decisión fue política”, o sea, negociada y que ello se concretó el día que el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, estuvo en Morelos para inaugurar el cuartel militar de Los Lagartos.
Rafa menciona que nada discreto, el propio Manuel Agüero aspirante perredista y a favor de quien salió el dictamen, se encargó de propalar que el gobernador le había dicho que logró pactar el acuerdo a fin de quedarse con aquella alcaldía, pero con el compromiso de que en Cuernavaca se reponga el proceso electoral.
Incluso se menciona como fecha fatal, el próximo 13 de los corrientes, que ese día la sala superior estaría definiendo su postura, misma que ya vendría influenciada y también negociada en el entendido de que, en una nueva justa, el tricolor estaría prácticamente recuperando esta interesante plaza.
Ahora bien, ¿por qué del cambio de visión del partido en el estado, sí observamos cómo se hizo hasta lo imposible porque la candidata priísta Velázquez Sánchez no ganara?, muy fácil, que nunca se consideró que Blanco ahora asumiera una posición como la que viene mostrando a partir de que ganó.
Su determinación de no darle continuidad ni por error al famoso Mando Único, crispó los ánimos en otras trincheras, al chocar con los intereses en Palacio. Esto nunca se previó y la única manera de evitarlo es no dejarlo llegar a asumir la responsabilidad, a pesar de la enorme diferencia en los números.
Porque le recordamos, de llegar a anularse el resultado, ya los candidatos serían diferentes, o sea, ni Maricela, Blanco Bravo o Messeguer, por ejemplo, participarían, tendrían que ser cuadros nuevos y para que el Partido Socialdemócrata encuentre otro aspirante con las características del futbolista, está en chino, prácticamente estarían perdidos, por ahí van las estrategias.
Pero no deja de ser sintomático que Cuauhtémoc anduviera por los pasillos de la Sala Superior, instancia que determinará hacia dónde se inclina el delicado tema, que trae nerviosos a muchos. Insistimos, en un escenario de legalidad y justicia, no veíamos cómo Manolo Agüero podía ser ratificado, porque para lograr aventajar con unos cuantos votos a Rafa, debió cometer delitos graves, como la quema de urnas, pero lo logró, ¿a costa de qué?, pues de una presunta negociación, consistente en ¿ceder Cuernavaca?, ya lo veremos.
Estadísticas del delito, confusión
Y a propósito de la reciente comparecencia del comisionado de Seguridad, Jesús Alberto Capella, ante el Congreso, y no obstante, su esfuerzo por intentar convencer a la audiencia de que ya estamos bien en seguridad, sigue dándose una confusión en torno a las estadísticas respecto a delitos de alto impacto.
Ayer, el encargado de despacho de la Fiscalía General de Justicia, Javier Sánchez Durón, luego de amenazar con iniciar una denuncia contra quien resulte responsable por la filtración de un documento en el que los niveles del delito son superiores a los que ellos dicen, trató igualmente de descalificar otras fuentes.
Salió con el argumento de que “en algunas instancias hay duplicidad en las denuncias” y ejemplificó con el caso de un robo a casa habitación, “suele darse que dos o tres miembros de la familia hacen su demanda, cada quien por su lado y en las estadísticas, un sólo delito podría aparecer tres o cuatro veces”.
Puede ser, sin embargo la experiencia histórica nos dice que los números que oficialmente manejan las instancias sobre el tema, son infinitamente menores a los de la realidad, la mayoría de los delitos no aparecen en registros por ningún lado, esa ha sido una estrategia recurrentemente utilizada por las autoridades, para minimizar la gravedad de las cosas.
Porque se parte de la premisa de que “delito que no se conoce, no existe” y en parte es verdad; usted, al interior de su comunidad podría dar fe de hechos diversos en materia de delito, pero más allá de su jurisdicción no se les registra y pareciera que vivimos en paz.
Los responsables de cuidarnos aseguran que sólo es una errónea percepción colectiva, que las cosas mejoran sustancialmente, aunque usted recurrentemente es atacado, sólo que han perdido toda credibilidad, ya nadie les cree, porque se nos ha mentido tantas veces que para el ciudadano es cada vez más válido aquello de “piensa mal y acertarás”.
En lo que toca a la extorsión, por ejemplo, se coloca a Morelos en los primeros planos nacionales, acorde con cifras del Sistema Nacional de Seguridad, pero Sánchez Durón afirma que estamos por el décimo lugar, que tampoco sería para presumir, si en efecto el Mando Único fuera lo efectivo que se dice.
Claro, hay zonas mucho más complicadas que otras, de tal manera que aquellos que dicen que andamos bien, deberían irse a radicar un rato a Ocotepec, Tres Marías, a algunas colonias de Cuernavaca o en la mayoría de los municipios del sur del estado, donde las cosas muestran otra cruda realidad.
Sin embargo, sólo entrando en confianza con algunos de sus habitantes le contarán las cosas horribles que enfrentan y que por temor, las manejan muy discretamente, saben que el que se va de la lengua no vive para contarlo, los mafiosos tienen oídos por todas partes y no perdonan.