Luego de sostener un encuentro, ayer por la mañana, con el obispo Ramón Castro Castro, reiteró parte de su posicionamiento en temas de mucha polémica, como el Mando Único, en torno al cual, dejó claro que no le dará continuidad y que él ya tiene armada una estrategia en esa materia.
El hombre es poco efusivo y difícilmente se le saca información, sin embargo, tras mucha insistencia dijo que “en lugar de andar en reuniones y encuentros improductivos, está atendiendo cosas más interesantes para la ciudad” y reconoció que en lo referente a la seguridad, viene buscando acuerdos con la Federación, a fin de que lo apoyen con elementos de la Policía Federal y cuando sea necesario, del propio Ejército.
Blanco Bravo desayunó con el obispo por cerca de dos horas, en su despacho privado, donde no se permitió el acceso a los medios de información, incluso se pidió al equipo personal del futbolista, que no se tomaran imágenes, pero luego de ello, ambos salieron y ofrecieron una conferencia en conjunto.
Fue el prelado el primero en hablar y señaló que Cuauhtémoc “tiene buenos planes en lo que respecta a la seguridad”, ejemplificó el grado de delincuencia que priva en la capital señalando que “uno de nuestros empleados ha sido robado cinco veces en el trayecto de ida y regreso a su casa, el pobre hombre ya no porta ni celular porque sabe que se lo arrebatarán, por eso es tan importante hacer algo al respecto”. Luego agregó que los temas más prioritarios en este momento y que fueron parte de la conversación, son los pobres y la inseguridad.
Blanco abundó en el tema, refiriendo que durante su campaña recibió continuos testimonios de atracos, robos a casa habitación, “algo que simplemente no se vale, porque le cuesta a la gente, tenemos que hacer algo por ella..."
Otro compromiso que hizo fue atacar frontalmente la corrupción.
Pero una vez concluida la rueda de prensa, el edil electo seguía asediado por los fotógrafos y periodistas, que en masa se dieron cita en Catedral. Y como el trayecto desde el claustro hasta la calle Hidalgo, donde el Cuau tenía su auto era largo, se pudo aprovechar para sacarle algunos datos más.
Fue acá donde debió responder más interrogantes y en aquella respecto a sus ausencias en reuniones conjuntas de ediles electos con funcionarios de gobierno estatal, sólo dijo que “yo tengo cosas más importantes que hacer, son temas fundamentales para la ciudad y no tenemos tiempo por ahora para esos encuentros”.
Se le insistió si no tenía interés alguno en reunirse con autoridades estatales como el secretario de Gobierno o el comisionado de Seguridad, Jesús Alberto Capella, para analizar el tema de la seguridad, pero expresó que por ahora no es de su interés.
Y aunque en el transcurso de la mañana este encuentro tuvo su respuesta en el secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, quien sólo dijo que en lo referente al obispo, “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Al alcalde electo se le recordaron las declaraciones de Capella en el sentido de que los dejaría sin armas, vehículos y elementos si no aceptaban el Mando Único, pero respondió que “no hay problema, que nos desarmen, nosotros, ya les dije, tenemos una propuesta distinta en la materia y es la que vamos a aplicar”.
¿Hasta dónde se estirará la cuerda?, no lo sabemos, lo que nos queda claro es que, para las pulgas de Capella, el Cuau no parece inmutarse con sus acaloradas declaraciones y por el contrario, como que las toma de quien viene, un sujeto ensoberbecido y autoritario que se sitúa por encima de la Ley.
Porque eso de que “los dejaré sin armas” es contrario a los preceptos constitucionales en la materia, que obligan a los tres niveles de gobierno a garantizar la paz y seguridad de los gobernados, o sea que el tipo, o desconoce el derecho o se lo pasa por el Arco del Triunfo y cualquiera que sea el caso, habla de su mala fe.