Pero aún en medio de toda clase de dificultades, hasta nuestros días, el sindicato magisterial es uno de los reductos más fuertes y numerosos que sobreviven, conserva cierta influencia en la población y cuando se les toca sus intereses, suelen reaccionar en conjunto y representan una fuerza bastante pesada. Lo vimos en aquel movimiento de mediados del 2008, cuando estuvieron a nada de desvanecer el régimen local de Estado.
Sin embargo, queda claro que, como ocurre en cualquier escenario, no dejan de ser una sociedad en pequeño que tiene sus diferencias internas y sus manejos y comportamiento diferenciado, es así como surgieron corrientes que siguieron rutas de lucha distintas.
De esa manera surgió la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), con un posicionamiento, así sea a nivel de discurso, antagónico al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), aunque en el caso particular de Morelos, no han logrado gran éxito, los institucionales continúan siendo la absoluta mayoría.
Pero eso no ocurre en algunas entidades, como Oaxaca o Michoacán, incluso en Guerrero, en cuyos estados más bien son los que dominan los territorios y se han significado por una actitud siempre crítica e incisiva contra las autoridades de gobierno en turno, no importa su procedencia partidista y reaccionan no muy amigablemente cuando consideran que se les afectan sus intereses.
En estos momentos y tras la puesta en práctica de la reforma educativa, los ánimos no andan muy tranquilos que digamos y podemos sostener que en la generalidad de los maestros, aunque la mayoría guarda las formas y cuida sus expresiones para no tener problemas, pero como que a nadie le gustó eso de las evaluaciones. Ya en corto, el profesor muestra su enojo, considerando que sí hay puntos de riesgo y que en caso de ser reprobado en la evaluación, traería consecuencias, entre ellas, perder hasta la plaza y ser retirado de grupo.
Sin embargo, a la hora de protestar, son pocos los que se arriesgan a salir a las calles y dejar ver su inconformidad, temerosos de sufrir consecuencias en materia laboral. Por ese motivo, es que en nuestra entidad no consideramos que las cosas lleguen a mayores, aún con la drástica decisión tomada en Oaxaca contra quienes, desde hace muchos años, se apoderaron del Instituto Estatal de la Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
En aquella entidad, los excesos habían llegado al extremo, no sólo controlaban la organización sindical, eran jueces y autoridad en materia de educación a nivel institucional, lo que alguna vez repudiaron por considerarlo ilegal o ilícito, lo empezaron a practicar, pero con creces, las consecuencias las van a empezar a pagar.
Pero hay algo más, tras los acontecimientos contra los normalistas de Ayotzinapa, en Guerrero, comenzaron a mostrar que buena parte de los maestros estaba muy identificado con grupos radicales y presuntamente hasta delincuenciales. Nos referimos a la mayoría de quienes se agrupan en la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG). Eso seguramente encendió los focos rojos en algunas instancias federales, como la Secretaría de Gobernación.
Se encontraron otros elementos en común en todos esos movimientos localizados en especial en Oaxaca, Michoacán y Guerrero. Comulgan política e ideológicamente con una parte de la izquierda, la que encabeza el ex aspirante presidencial, Andrés Manuel López Obrador, vía el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Para la mayoría de los analistas y observadores, han venido siendo instrumentos, mediante los cuales el tabasqueño golpea al sistema político en el poder y también por dichas razones, es que se debieron tomar acciones determinantes para ir apagando el fuego y restándole maniobrabilidad a quien por tercera ocasión quiere ser candidato a la presidencia de la república en el 2018.
La reacción no se hizo esperar, de inmediato AMLO levantó la voz para invitarlos abiertamente a sumarse a su proyecto político-electoral. Nosotros diríamos que no hace falta que lo hagan, ya vienen “trabajando” hace buen rato en dicho proyecto. Es decir, son enemigos declarados del mandatario Enrique Peña Nieto y principales promotores de críticas de descalificación muy acorde con las que suele expresar López Obrador.
Acaba de pasar el proceso electoral intermedio, quedan más de dos años de espacio temporal como para desmantelar esas fuerzas de corte político, enfrentar su reacción y bajarles el nivel de rijosidad e influencia hacia la población, buscando llegar al 2018 ya con un escenario distinto y menos complicado.
Este golpe dado en Oaxaca por el gobernador Gabino Cué, es asimismo un mensaje a las demás trincheras, podrían correr la misma suerte, de tal manera que tendrán que moderar sus acciones o atenerse a las consecuencias. Se insiste en que tenían amenazados a los maestros, obligados a ir a las marchas, plantones y protestas, si eso es real, el poder de los que controlaban el IEEPO se desvanecerá terriblemente, es casi seguro que la mayoría de profesores, en aras de mantener su chamba, buscarán refugio institucional y la fuerza de los desplazados se achicará de inmediato.
Pero además, todos los partidos representados en el Congreso de la Unión -a excepción de los de Morena- aplaudieron la determinación conjunta entre estado y Federación. Reiteramos, sólo AMLO les tendió la mano, porque él y muchos más sabemos que eran parte de sus huestes y eso era un secreto a voces, que con su declaración deja de serlo, por lo menos ante el resto de la sociedad ajena a las grillas político-partidistas y que poco se informa sobre ese mundo de componendas, perversidades e intereses.