En inversión privada y gubernamental tampoco podemos decir que andamos muy bien, la escasez de presupuesto nos va llevando a un rezago cada vez más creciente en comparación con estados vecinos, estructuralmente venimos quedándonos cada vez más atrás.
Y a eso vamos, todavía en administraciones como la de Lauro Ortega Martínez, la entidad mostraba mayor dinamismo, es claro que había más dinero, porque se desarrollaron acciones que hasta la fecha siguen siendo un referente de los buenos gobiernos.
No es por menospreciar a quienes lo sucedieron, Antonio Rivapalacio, Jorge Carrillo Olea, Jorge Morales Barud, Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame Castillo, pero LOM transformó Morelos en seis años, en algunos casos parece que se adelantó a su tiempo y generó estructura a mediano y largo plazo.
Del resto de los mandatarios es muy difícil recodar los logros significativos y eso que ejercieron el mando después de él, pero de Ortega Martínez podemos enumerar la ampliación a cuatro carriles del Cañón de Lobos, la construcción de la Unidad Deportiva Mariano Matamoros en Xochitepec, del Aeropuerto Mariano Matamoros de Tetlama o del teatro de la ciudad.
Y del aeropuerto es de lo que deseamos profundizar un poco, porque queda claro que no obstante la enorme inversión que hoy día representa, es algo así como un “elefante blanco”, no hay vuelos comerciales, ni de pasajeros, o en su caso el movimiento es casi imperceptible.
Y a pesar de que fue concebido como la apertura de una ventana hacia el mundo, no se ha podido lograr su detonación y eso que Estrada Cajigal y Adame Castillo le metieron algunos recursos para ampliar el área de servicios, sobre todo en lo que toca a pasajeros y torre de control. Pero nada de eso ha podido hacer despertar al monstruo, sigue dormido y no vemos movimientos oficiales como para pensar que pronto pudiera ser utilizado para bien del estado.
Claro, siempre se ha dicho que las condiciones y el espacio en que se instaló no son los más adecuados, que la cercanía de las montañas al norte de la capital del estado son un obstáculo para poder hacerlo competitivo frente a aeropuertos cercanos, como el de la ciudad de México o el de Toluca, pero se tendrá que encontrar la fórmula para que todo ese esfuerzo y dinero invertido ahí le sirva de algo a los morelenses, porque en verdad, está siendo desaprovechado y como que no nos encontramos en circunstancias tan ideales como para que continúe así.
La conexión con el mundo exterior e interior en la entidad es otro conflicto. Es ahí donde ha intentado hacer hincapié el gobernador actual Graco Ramírez Garrido, porque en efecto, dadas las pésimas condiciones de vialidad, desde Cuernavaca pareciera que se llega más rápido a la base del Distrito Federal que a la de Tetlama. Por eso el proyecto de construcción del puente vehicular Apatlaco, que abriría una carretera directa desde El Polvorín hasta el aeropuerto, reduciendo drásticamente los tiempos de traslado.
El tema económico es muy delicado actualmente, ha sido una hazaña que por lo menos se diera conclusión a la obra del distribuidor vial de Palmira en El Polvorín, pero lo que se advierte es que lo del puente podría quedarse atorado por algunos años, con el riesgo de que las pocas estructuras montadas sufran gradual deterioro, porque no hay recursos para darle continuidad.
Nos encontramos algo atorados en lo que se refiere al paso exprés, con la ampliación del libramiento de Cuernavaca, que sería el paso siguiente a dar para aligerar la conexión con el aeropuerto, pero muchos siguen considerando que lo mejor debió ser abrir el libramiento norponiente, aún con los costos ecológicos que pudo ocasionar, pero que era de más resultados.
Sin embargo, el hubiera no existe, hay que irnos con lo que tenemos o podemos, y no es mucho. El estado necesita inversiones cuantiosas en varios rubros, uno de ellos las vías de comunicación. Y mire que todavía recordamos mensajes de LOM sobre el tema, de acuerdo a lo que decía, nuestro estado se encontraba por arriba de la media nacional en articulación vial, porque le metió mucho a la ampliación carretera a cuatro carriles y conectó a la mayoría de lo que entonces eran 400 pueblos.
Pero como dice el dicho, “ya llovió”, él dejó el gobierno en 1988, han pasado 27 años, lógicamente la entidad ha crecido, ¿qué se le antoja, al doble tal vez? Y la infraestructura no, casi nos quedamos ahí, buena parte del Morelos de LOM sigue siendo el mismo.
Y no sólo eso, por el contrario, como decíamos al principio de estas reflexiones, hemos perdido años de desarrollo, destruido buena parte de las riquezas que nos dieron fama internacional, incluyendo el clima. Cuernavaca en buena medida es ya una ciudad calurosa y el estado no se diga, la parte sur es tremendamente caliente, lo padecemos en estos momentos.
Se ha destruido más del 70% de los bosques por la tala clandestina, el recurso acuífero decrece aceleradamente, hay sobrepoblación y por ende explotación desmedida. Desde luego que el estado ha dado pasos agigantados, pero hacia atrás, el nivel de vida de los ciudadanos se ve afectado.
Lo malo es que acciones tan trascendentes como la construcción del Aeropuerto Mariano Matamoros no acaban de ser aprovechados por las razones que usted quiera y eso es imperdonable, habría que pegarle con todo a esa parte, pero no vemos de qué manera. Nuestro problema actual es dinero y se antoja que la insuficiencia va para largo, ya lo vemos con los anticipados recortes al presupuesto 2016, secundados por el gobierno estatal.
1 comentario
Urge que la SCT se "ponga las pilas" y concluya con el camino al Aeoropuerto, por la via Norponiente y/o desde el puente Apatlaco
Hey
apoyo a Daniel con sus comentarios, el Aeropuerto debe volar. Es muy… Compartelo!