Hace ya buen rato, en la capital del país toma fuerza ese fenómeno, en el Distrito Federal se le atribuye a las huestes de Andrés Manuel López Obrador el impulsar esta campaña y de agarrarse de ahí para generar conflictos y bloqueos en la vía pública, lo que viene llevando a un enfrentamiento al ex candidato presidencial con el actual jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera.
Aquí, el secretario de gobierno Matías Quiroz Medina dijo que aún no se tiene conocimiento de dónde vienen esos, los que llamó rumores sin sustento. Sin embargo un funcionario público dijo al reportero que serían miembros de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC), quienes estarían dándole fuerza a tal teoría, sin que ello esté confirmado.
Desde la administración pública del estado se afirma que no existen casos documentados y que mucho menos existen denuncias ante las instancias competentes, para que se pueda considerar como un hecho. Lo extraño es que algunos medios informativos identificados con el gobierno, son los que vienen haciendo publicaciones respecto a supuestos casos en materia.
El problema para las autoridades es que se trata de un acontecimiento que está pegando en los sectores populares, ahí se da por hecho que vivimos un grave problema y al interior del seno familiar se ejemplifica con casos no confirmados, pero que de alguna manera abundan en la rumorología.
Y no se crea que es un tema concerniente a Cuernavaca, ya en pueblos y comunidades del interior del estado se comienza a percibir el mismo temor y corre la sugerencia de que hay que tomar todo tipo de precauciones para evitar ser víctima de los plagiarios y que tampoco nadie sabe de quiénes se trata, ni de dónde vienen.
Sólo que a nivel de debate en los cafés y corrillos públicos se habla incluso de imágenes de video en las redes, donde se simula la planeación del robo de infantes y con ello se da más crédito a lo que hasta el momento continúa siendo una teoría, sin fundamento en la realidad.
La cosa es que a nivel del ciudadano, seguimos con la percepción de que en los niveles de inseguridad, el estado ocupa los primeros escenarios nacionales y ese sentimiento colectivo es una tierra fértil para hacer prosperar teorías de esa naturaleza, abundando en la confusión.
Algunos quizás recuerden aquellos tiempos del gobierno de Jorge Carrillo Olea, cuando el clima de inseguridad por los secuestros continuos, llegó al máximo, sobre todo también en los medios de información. A alguien se le ocurrió comenzar a fomentar el rumor de que en algunas zonas del estado, se veía una especie de monstruo que devoraba animales y que se le identificó como “el chupa cabras”.
Pues aunque usted no lo crea, había ya tanto temor –fundado o no- respecto a la inseguridad, que en los sectores populares menos informados cobró fuerza y mucha gente se quedó con esa información como real, hoy volvemos a ser presa de acciones similares. Claro, en aquellos tiempos eso de las redes sociales no figuraba, era una información de boca a boca, pero se extendió prácticamente por todo el territorio.
Hoy día, con esos canales de uso intenso es más sencillo abonar en la confusión y todo parece indicar que se trata de algo, por lo menos no comprobado. La postura gubernamental va en el sentido de que, mientras no existan denuncias ante la Fiscalía General de Justicia u otras instancias, no se puede dar por hecho.
Pero bueno, nos encontramos en tiempos electorales y de campaña, pudiera ser una manera de fortalecer la percepción social, en el sentido de que el combate a la inseguridad no ha alcanzado los objetivos y que sigue siendo un fracaso, con el propósito de sacarle rentabilidad en la elección.
Pero lo que algunos compañeros del medio refieren, es que desde la Secretaría de Desarrollo Social en la entidad, personal asiste a escuelas para prevenir a madres de familia de ese fenómeno y si eso es así, entonces se le estaría dando un trato oficial. Bueno, que hasta muestran fotografías de dos mujeres y un hombre supuestamente dedicados al robo de infantes, aunque se refiere que son los mismos que habrían aparecido en Coyoacán en el Distrito Federal.
Pero hace unos días igualmente circuló en redes sociales que se había localizado un vehículo en la avenida Plan de Ayala, aquí en Cuernavaca, con restos de niños secuestrados. Si tuviera algo de veracidad, habría sido un hecho inocultable, nos queda claro que se trató de un “borregazo”.
Nuestra conclusión sería entonces de que la mayoría de los sucesos presentados en redes son irreales y que algunas organizaciones o partidos buscan sembrar el terror y darle vida a mitos que suelen ser aceptados por sectores sociales poco informados, pero en la realidad no hay nada concreto.
De cualquier manera, es un hecho que la inseguridad sigue siendo el principal reclamo de los morelenses, si bien es cierto que las estadísticas de la mayoría de los delitos de alto impacto muestran cierta disminución, no debemos confiarnos y hay que salvaguardar siempre a los nuestros, más vale prevenir que lamentar. No obstante, esto que se pretende hacer ver como un hecho generalizado, pareciera no serlo tanto.
De cualquier forma, ya es preocupación de gobierno contrarrestar la rumorología, por eso el secretario salió a hacer algunas precisiones y sobre todo a sostener que no hay elemento alguno como para darle credibilidad a esa teoría, pero mientras tanto, ya algunos sectores u organizaciones han llamado a una marcha para exigir a las autoridades atacar el asunto.