En lo que se refiere a Tapia López, cualquiera en la cabecera municipal sabe que el señor decidió remodelar la casa donde vivió siempre, pero exhibió muy buenos gustos, ya que importó materiales de Europa para pisos y acabados, y se nota que en ello se llevó algunos millones de pesos.

Pero hace cerca de un año, adquirió un predio a la orilla del lago de Tequesquitengo, donde construyó una residencia, en la que actualmente vive. Bueno, lugareños consideran que también habría comprado una propiedad en Tabachines, aquí en la capital del estado, porque “se le ha visto regando el pasto de una exclusiva quinta en ese lugar”.

Desde hace un mes y medio, comenzó a desplegar toda una estrategia de campaña para posesionar electoralmente a su esposa y a su candidato Taboada, a través de la entrega de despensas, condicionadas a sufragar y hacer trabajo proselitista a favor de los dos, incluso puso en marcha un programa de venta de “bolillo tradicional”, con recursos de la comuna, con la misma finalidad, apoyar a la fórmula del Partido de la Revolución Democrática y en particular a su pareja. En algunas comunidades, los promotores de venta del producto son suplentes a regidores en la planilla perredista.

Pero causa extrañeza el apoyo a José Taboada, porque se recuerda que “el propio compadre lo corrió  hace más de un año cuando fungía como tesorero o administrador de la presidencia municipal, lo que se dijo es que le encontró un fraude de cinco millones de pesos, por eso le pidió la renuncia, sin embargo, ahora lo hizo su candidato”.

En lo que toca a Taboada, un vecino comentó que “hace solo unos años, jugábamos basquetbol, recuerdo que llegaba con unos tenis rotos y shorts muy maltratados, la verdad viene de familias humildes, sin embargo, de un tiempo a la fecha, porta autos de lujo y camionetas bronco del año, desconocemos cómo le ha hecho para lograr crecer económicamente tan rápido”.

Incluso se agrega que “estuvo trabajando en la administración de Basiliso Miranda Román y en alguna ocasión, se robaron la nómina de la alcaldía de una quincena, hubo algunos sospechosos, entre ellos, él”. La cosa es que se han empezado a evidenciar malos manejos financieros en esta alcaldía y el derroche de recursos con tintes electorales no se oculta.

La señora Madueño Quiroga,  ahora candidata, es de buenos gustos y a decir de quienes la conocen de cerca, es asidua cliente de la tienda departamental Liverpool, de plaza Galerías, “casi cada fin de semana va de compras ahí con el compadre, pero gasta en grande, se ve que les va muy bien, porque no se miden”.

En contraste, los pueblos y comunidades, más allá de la  cabecera municipal que es donde más se destina presupuesto, han sido olvidados en la presente administración, no hay obra pública, acaso pequeñas acciones o inversiones derivadas de programas de carácter federal, porque de recursos propios no se ha hecho nada.

Quienes han seguido de cerca el desempeño del gobierno municipal afirman que los mayores beneficios del edil y de algunos de sus más cercanos colaboradores,  viene de fijar sobreprecio a toda la inversión que se ha podido hacer, en algunos casos los costos son hasta 300 por ciento más arriba de lo normal.

Se polemiza en estos momentos sobre una obra de agua potable en Chiconcuac, llevada a cabo por la vía de la cooperación de los beneficiados, el señor se la adjudicó y la adhirió a su informe con un costo de 200 mil pesos, cuando se invirtieron menos de 90 mil, pero eso pareciera ser pecata minuta frente a otras acciones de donde los “servidores públicos” parecen despacharse con la cuchara grande.

Xoxhitepec es considerado parte de la zona conurbada de Cuernavaca, pero su relativa lejanía de la capital ofrece posibilidades ideales para que las autoridades hagan de las suyas, sobre todo sin la molesta vigilancia de los medios informativos, que suelen manejar sólo información oficial.

Muy difícilmente y solo cuando el tema es de relevancia, se despierta el interés por escudriñar un poco más de fondo en algunos asuntos, de ahí que los alcaldes  cuenten con amplios espacios para manejarse a discrecionalidad y este parece ser el caso de Rodolfo Tapia López, el “compadre”.

De cualquier forma, lo que se comienza a evidenciar merece la intervención de algunas autoridades en materia de fiscalización, muy en especial habría que exigirle al edil y a su pareja que den a conocer públicamente la manifestación de bienes patrimoniales, cómo entraron al mandato en el 2012 y si se han registrado cambios en sus propiedades, que parece ser una constante y bastante significativa.

El ingreso de un edil de ese nivel debe andar por el orden de los 60 mil pesos o un poco más; durante los tres años podrían acumular algo así como poco más de dos millones de pesos, asumiendo que todos los gastos los cubre la comuna y se ahorran su lana, pero lo adquirido por el señor a poco más de dos años sumaría más de una docena de millones de pesos, ¿Cómo podría darse esto?, simplemente no existe respuesta posible y entonces estaría en la necesidad de explicar de donde obtuvo ganancias tan extraordinarias como para transformar radicalmente su estatus económico. De ahí la sospecha de posible desviación de recursos del erario y sobre todo para cuestiones electorales de su partido.