Hemos podido ver, entre otros, a Agustín Alonso Mendoza, de Yautepec; a Noé Reynoso Nava de Amacuzac, y a Francisco Navarrete Conde de Tepoztlán, por citar a algunos de ellos, pero reiteramos, es la mayoría la que tiene la esperanza de que les concedan algún préstamo o adelanto de participaciones, lo cual se nos antoja bastante difícil.
Hay señales de que la misma administración pública estatal enfrenta algunos problemas financieros, luego de haber destinado importantes erogaciones a proyectos como la construcción del Estadio Agustín “Coruco” Díaz y por eso el gobernador Graco Ramírez Garrido debió recurrir a la aplicación de un plan emergente de reducción en el gasto corriente. Tiene, desde hace ya meses, una serie de pasivos que no ha logrado superar, de tal manera que comprometerse a resolver las necesidades municipales en esa materia, no es nada sencillo.
La cosa es que buena parte de las alcaldías parecen no tener salida, cosa que puede derivar en una serie de conflictos laborales por el incumplimiento en el pago de prestaciones de fin de año. Algunos están considerando que hasta entrado enero del 2015, podrán estar en condiciones de cumplirle a la base laboral y eso a partir del cobro del predial y otros servicios.
Si se recordará, antes de generar aquel movimiento orientado a presentar al Congreso local la petición para solicitar créditos bancarios, acompañados por gobierno estatal, los ediles se comprometieron a desarrollar una serie de medidas tendientes a evitar en lo sucesivo gastos excesivos, tendrían que racionalizar el gasto corriente y generar políticas de austeridad por un lado y de mayores ingresos propios para poder justificar la contratación de un préstamo.
En la práctica nunca ocurrió nada, acaso Cuernavaca fue la única comuna que hizo un esfuerzo por sobreponerse a la pesada carga de pasivos que le dejaron y ha eliminado prácticamente deudas del SAPAC con el Instituto de Crédito, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En el resto de las alcaldías el gasto de inversión pública es prácticamente nulo, porque tienen nóminas sobrepobladas, todo se les va en salarios y los cabildos incluyendo al mismo presidente municipal tienen ingresos que no corresponden a la economía y presupuesto local. Es decir se siguen dando la gran vida y poco o nada les interesa la situación de quebranto financiero en que tienen sumidas a sus respectivas administraciones.
Pero todavía buena parte de esos ediles están ya apuntados en sus partidos políticos, para que les permitan volver a ser candidatos, la mayoría buscará ahora una diputación local para seguir comiendo con manteca, faltaba más, aunque han sido dos años de ejercicio en el poder, sin pena ni gloria para los gobernados, que son los que pagan las facturas.
Y aquellos que logren sus aspiraciones, por lo menos a nivel de candidatos, tendrán que separarse del cargo en enero, o sea ya no tienen tiempo más que para asegurarse de que no dejan nada para el que viene, sólo deudas y compromisos bastante complicados.
PROPUESTA PRESIDENCIAL, OJALÁ QUE AHORA SI HAYA RESULTADOS
Y bueno, ayer el presidente de la república Enrique Peña Nieto hizo una nueva propuesta en materia de seguridad, en esta ocasión va por policía única en todo el país, haciendo énfasis en que los municipios cuentan con endebles corporaciones que son vulnerables y penetrables por la delincuencia organizada.
Habrá, consecuentemente, algunas reformas para poder aterrizar ciertos programas, pero lo sustancial es fortalecer los sistemas de seguridad, partiendo de la formación y capacitación de elementos que sean más confiables y eficientes. Esta vez parece ser un complemento a su propuesta hecha aquel 17 de diciembre del 2012, poco después de haber asumido la primera magistratura de la nación.
Sería deshonesto no aceptar que se han registrado algunos avances en la materia a lo largo de estos cerca de dos años de administración federal, cuando tomó las riendas de México, Peña encontró un escenario realmente complejo en materia de seguridad, por lo menos en más de la mitad de las entidades de la república.
Guerrero, en especial Acapulco, Nuevo León, con sede en Monterrey, Sinaloa, Tamaulipas, Jalisco, Michoacán, Morelos y Veracruz eran espacios en donde el choque de cárteles de la droga estaban en guerra abierta, con saldos desafortunados, por el número de víctimas diarias.
Hoy tampoco se puede decir que se ganó la batalla, menos con lo que ocurrió en Iguala con los normalistas, pero los “focos rojos” no son tantos, hacia el sureste mexicano hay zonas en las que se ha podido disminuir la tendencia delictiva a niveles más tolerables, particularmente Veracruz parece ya un territorio tranquilo, que recupera afluencia turística, por lo menos eso afirman quienes han visitado la zona.
En estos momentos Morelos, Michoacán, ya también en condiciones menores, y Guerrero aparecen como los más difíciles de controlar, en ese corredor se mueven grupos de la delincuencia organizada de mucho peso y seguramente se hará un trabajo especial para poder someterlos.
A lo de Ayotzinapa se le ha dado mucho revuelo, hay quienes están interesados en magnificar el suceso, que en efecto es muy delicado e imperdonable, pero en el resto del país la cosa se aprecia menos grave. El caso es que lo del Mando Único, para el caso muy particular de Morelos, pareciera no estar resultando tan efectivo como se esperaba, llueven las quejas por los abusos de los policías. Ahora que se pretende llevarlo a nivel nacional, habrá que ver cómo evoluciona.