Hay aceptación en el sentido de que algunos planes y proyectos no alcanzaron los resultados previstos. Claramente aparece en ese sentido el rubro de la seguridad; pudiéramos decir que también el empleo e inversión pública o privada. Esas serían las tres grandes pendientes a las que se les deberá seguir dando prioridad, aunque se pretende hacer de la movilidad y el transporte algo fundamental.
Respecto a las acciones que pudieran ponderarse, merecería especial mención el tema de la beca salario universal. Más allá del origen de los recursos, finalmente el propósito es muy noble y si bien los apoyos son susceptibles de uso incorrecto, eso es ya responsabilidad de los beneficiarios o de los padres de familia, por no cuidar una aplicación correcta.
Un poco menos impactante de lo que se esperaba resultó el programa de apoyo a empresas de la mujer. Como que se ha venido diluyendo y perdiendo en lo que se refiere a su impacto social; igual y se necesita un poco más de promoción e información al respecto.
Una buena parte de los proyectos de alto impacto vienen anclados a aportaciones y cumplimiento de compromisos del gobierno federal. Es un hecho que Ramírez Garrido había considerado que obras de gran envergadura, como la autopista Siglo XXI, el segundo piso en el libramiento de Cuernavaca –"paso exprés" para el presidente de la república, Enrique Peña Nieto- o la ampliación a cuatro carriles de la vialidad La Pera-Cuautla se ejecutarían sin mayores contratiempos y con más agilidad, pero esto no ha sido así y hay un retraso bastante considerable que necesariamente refleja escasa actividad.
Hasta donde se aprecia, tanto La Pera como la Siglo XXI siguen suspendidas en los trabajos por conflictos de carácter legal y resistencia de las comunidades a permitir el avance. El segundo piso está anunciado para el año que viene, por lo menos eso dijo Peña Nieto.
Bueno, incluso el distribuidor vial Palmira en El Polvorín se ha salido de calendario, ya que debió estar en funcionamiento desde antes del final de la pasada administración y no se le ve para cuando. Se ve que el flujo de presupuesto es lento y poco constante, aunque quizás para fin de año se pueda ver su conclusión.
En lo que corresponde a inversión local, en estos dos años ha habido poca obra de gran cuantía, la mayor parte de las acciones son pequeñas y de rango municipal, haciéndose énfasis en rubros como el de educación, salud o mercados, con repercusiones regionales.
En lo que se refiere a capitales privados, hay tres grandes inversiones: todo lo que tiene que ver con la reconstrucción del estadio Agustín “Coruco” Díaz y la adquisición de la franquicia del equipo Cruz Azul Hidalgo, que ahora juega con la camiseta del histórico Zacatepec, la inversión de Jardines de México, y lo relacionado al gasoducto y la termoeléctrica.
Bueno, todavía no cobra relevancia lo referente al regreso del tren al estado. Hace unos días el gobernador colocó la primera piedra en el arranque de la instalación de las vías para dicho proyecto, pero habrá que ver cómo evoluciona, aaunque aquí no se aprecian mayores resistencia.
Las anteriores parecieran acciones de relevancia, suficientes para considerar que esos dos años no han sido del todo malos, sin embargo, los graves sucesos en materia de seguridad continúan generando críticas y enjuiciamientos al desempeño gubernamental, opacando cualquier otra actividad, por trascendente que sea.
Hoy mismo nos encontramos inmersos en una andanada de señalamientos en contra del proceder de elementos del Mando Único, por presuntas acciones de tortura. Esos pequeños detalles son los que cobran relevancia y provocan reacciones colectivas difíciles de contener.
Con base en lo anterior, es que se viene especulando respecto a cambios de fondo en ciertas áreas que no han funcionado bien. E[n primer término, algo así como un rediseño de la estrategia de gobierno, acompañada de un programa de austeridad para reducir el nivel de gasto corriente.
Pero igualmente alcanzaría al gabinete de primer nivel, con la fusión de ciertas secretarías, también con el fin de eliminar carga presupuestal. O sea, dos o tres secretarios de despacho, independientemente de aquellos que se van por aspiraciones electorales, estarían diciendo adiós.
Han sido pocos los cambios en lo que va de este gobierno, los relevos han sido en las secretarías de Turismo, de Educación, Movilidad y Transporte, Seguridad Pública -hoy Comisión- algunos subsecretarios, y donde se han registrado cambios constantes es en el sistema penitenciario estatal, aunque ya se trata de un nivel jerárquico inferior.
Seguridad Pública, Fiscalía General de Justicia, Secretaría de Gobierno y Obras Públicas tienen que mejorar en su eficiencia, son espacios fundamentales para el desarrollo de políticas públicas efectivas, de ellas depende en mucho la buena o mala imagen de un gobierno. Por eso habría que ver si se intenta por lo menos dinamizarlas a partir del tercer año de ejercicio gubernamental.
Hay funcionarios con un pie fuera, como Jorge Messeguer Guillén y Jaime Álvarez Cisneros. En el primer caso se insiste en que el sustituto sería el alcalde de Tlaltizapán, Matías Quiroz Medina; en el segundo, se ha llegado a decir que pudiera ser un empresario con cierto conocimiento en el ramo turístico. Lo que se requiere es que garanticen un buen desempeño, el desgaste que ya se tiene es mucho como para que se continuara degradando.
Pero además, viene una etapa bastante difícil, el proceso electoral, donde los opositores al régimen radicalizan sus posturas y someten a duras críticas al gobierno. Se va a requerir mucho empuje para poder responder a señalamientos de todo tipo. Ya comenzamos a ver ensayos desde algunas trincheras, panistas y priistas, sobre todo, pero viene todavía lo peor.
Radiografia del Poder
Luego de dos años
Hora del recuento
Con el fin del presente mes se cumplen dos años de administración de Graco Ramírez Garrido Abreu. Hay la clara intención de hacer un recuento y valorar los logros, e incluso los fracasos, aplicando paralelamente una nueva estrategia en el manejo de imagen de gobierno.
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