Claro, ha sido el secretario de Gobierno, Jorge Messeguer Guillén, quien con su activismo preelectoral abrió camino a lo que muy pronto será una desbandada de colaboradores del mandatario y, precisamente hablando de él, este fin de semana, para ser precisos, el sábado, se llevó a cabo una reunión de gabinete que estaba pendiente, además de abordarse los temas recurrentes de esos encuentros, que le dedican gran espacio al asunto de la seguridad y hubo ya referencias a las despedidas en puerta. El funcionario prácticamente se despidió de sus compañeros y de su jefe.
Desde luego, sobraron los mutuos elogios y la mayoría de los asistentes consideraron que desarrolló un excelente trabajo en las responsabilidades de su competencia, pero ya de manera casi oficial quedó claro que sólo estará unas semanas más en palacio de gobierno. Luego de ello renunciará para ir por la alcaldía de Cuernavaca, candidatura que a juicio nuestro no necesita disputar con nadie al interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD), porque va como aspirante único.
Y por lo menos con base al trato que se vio entre Ramírez Garrido y Messeguer, queda descartada la versión en el sentido de que se había dado un conflicto muy fuerte entre ambos. No hay tal, por el contrario se ve que el señor lleva todo el apoyo de la administración pública para alcanzar sus aspiraciones, por recursos no hay problema, las dificultades están más allá, porque su presencia es ya muy conocida, pero el elector no tiene buen concepto de él, es aquí donde inician las dificultades.
Un poco se habló en el encuentro sobre la fusión o la posible desaparición de secretarías, pero nada en concreto, acaso especulaciones respecto a que la Secretaría de Administración pudiera acabar sumada a la de Hacienda; y la de Turismo con Cultura, a fin de reducir la carga burocrática y poder superar dificultades presupuestales que empujaron al gobernador a aplicar una reingeniería en el organigrama gubernamental.
Seguramente las presiones más recientes han obligado a Messeguer a ir tomando decisiones y no se descarta que pudiera adelantarse a la renuncia, porque ya incluso se menciona a su sucesor. A juicio de algunos que andan cerca del que decide, llegaría en su lugar el ex legislador local y actual alcalde de Tlaltizapán, Matías Quiroz Medina.
A decir verdad, si llegara a sustituir a Messeguer, sería un acierto, el hombre, además de llevar una buena relación con políticos de todos los partidos, es una excelente persona, doctor de profesión, aún prestaba, hasta hace poco, servicio en el IMSS de Zacatepec, pero además, es respetuoso, amable y humano, eso cambiaría para bien muchas cosas en las relaciones entre los poderes y sobre todo, ayudaría a desvanecer tantas animadversiones que el actual funcionario ha provocado, incluso en el gremio informativo, donde se le considera poco tratable.
¿FIN A LAS TRADICIONES Y VALORES?
Por otro lado, ayer hubo modificaciones sustantivas en el desfile cívico-militar que anualmente se desarrolla para conmemorar en esta ocasión, el 204 aniversario de la lucha por la independencia, lo que generalmente representaba una parada hasta de dos horas, con la presencia de contingentes de escuelas de todos niveles educativos y algunos grupos voluntarios, esta vez se redujo a la presencia de militares, bomberos y cuerpos policiacos locales, que en media hora dieron cuenta de algunas de sus actividades.
Lo anterior pareciera confirmar versiones recibidas con anterioridad en el sentido de que ya es una postura oficial, por lo menos en Morelos, el ir cancelando esos desfiles en las estructuras educativas, aspecto que de inmediato despertó muchas críticas, porque por lo menos en estas fechas, las nuevas generaciones, desde preescolar hasta los niveles de enseñanza superior, con sus diversas manifestaciones y actos, reproducían parte de los pasajes históricos y recordaban a los héroes que contribuyeron a lograr la independencia nacional.
Es decir, es cultura, conocimiento y civismo, amor a la patria, integración como sociedad, por ello como que a la concurrencia no le gustaron los cambios, ha sido una tradición no de años, de siglos, porque ya son más de dos y eso está por encima de partidos políticos y de gobiernos, es algo que el pueblo lo siente como suyo.
También habría que recordar que durante los dos sexenios del panismo se retiraron los libros de texto de civismo en educación básica, que hacían hincapié en esos valores nacionalistas y de fervor a los símbolos como la bandera o el himno nacional mexicano, sin embargo, todo obedece a una visión de quienes gobiernan en turno, no obstante habría que valorar hasta dónde todo ello ha contribuido a esa pérdida de valores y de identidad nacional que nos desintegra como sociedad y nos vuelve más vulnerables a la penetración de culturas ajenas a nuestra idiosincrasia.
Por concurrencia no hubo problema, ahí sí hubo espectadores de sobra, como siempre, cientos, a lo mejor miles de personas, en plan familiar, se dieron cita en el primer cuadro de la ciudad, donde afortunadamente todo transcurrió en paz, no se registraron incidentes de ninguna naturaleza, aunque ello es prácticamente imposible, porque la mayor parte de los cuerpos de seguridad, además de los que desfilaron, se encontraban en esa zona. Sólo en la calle Nezahualcóyotl había cerca de 40 unidades policiacas estacionadas, eso revela que el resto de la entidad estuvo desprotegida buena parte de la mañana.
Radiografia del Poder
Comienzan las despedidas
¿Fin a las tradiciones?
Ya desde hace algunos días integrantes del gabinete del gobernador Graco Ramírez Garrido han comenzado a advertir de sus intenciones de dejar sus respectivos cargos, para buscar una candidatura de elección popular. El titular de Turismo, Jaime Álvarez Cisneros, fue el primero en abordar el tema y calentar el ambiente en ese sentido.
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