Claro, tampoco el ser opositor significa necesariamente que hay que estar peleados o en crítica permanente, pero sí existen elementos para considerar de manera seria, que a mediano o largo plazo, ambos acabarán declarándose inicialmente independientes de la fracción y luego de ello buscar abiertamente la filiación a otro partido, que por lo visto, puede ser el de la Revolución Democrática (PRD).
Más aún, también es cierto que a los dos se les viene “invitando” a que se integren a la izquierda y ahí habría que hacer análisis de cada uno de ellos. Conocemos a la diputada de Puente de Ixtla y sabemos que se trata de una figura moralmente íntegra, difícilmente cambiará de partido por simples intereses, por eso entendemos que a pesar de su enojo por no haber sido apoyada para ocupar la coordinación del grupo, aclaró que continuará en el PRI.
Cosa muy diferente ocurre con Agüero Tovar, el señor ha dado muestras de moverse de acuerdo a la corriente de las aguas, bueno, ella hizo públicas sus diferencias con él cuando se negociaba con gobierno estatal la aprobación de los más de dos mil 800 millones de pesos; insinuó incluso que su compañero habría aceptado algunos apoyos financieros, a fin de entregar su foto a favor.
El pronóstico es que al de Jiutepec le pueden llegar al precio, los Tovar han dado muestra de inconsistencia en su militancia política, se montan en el barco que flota. Ella es otra cosa, de todos modos, la inconformidad la pudiera llevar a romper con la mayoría de la bancada.
Son ya tiempos cruciales para el quehacer político, lo vimos ayer, un grupo de panistas anunciaron que se van de ese instituto, precisamente por la perversión en el manejo de las dirigencias, vamos a atestiguar movimientos constantes, más cuando se llegue a la elección de los candidatos, los que no llegan, acaban buscando otras trincheras.
Por eso es tan importante mantener la unidad y negociar anticipadamente, en ese sentido toma singular importancia el que algunos aspirantes del tricolor a la alcaldía capitalina decidan sentarse a dialogar, medir sus alcances y buscar el diseño de alguna estrategia que impida la ruptura entre ellos.
Nos referimos al encuentro entre el delegado de Sedesol, Jorge Meade Ocaranza, el rector de la Univac, Jorge Arizmendi García; el ex delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Francisco Moreno Merino; Víctor Saucedo Perdomo y el diputado Matías Nazario Morales.
Todos, a excepción de Saucedo, consideran estar en condiciones de ser los abanderados de la fórmula tricolor que dispute la comuna en el 2015, aunque algunos con menos posibilidades que otros. No obstante, faltó la diputada federal Maricela Velázquez Sánchez. O no fue invitada o rehusó asistir, esa no es una buena señal para los priistas, por ahí pudieran aparecer las inconveniencias, sin embargo un pacto entre ellos sería un gran paso.
YA ERA HORA, ¿FIN A PLURINOMINALES?
Ojalá no se trate sólo de una estrategia electoral eso de reducir las diputaciones de representación proporcional o plurinominales, en efecto, como ciudadanos nuca hemos entendido la utilidad de dichas figuras, al no llegar con el voto ciudadano no muestran ningún compromiso con nadie, sólo sirven a los intereses de grupos o de partidos, significando una carga al erario público.
El argumento de quienes se oponen, es que son figuras necesarias para la representatividad partidista, que algunas instituciones pudieran perder espacios en las cámaras, la verdad es que eso a los gobernados poco les debe preocupar porque no tienen beneficio alguno de ellos.
Aquí en Morelos, a nivel de Congreso local, se antoja excesiva una legislatura de 30 diputados, hay entidades de la república con población y territorio mucho mayor que nuestro estado y son menos los distritos, de tal manera que si prospera la iniciativa de reducir el número de senadores y legisladores federales, tendrá que hacerse una réplica en lo local, estábamos mejor cuando eran sólo 18.
La excesiva burocracia es algo que viene ahogando a estados y municipios, sobre todo los presupuestos anuales ya son insuficientes sólo para cubrir las gordas nóminas, aunque buena parte del personal no desempeñe ninguna función productiva y relevante la inversión pública es cada vez menor, pero los impuestos continúan a la alza, es algo realmente irracional.
En México, los ingresos de los políticos y los gobernantes son de los más altos del mundo, independientemente de los cobros en nóminas, hay una serie de mecanismos mediante los cuales se pagan bonos y todo tipo de prestaciones que muchas veces representan cantidades exorbitantes.
Un ex funcionario de gobierno estatal decía recientemente, “a partir de la actual administración los sueldos se incrementaron hasta en un cien por ciento, yo como subsecretario de ingresos cobraba 60 mil pesos al mes, hoy quien ocupa esa posición tiene un salario de 130 mil pesos”. ¿Será cierto?
Pero mientras el salario mínimo es en promedio de 60 pesos al día, es decir mil 800 pesos al mes, un regidor de la capital se lleva cerca de 140 mil pesos y sin hacer gran esfuerzo porque algunos apenas si saben leer, no hay ninguna escala pensada en la productividad y el rendimiento frente al ciudadano.
Bajo esa valoración, es que consideramos bastante acertado que por fin se proponga algo sensato, acabar con todas esas becas políticas, concesiones a partidos, producto de negociaciones y componendas entre ellos, acuerdos que nada tienen que ver con los intereses colectivos.