¿Qué fue lo que pasó?, tal vez el cansancio a reiterados llamados a la protesta, quizás el desistimiento por razones múltiples, pero también una promoción de bajo nivel porque a este acontecimiento se le dio menos difusión que al anterior, ya la intensidad de los llamados en las redes sociales, no era el mismo.
Más aún, como que los hechos violentos en torno a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) empañaron cualquier suceso colateral, todavía la polémica y el debate sigue centrado en el doble crimen y lo demás pareciera secundario, lo cierto es que el poder de convocatoria de dichos activistas fue muy bajo.
Lo que se dijo es que al final se determinó que fuera sólo una pequeña representación a dialogar con las instancias federales, sin embargo, queda la impresión de que acabaron perdiendo la fuerza y el liderazgo, algo van a tener que hacer para recuperar el consenso si quieren en verdad mantener ese frente, como instrumento para generar presión ante las instancias de gobierno para forzar a una mayor efectividad en la lucha contra el crimen.
No podemos omitir que en todo esto hay una correlación de fuerzas, por un lado algunos sectores sociales que le apuestan a la movilización para hacerse escuchar, por el otro, la propia autoridad que necesariamente buscará por todos los medios contrarrestar los efectos de sus detractores y para ello se cuenta con muchas armas ideológicas, políticas, incluso económicas, a través de las cuales es posible ir venciendo las inercias y menguando las resistencias.
Algunos de esos instrumentos pudieron ponerse en práctica para debilitar el movimiento porque, reiteramos, se esperaba que la caravana fuera de mucho alcance, es decir, unos mil autos en desfile hacia la capital de la república, pero no fue así, acabó muy achicada y de ese tamaño será el impacto que logre, es decir, de bajo impacto.
Lo que apreciamos es que finalmente los operadores políticos del gobierno, pudieron reaccionar y han desarticulado las estructuras de la CMMC, no se puede entender de otra manera, finalmente tienen derecho a defenderse y como decíamos, bastantes instrumentos para ello, por eso es que también pudieron amortiguar mucho el efecto posterior a la primera marcha.
Más bien lo que los agarró desprevenidos fue el conflicto con la UAEM, la expresión de protesta fue tan rápidamente armada que no hubo tiempo de defenderse, además, tampoco había muchos argumentos para demeritarla, surgía espontáneamente a partir de un hecho doloroso e incuestionable.
Pero en lo relacionado a la coordinadora, nos queda claro que la parte oficial dispuso de todo el tiempo necesario para trabajar en la disminución de sus efectos y parece que el objetivo se logró con creces, en adelante pudiera ser ya mucho más difícil que logren recuperar terreno, ya les encontraron la medida.
Poderes en conflicto
Y por cierto, las repercusiones del descontento universitario han generado algunas secuelas y llevado a los poderes Ejecutivo y Legislativo, a un escenario de conflicto, por lo menos las representaciones de los partidos de oposición en el Congreso local, tomaron partido del lado de la máxima casa de estudios y hasta han solicitado al gobernador del estado, Graco Ramírez Garrido Abreu, el cese de algunos funcionarios, por considerar que han actuado de manera irresponsable en torno a los acontecimientos en referencia.
Bueno, lo menos que se dice es que el rector de la UAEM, Jesús Alejandro Vera Jiménez, fue insultado y ofendido en la víspera de la marcha por el hecho de haber aceptado encabezarla, lo acusaron de falta de institucionalidad; para acabar pronto, hubo quienes se excedieron en el intento de impedir o suavizar la protesta pública y eso alertó a algunos legisladores locales, que decidieron subirse al ring y entrarle al quite.
Particularmente la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) rompió acuerdos con el Ejecutivo y entró coyunturalmente en ruptura, a la que se ha sumado el dirigente partidista, Jorge Schiaffino. Desde luego que se trata también de una estrategia política, las protestas universitarias han tenido alcances enormes no solo por el testimonio que de ello dieron los medios de información, no sólo locales, sobre todo nacionales, sino porque vía los miles de estudiantes del campus, prácticamente todo Morelos estuvo muy interesado y conectado con lo que en torno a ello se desarrolla.
Por ello, era trascendental para algunos actores políticos meterse a la polémica, estamos muy cerca de un proceso electoral y en la guerra, el amor y la política, todo se vale, no se podía desperdiciar la oportunidad. Sin embargo, inmersos en la situación en que nos encontramos, lo más sensato es que prevalezca el diálogo, la unidad y el decoro entre poderes, sólo de esa manera se podrá superar la difícil coyuntura que enfrenta el estado en su conjunto.
En torno a los justos reclamos de la comunidad universitaria algo deberá hacer el estado, en buena medida, la propia reacción del rector fue consecuencia de un descuido imperdonable en la coadyuvancia para mejorar la seguridad interna que ya enfrentaban, había pedido apoyo por amenazas de la delincuencia y lejos de recibirlo, les desarmaron un único elemento con que contaban, es decir, se abonó en el caldo de cultivo para una reacción en masa.
Sin embargo, esos son errores y enseñanzas que deberán irse subsanando gradualmente para evitar, en lo sucesivo, resbalar de nuevo, pero por lo pronto el gobierno estatal deberá remar contra corriente para poder recuperar la confianza y el aprecio universitario, que es fundamental para mantener tranquilas las aguas.