Les quitaron la vida en su propio domicilio, ellos vivían en la calle Tabachín de la colonia Bellavista, al norte de la ciudad de Cuernavaca; sólo hay presunciones respecto a un posible robo, lo que la Fiscalía estuvo manejando carece de profundidad, aún no hay pista alguna de los responsables. No obstante, debemos considerar que enfrentamos una situación verdaderamente dramática, la delincuencia en sus diferentes modalidades sigue dejando víctimas por todos lados, las tareas de prevención son insuficientes para garantizarles a los ciudadanos, uno de sus derechos fundamentales: la seguridad. Los responsables de hacerlo, pueden esgrimir cualquier argumento para buscar justificación a sus omisiones, pero en la realidad, vemos que están siendo incapaces, eso es todo.
No ha bastado multiplicar presupuestalmente el recurso público para atender esas tareas, tampoco la formación de cuadros y grupos especiales, la adquisición de armas y de equipos, acompañados de una flotilla vehicular rentada en calidad de patrullas para mejorar las cosas; continuamos en medio de escenarios inciertos en los que el ciudadano, no importa si es menor, adulto o hasta de edad avanzada, está en manos de los mañosos.
Chao Barona tenía 77 años de edad, es decir, un anciano jubilado de la UAEM que se desempeñaba todavía como director de la Escuela de Trabajo Social de la propia casa de estudios, un hombre dedicado al trabajo, personaje honorable, incapaz de hacerle mal a alguien, por el contrario, una vida destinada a formar profesionales a través de la Facultad de Psicología, no hay una sola razón para entender lo que le pasó, pero todavía más, los delincuentes también mataron a su esposa, Sara Rebolledo Rojas.
La cosa, como decíamos líneas arriba, anda mal, estamos dedicando mucho dinero para seguridad y justicia, son cientos de millones de pesos que siguen canalizándose para algo que simplemente no da resultados, hay un comisionado de seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra, que trae una docena de agentes de seguridad a su servicio, todos pagados con nuestros impuestos y no hay nada efectivo, no es posible continuar así, simplemente nos están defraudando y ni pena les da.
Hoy se habla de actuar con todo el peso de la ley, de llegar al fondo para castigar a los asesinos, pero ¿y la pérdida de vidas hasta cuándo seguirá?, lo fundamental es acabar con todas esas mandas de maleantes que pululan por todas partes, aparentemente con la complacencia de las autoridades.
Por lo menos el gobernador del estado, Graco Ramírez Garrido, dijo estar muy consternado por el acontecimiento, sostuvo que fue su amigo y lo apreciaba mucho, por lo tanto, se demanda ahora a la Fiscalía proceder a investigar, pero reiteramos, van a tapar el pozo tras el niño ahogado, hay que actuar antes.
No era para menos, la universidad en pleno está anunciando para hoy una marcha hacia el Centro Histórico en las primeras horas de la mañana, para exigir a las instancias competentes el cumplimiento en sus obligaciones constitucionales, porque reiteramos, no lo están haciendo.
El famoso Mando Único brilla por su ausencia, decía un compañero del medio informativo que conocía al occiso, que estuvo en el lugar de los hechos y a pesar de que el sitio se encuentra casi enfrente de la Fiscalía, nadie llegaba a dar fe de los acontecimientos, un elemento de seguridad del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipal -porque la casa de Chao está justo al lado-, intentaba por todos los medios a su alcance atraer el apoyo oficial, el personal se hizo presente hasta después de las 09:00 horas.
Los hechos, de acuerdo a los cálculos, debieron darse después de la media noche del domingo, es decir, ya entrado el lunes en la madrugada. Necesariamente hay que hacer algo, eso de que el Mando Único vendría a resolvernos el problema es una falacia, el propósito de concentrar las fuerzas del orden público lleva distintas intenciones, pero ninguna de ellas terminar con la inseguridad, la mayor parte de las células del delito siguen intactas, las afirmaciones, en el sentido de que ya estamos muy bien, son pura propaganda, la realidad la estamos viendo.
Esto debió ser obra de alguna gavilla de vagos de esa zona norte de la ciudad, la Comisión de Seguridad Pública debe tener conocimiento de los grupos que medran por dicha región y sospechar de algunos posibles culpables. Por eso decimos que sí es posible prevenir, los buenos policías cuentan con mucha información, hasta conocen a los malhechores, si no los detienen es porque hay acuerdos y pactos no escritos.
De querer actuar, tienen los instrumentos para tal efecto, pero curiosamente los dejan “trabajar”, ¿a qué precio?, no lo sabemos, en algunos casos comparten el botín de los atracos con los agentes policíacos, de acuerdo a testimonios de quienes han pasado por las filas de alguna corporación.
En el aspecto de la delincuencia, la mejor estrategia de combate es la investigación, pero antes de que se cometan los delitos, para ello hay elementos capaces, conocemos a más de uno, gente que incluso logra infiltrarse al interior de las pandillas para conocer desde dentro el “modus operandi” de los mismos.
Hay una larga historia de trabajo en ese sentido, sólo es cuestión de utilizarlo para ir a la captura de los principales cabecillas, pero son los mandos medios y superiores los únicos autorizados para dar las órdenes y generalmente es aquí donde se congelan los expedientes, permitiendo la impunidad.
Radiografia del Poder
De luto la UAEM
Doble crimen
Hace muy pocos días de aquel doloroso percance en el que perdieron la vida alumnas del Instituto Profesional de la Región Sur de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (IPReS-UAEM), cuando regresaban de un viaje con carácter académico, aún siguen investigaciones ante posibles responsabilidades sobre el caso y ya estamos ante un nuevo y desafortunado hecho, un doble crimen, esta vez en contra del psicólogo Alejandro Chao Barona y su esposa. Él, maestro en retiro de la UAEM.
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