Se ve pues que hay clara determinación de forjar elementos policiacos capaces de penetrar las redes de mafiosos dedicados a esa ilícita actividad y que en Morelos ha causado tanto problema y temor, casi generalizado, porque el plagio es hoy día recurrente en la mayor parte del territorio estatal.
Pero más positivo que el gobierno federal, vía el comisionado en el tema, Renato Sales Heredia, optara por hacer de la tierra de Zapata el sitio adecuado para comenzar a trabajar de manera profunda en el asunto, lo único que esperamos es que ahora sí sea de manera permanente y duradera, porque ya en el pasado se han hecho y formado muchos grupos que al paso de los años desconocemos qué destino han tenido porque acaban desapareciendo.
Y no sólo eso, hay ejemplos de cómo ese tipo de esfuerzos se transforman en armas de doble filo, porque hay quienes a la postre aprovechan los conocimientos y estrategias recibidas para delinquir, todavía quizás muchos recuerden el triste papel de aquel agente experto en esa materia, Armando Martínez Salgado, en tiempos de la administración de Jorge Carrillo Olea se le vinculó precisamente en actividades de secuestro, es decir acabó sumándose a los malos.
Y es que cuando el secuestro logra ser reducido en su incidencia, como que las instancias competentes en la materia descuidan la permanencia de dichos cuadros, no sólo no los utilizan en otras tareas, simplemente los llevan a la desaparición y es un volver a empezar casi de cero.
Y mire que la alta incidencia del secuestro en el estado lleva ya buen rato, por lo menos de dos o tres años a la fecha, hasta que el asunto hizo crisis se toman medidas, cuando deben ser policías en existencia permanente, porque nadie sabe cuándo vuelve a resurgir ese fenómeno de efectos tan dolorosos.
Y es que la profesionalización de agentes es algo indispensable hoy día, es la única manera de competir con los delincuentes organizados, que se han armado hasta los dientes, el trabajo de inteligencia y de estrategia será la manera más eficiente para enfrentarlos con éxito, ellos tienen la ventaja de la sorpresa, hay que vencerlos con conocimiento y capacidades, suponemos que esa es la intención que se viene buscando.
En mucho, el fracaso de la lucha anticrimen en el sexenio anterior se ubicó en la falta de talento para contrarrestarlo, se dieron muchos “palos de ciego”, se sacrificó a mucha gente, tanto de corporaciones civiles, como militares y hasta de la Marina, sin saber con certeza a quiénes se les estaba pegando.
Son miles de víctimas por ese error, que no debe repetirse, para acabar progresivamente con el fenómeno de la alta delincuencia, se necesita mucho más que armas, así sean poderosas, hay que ir por el capo o por su pandilla cuando ya se les tiene perfectamente ubicados y se conocen los alcances de la reacción, de esa manera también se evitan sacrificios de inocentes.
Por todo eso es que vemos con interés esta idea puesta en práctica de formar grupos especializados en esa materia, que reclama algo más que corretear a raterillos de banqueta y barrio bajo. Estados Unidos no enfrenta este fenómeno y a pesar de ello dispone de elementos de primera línea en caso de requerirse, por eso pueden incluso generar escuela, eso tendría que irse haciendo en nuestro país porque ya está probado que la improvisación no resulta.
Más allá del Mando Único y todas esas cosas que pueden ser funcionales para contrarrestar algunos delitos del fuero común, Morelos reclama ahora de una policía mucho más eficiente, desafortunadamente llegamos a ocupar primeros lugares en algunos delitos de alto impacto y eso empuja a tomar decisiones de mucho más fondo.
Decíamos recientemente que a veces pareciera inútil todo el trabajo que en materia de depuración policíaca se ha hecho, siguen apareciendo inconvenientes y muestras que la complicidad entre ladrones y guardianes del orden continúa, la maña tiene demasiados tentáculos para lograr vencer las resistencias, sobre todo dinero, armas e instrumentos de comunicación de primera línea que son el atractivo de generaciones jóvenes.
Sin embargo, no podemos bajar la guardia, esto tiene que encontrar una salida, debe ser con la incidencia de los tres órdenes de Gobierno y la coparticipación ciudadana, que es indispensable en ello. Parece que se va en el camino adecuado, no se puede esperar más, las consecuencias de todo ese fenómeno delictivo ha provocado efectos irreversibles casi en todos los sentidos, uno de ellos, el económico.
Empresarios, comerciantes y prestadores de servicio han visto caer dramáticamente sus ganancias, buena parte de ellos han sido obligados a reducir las fuentes de empleo por la caída de sus negocios, el país y la entidad no aguantan más. En buena medida, el estado de derecho se encuentra quebrantado y hay ocasiones en las que pareciera que los enemigos públicos han rebasado a las instituciones, eso simplemente nos llevaría a un estado fallido.
Lo malo es que la sociedad sigue desconfiando de sus autoridades, todavía persiste el temor para denunciar, se sigue especulando respecto a quiénes son más peligrosos, los policías o los delincuentes, y eso sólo beneficia a los malos. Sin embargo, han sido tantas las decepciones que a la gente no se le puede culpar de nada, el respeto se tiene que ganar a pulso, ese no se compra con nada.
Radiografia del Poder
Lucha anti-secuestro
Que sea en serio
Morelos fue escogido como sede de la 15ª reunión nacional sobre el tema del secuestro, aquí se discutieron las bases y las estrategias a seguir en la materia para combatir ese delito a nivel nacional, también se hizo hincapié en el adiestramiento que cuerpos especiales, formados ex profeso para tal efecto, recibirán de expertos de Estados Unidos y países como El Salvador, donde se cuenta con buena experiencia al respecto.
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