Seguimos insistiendo en que al interior del IEBEM se necesita una depuración a fondo, hay vicios muy arraigados que no son posibles de erradicar y no existe alguna instancia capaz de hacer esa labor de limpia, bueno, en el organigrama es la Contraloría General de Gobierno la que debería obligar a la corrección de todas esas inconsistencias, sin embargo, es una dependencia nula, un “elefante blanco” que no ata ni desata.
El titular de la misma, José Enrique Iñesta Monmany de plano ha decidido mantenerse casi en el anonimato a fin de no exponerse a presiones, el señor simplemente se niega a dar información en una posición que violenta la libertad de expresión.
Como responsable de una dependencia de gobierno que maneja recursos del erario público, está obligado a responder interrogantes relacionados con sus facultades, es decir, el estado que guarda la administración en torno al correcto ejercicio de los dineros derivados de los impuestos de todos nosotros. Pues no es así, seguramente sabedor de que tendría que aceptar sus deficiencias, simplemente esconde la cabeza y en una actitud de pocos amigos, ello ha hecho posible que en espacios como el IEBEM se siga manteniendo un ejercicio administrativo con altas sospechas de opacidad, ya que no hay ningún contrapeso que lo regule.
Iñesta Monmany parece que vino a vegetar, a disfrutar de largas vacaciones remuneradas sin la menor intención de cumplir con sus responsabilidades, es un cero a la izquierda. Si el gobernador Graco Ramírez Garrido desea mantener control en el gasto en las estructuras gubernamentales a su cargo, tendrá que deshacerse de este personaje.
Una muestra palpable de la nula presencia de la contraloría es lo que pasó con David Gómez Basilio como secretario de Movilidad y Transporte (SMyT), convirtió esa dependencia en un mercado de venta de concesiones y nunca se supo que Iñesta hiciera algo por corregirlo. Pero si se intentaba entrevistarlo para que hablara al respecto, la respuesta era siempre no. En tal sentido es de considerar que se ha venido arriesgando a que en su momento alguien le inicie una denuncia por omisión, porque ha validado todo.
En su momento, la administración panista se vio forzada a tomar algunas decisiones precisamente por presuntos malos manejos en transporte, incluso se sometió a proceso tras haber sido despedido. Pero aquí es otra cosa, ¿en función de qué sigue desempeñando el cargo?, por eso algunos de sus compañeros de gabinete se manejan con claros excesos.
Desde que René Santoveña Arredondo dejó la Secretaría de Educación, podemos decir que sigue acéfala, la nueva responsable, Beatriz Ramírez Velázquez, es algo muy similar a Iñesta, en la práctica no existe, incluso desconoce buena parte de sus facultades, la respuesta recurrente ante los medios informativos es “pregúntenle a Marina Aragón”. Por todo eso es que seguimos considerando que Ramírez Garrido necesita hacer una revisión del desempeño de sus colaboradores y se encontrará con diversas fallas que le aconsejarían remover a dos que tres que son piezas inservibles y que desentonan con el resto de los actores, generando un desequilibrio que se traduce en resultados menores a los esperados.
Por cierto, Ramírez Velázquez venía de ser la rectora de la Universidad Tecnológica Emiliano Zapata (UTEZ), acá no se habló mal de ella, aunque habría que considerar que no estaba expuesta a los reflectores, hoy queda claro que le quedó grande la silla.
En una estricta valoración del gabinete en el gobierno actual, incluyendo la figura del gobernador, no hay duda alguna que es precisamente el mandatario el que lleva la mayor carga de trabajo ante la incapacidad de algunos de sus funcionarios, a buena distancia, encontramos a otros como el secretario de Gobierno Jorge Messeguer Guillén, quien aún en medio de críticas y señalamientos por algunos desaciertos o excesos en su comportamiento personal, da la cara constantemente. Igual pasa con el titular de Turismo Jaime Álvarez Cisneros, anda muy movido y poniéndole buenos valores a Ramírez Garrido. Es visible la recuperación de la afluencia turística, particularmente en la capital estatal. También apreciamos a una secretaria de Hacienda, Adriana Flores Garza, muy entregada al control presupuestal y aplicación del presupuesto público, pero hasta ahí, después de ellos comienzan los peros y desempeños muy pobres que finalmente se reflejan en el total.
No es una campaña contra ella, pero tampoco la titular de Obras Públicas, Patricia Izquierdo Medina, ha entregado acciones significativas. No hay inversiones relevantes, acaso acciones de poca monta cuando ya llevamos año y medio de ejercicio gubernamental.
El mismo Secretario de Economía, Julio Mitre Cendejas, parece haberse entrampado porque nunca pudo hacer prosperar la remodelación en el mercado Adolfo López Mateos, la construcción de un estacionamiento y otros proyectos integrados ahí mismo, se la ha llevado con discursos, anuncios y promesas, pero sin mucha realidad. Le está fallando a Graco y también necesita una valoración en el desempeño. Y en todo esto, reiteramos, la contraloría brilla por su ausencia, no muestra ninguna señal de vida.
Radiografia del Poder
Contraloría, “elefante blanco”
Nada nuevo
La titular del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) Marina Aragón Celis, acaba de aceptar que, en efecto, tiene familiares con plazas en el sistema educativo estatal, sin embargo, eso no representa irregularidad alguna, finalmente se excusa en que ya estaba ahí cuando asumió su responsabilidad en la actual administración. Igual y tiene razón.
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