Con base en ello es que se viene especulando en relación a que Alicia Vázquez Luna estaría ocupando la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Jorge Messeguer Guillén quedaría al frente de la Secretaría de Gobierno, su tocayo Jorge Michel Luna se perfilaría como el titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Carlos Riva Palacio estaría en la Secretaría de Gestión e Innovación y José Luis Correa Villanueva pudiera ser el coordinador de asesores del gobernador en turno, por citar algunos nombres de quienes se habla mucho en la calle.
El caso es que a juicio de gente cercana a Ramírez Garrido, ya están apareciendo algunos inconvenientes y desde antes de que llegue el momento de la verdad, dos o tres han puesto en riesgo sus posibilidades de colaborar en el Gobierno venidero, entre otros factores, se menciona que aun sin haber sido ungidos ya perdieron la cordura y el poder se les está subiendo a la cabeza.
Bueno, no faltan aquellos que comienzan a poner condicionamientos a fin de aceptar el nombramiento, información que no ha sido bien aceptada por quien tomará la decisión final y ello habla de una falta de madurez y sensibilidad de esos personajes, que afortunadamente no son todos, pero que demuestran poca seriedad y responsabilidad desde ahora.
Pero también se ha empezado a hablar de conflictos entre grupos y corrientes al interior de quienes buscan afanosamente colarse a un cargo de primera línea, ello parece, es ya factor de molestia para el gobernador electo que podría estar considerando seriamente cambiar de opinión ante quienes no parecen estar superando esta prueba.
Aquellos que están perfilados como posibles miembros del gabinete deberán cuidar muy bien las formas para no ser “destituidos” antes de tomar protesta, seguramente para cada una de las secretarías de despacho debe haber una larga fila de aspirantes que están vigilando cada movimiento y sobre todo, los errores de quienes les llevan ventaja, para intentar sacarlos del camino.
Ya hay experiencias desagradables en ese sentido, recordamos que apenas iniciado como alcalde de Cuernavaca, Sergio Estrada Cajigal le tomó protesta a quien iba a ocupar una Subsecretaría en el ayuntamiento capitalino, pero en su discurso de agradecimiento y de asunción, el personaje le cambió el nombre al edil y desde luego que este le revocó el nombramiento al instante.
En el caso que nos ocupa es todavía más incierto, porque aún no está dicho nada y a la hora de la verdad se puede cambiar de opinión. Quizás esa sea la intención de Ramírez Garrido, ir poniéndolos a prueba y permitirles algunas decisiones a fin de valorar su temple y seriedad, para hacer las correcciones, en caso de ser necesario, antes de que sea demasiado tarde.
Y en algunos casos pudiera incluso darse marcha atrás en las unciones, ante la presión que viene enfrentando de parte de algunos cuadros de partido que se sienten desplazados, porque en las proyecciones de nombramientos no aparecen por ningún lado.
Se aprecia un proceso algo similar al que enfrentaron Estrada Cajigal y Marco Adame Castillo, buena parte de los personajes principales del panismo mantuvieron una actitud hostil frente al mandatario en turno, porque no fueron incluidos en los respectivos proyectos de esas administraciones.
Las diferencias subsistieron hasta el final de cada sexenio, en el caso de MAC, esa fue la causa de cierta ruptura con la dirigencia del propio PAN y con políticos como el ex aspirante a la gubernatura, Adrián Rivera Pérez.
En lo que corresponde a los cuadros en perspectiva para ser parte de la gestión que tome mando a partir del primero de octubre, desde las trincheras perredistas se les ve con recelo, porque en lo general se trata de cuadros de reciente ingreso o provenientes de otros partidos y hay cierto celo y enojo.
Claro, tampoco toman en consideración que el éxito de un Gobierno depende mucho de un correcto nombramiento conforme a los perfiles de acuerdo al área a la que van y que por lo tanto, Ramírez Garrido estaría considerando este factor antes que favorecer intereses partidistas, no obstante, desde la óptica de aquellos que fueron parte del triunfo electoral, esa visión no tiene sentido.
Pero al interior del PRD y más aún, bajo las condiciones con las que fueron a la justa electoral, con aliados como el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, aquello resultó medio anárquico, porque ya en la batalla por la conquista del voto, hubo corrientes que sólo abonaron a favor del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
En otro casos, incluso el esfuerzo se dio sólo a favor de algún candidato a alcalde o a diputado local, no fue pues un frente homogéneo como pudiera considerarse y tal vez esa sea una de las razones por las que no vemos la inclusión de algunos miembros añejos del instituto político en el proyecto de Gobierno en perspectiva.
Pero insistimos, a dos que tres que se sienten seguros pudiera caérseles la fiesta, pero por estarse excediendo en sus facultades o porque tempranamente comenzaron a sentirse importantes y a ver con desprecio a quienes los rodean, eso es muy peligroso.