Y a pesar de que el ex aspirante de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador sigue generando conflicto, parece que los institutos políticos que lo abanderaron han comprendido que esa batalla está perdida y optaron por adelantar que respetarán en todos sus términos la decisión de dicho tribunal.
Ese fue el principal acuerdo y se antoja que era el propósito de la reunión de líderes de izquierda, efectuada en el puerto de Acapulco, Guerrero, apenas el pasado 15 de agosto e incluso se menciona que quien hizo tal propuesta fue el gobernador electo de Morelos, Graco Ramírez.
Claro, en la posición oficial expuesta por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, se pide que cualquiera que sea la decisión final se apegue a derecho, es lo menos que se puede mencionar, sin embargo, la señal es suficientemente clara, saben por dónde va la jugada y ya anunciaron que no continuarán engordándole el caldo al tabasqueño que continúa presionando a los tribunales electorales para que anulen las elecciones.
Este país y también el estado lo que necesitan es de políticos maduros y sensatos, respetuosos de la democracia y de los resultados, aún cuando estos sean negativos, son muchos los problemas que como nación estamos padeciendo como para todavía agregarle el conflicto poselectoral.
¿Qué se dieron algunas irregularidades?, es cierto, pero como dice aquella expresión bíblica “quien esté libre de culpas que tire la primera piedra”, quienes nos dedicamos a la delicada tarea de informar, somos testigos de que las acciones fraudulentas en todos los procesos de elección las practican panistas, perredistas, priistas y agregados por igual.
Un instrumento infalible en cada ocasión es la entrega de despensas alimenticias como forma de cooptar el voto ciudadano y díganme con toda sinceridad si hay algún instituto partidista que no lo haga, quien lo niegue está mintiendo, así que mientras estas prácticas viciadas no sean erradicadas, no hay más remedio que aceptar los triunfos y derrotas de acuerdo al número de sufragios contados en las urnas.
Esto es lo que ha rechazado Obrador, pero se nos antoja una buena actitud que PRD, PT y Movimiento Ciudadano consideren seriamente comenzar a cerrar la página electoral del primero de julio e ir elaborando una estrategia para enfrentar la lucha presidencial en el 2018.
Y mire que a estas alturas y sin que todavía se dé el relevo presidencial entre Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, ya los izquierdosos están casi definidos en quien será su abanderado a la primera magistratura del país dentro de seis años, el propio Marcelo Ebrard.
En esa reunión de cúpula perredista hubo pues dos puntos definitorios e importantes. Primero, tomar distancia de la posición frontal de AMLO que seguramente querrá hacer más ruido cuando oficialmente lo declaren perdedor; y dos, la propuesta de conformar un frente único de izquierda que lleva tintes futuristas.
Desde este momento están trabajando sobre la estrategia para regresar con más fuerza en el futuro cercano, han estado dos veces muy cerca de llegar a Los Pinos, en 1988 cuando el candidato fue Cuauhtémoc Cárdenas y en el 2006 ya con López Obrador, porque en ésta la perdieron con muy amplio margen, no obstante la resistencia a aceptarlo de parte del tabasqueño.
Y en ese sentido, más bien son PRI y PAN los que tendrán que ir dándole forma a cuadros de valía para que puedan aspirar a la candidatura presidencial en la siguiente contienda, es decir el que el PRD tenga ya desde este momento a alguien con el nivel y la estatura como para ir nuevamente por la Presidencia, es una ventaja. Ojalá la sepan capitalizar ahora sí.
Y es que para ello deberán mostrar hacia fuera una actitud distinta a la de AMLO, porque lo que los está dejando fuera de toda posibilidad real de ganar la elección presidencial, es la radicalización del tabasqueño, consideramos que Ebrard es un elemento mucho más mesurado y tendrá menos problemas en ese sentido, el sector empresarial, sobre todo, ve con preocupación posicionamientos en esa dirección, ya no se diga nuestros vecinos al otro lado del río Bravo, en la Casa Blanca difícilmente dejarían pasar a un proyecto de Gobierno en México identificado con Fidel Castro de Cuba o Hugo Chávez de Venezuela y a pesar de que nos duela, aún con todo el escándalo que hacemos en torno a nuestra independencia nacional, continuamos dependiendo en mucho de las decisiones de los Estados Unidos, particularmente en materia político-electoral.
Pero aquí lo que buscábamos analizar era el acuerdo de los partidos de izquierda en torno a las elecciones, queda pues claro, sus dirigentes, gobernadores en activo y electos, senadores, diputados federales, en su mayoría, asumirán una actitud institucional y de respeto a lo que decida el TEPJF y ello sólo significa, insistimos, que como hace seis años, no continuarán secundado acciones de confrontación.