Claro, a estas alturas y a dos meses y medio de que terminen su periodo, poco o nada de trascendencia podrán hacer los diputados locales, sin embargo, por lo menos han dejado de ser el centro de atención y no por lo destacado de sus actuaciones, sino porque se metían en cada asunto delicado que merecía la condena pública.
Claro, todavía en ese recinto legislativo siguen esperando que algunos desvergonzados diputados con licencia regresen bienes propiedad del honorable Congreso, como en el caso del actual aspirante a la presidencia municipal de Puente de Ixtla, Julio Espín Navarrete, que no ha regresado tres unidades vehiculares que tenía a su cargo y se las llevó para usarlas en su campaña. Es realmente penoso observar la nula calidad moral y ética de algunos personajes metidos en la política.
Tania Valentina Rodríguez Ruiz, del Partido del Trabajo, tenía que hacer lo propio con otro vehículo, hasta donde nos quedamos tampoco lo había devuelto, a ella la señalan algunos de sus ahora ex compañeros de partido, particularmente Domingo Guerrero Ortiz de Puente de Ixtla como responsable de haberse coludido precisamente con Espín Navarrete para cerrarle el paso a la candidatura petista a esa comuna, por considerarlo peligroso para los intereses y acuerdos de ellos.
Desde luego que la atención ciudadana anda mareada con las campañas políticas y entretenida en mítines y reuniones de sus candidatos preferidos, cosa que los ha hecho olvidarse de algunos otros temas, sin embargo y por las causas que sean, sí vemos un Poder Legislativo menos agitado, así sea bajo presión, más responsable de sus actividades, porque buena parte de esos “representantes populares” ya solo se presentaban cada 15 días a cobrar sus emolumentos, no asistían a las sesiones ordinarias.
Bueno, en reiteradas ocasiones se suspendieron sesiones porque no se lograba el 50 por ciento más uno en las asistencias para poder validar los acuerdos y trabajos legislativos. A ese nivel de irresponsabilidad llegamos en los meses cercanos al periodo de elecciones, porque muchos de ellos andaban ya como locos peleando una candidatura en sus respectivos partidos políticos y no tenían tiempo para acudir al cumplimiento de responsabilidades legislativas.
Están ya muy cerca del final, los diputados locales son los primeros que inician la transición de poderes, el primero de septiembre, porque ya deben estar formalmente integrados como asamblea legislativa a fin de tomarle protesta el nuevo gobernador el primero de octubre, así que son escasas semanas las que tienen por delante y volveremos a empezar con otros actores.
Tienen decenas de propuestas de reformar para desahogar en esos días restantes, está claro que el rezago lo van a tener que enfrentar quienes tomen sus respectivos lugares este primero de septiembre, ojalá se trate de una asamblea mucho más preparada y consciente de su papel, hay tantas inquietudes sociales y lagunas jurídicas que propician el desorden en la aplicación de las leyes, que urge recuperar el control.
Y lo que decíamos al principio de este análisis, en buena parte, los diputados se fueron recio con sus intereses personales y de grupo, tácitamente saquearon las arcas del Congreso, más de la mitad de su periodo se la llevaron peleando por adueñarse del control de áreas estratégicamente importantes para jalar recursos económicos o para ejercer poder y dominio sobre otros.
Dos que tres perdieron la cordura y el nivel, intentaron sindicalizar por la fuerza a sus allegados con salarios de hasta 30 mil pesos al mes y al no lograrlo, porque las normas sindicales lo impiden, castigaron a sus propios trabajadores suspendiéndoles todo tipo de prestaciones, entre otros, la entrega de despensas, sí que mostraron una baja estatura.
Pero los propios empleados mostraron más cordura y ética, aguantaron todo, porque la advertencia era, “o me sindicalizas a mis recomendados o no habrá nada de apoyos” y prefirieron no recibir nada, afortunadamente esos delincuentes de cuello blanco tuvieron que irse a sus campañas políticas, luego de pedir licencia y todo regresó a la normalidad, no obstante, queda ello como testimonio de la nula moral de algunos que en mal momento pasaron por el Congreso local.
Pero el asunto es que andan ahora otra vez tras el voto popular, uno de ellos, Espín Navarrete, candidato a la presidencia municipal de Puente de Ixtla, de cuyo territorio ya fue edil y mire que salió por piernas, a ver cómo le va esta vez, con todos esos antecedentes no la tiene nada fácil, el pueblo no se olvida de sus ofensas.
Ojalá que esta vez entren los mejores cuadros y propuestas legislativas de los partidos, es urgente contar con un congreso activo y responsable, sobre todo con legisladores comprometidos con los intereses colectivos, el pueblo ha sido olvidado de manera reiterada en los recientes trienios en la Cámara de diputados.
Sin embargo, ateniéndonos a lo que vemos en las campañas, tampoco podemos pedirle peras al olmo, los cuadros en lucha no son precisamente expertos en alguna materia, salvo algunas excepciones, sigue privando una pobreza de propuestas que no prometen mayores resultados y seguimos en mucho, en manos de buscadores de chambas y fortunas.