El hombre sigue moviéndose intensamente. Nos parece que es uno de los que están muy cerca de lograr el objetivo.
Tal vez sea por eso que el conocido "fuego amigo" le ha venido arreciando en los recientes días; eso pareciera ser una señal de que otros aspirantes se sienten desplazados y lo ven como el enemigo a vencer.
Lo que son las cosas: algunos de quienes hoy le están pegando con todo fueron incluidos en cargos importantes cuando le tocó ocupar el gobierno del estado entre 1998 y el 2000, para concluir el sexenio que dejó trunco Jorge Carrillo Olea.
Pero en la lucha por la conquista de espacios de poder no hay compromisos eternos ni amistades duraderas, a las primeras de cambio se traiciona, y eso lo padece en estos momentos el ixtleco.
Algo que le reconocemos es que por su ya larga trayectoria en la vida política ha aprendido a manejar las cosas con calma. Dice que no responderá ninguno de los señalamientos de sus adversarios, porque tampoco quiere bajarse a esos niveles. Se nos hace una postura interesante; suele incluso dar mejores resultados a mediano y largo plazo. La sociedad quiere soluciones a sus necesidades, no pleitos en el escenario electoral.
Pero seguimos esperando que desde la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se tome la decisión, porque los cuadros han entrado a un pesado desgaste y todavía falta lo más delicado cuando se conozca al ganador de la contienda interna; con seguridad habrá quienes amenacen con irse a otras trincheras si no les ofrecen algo.
TRANSPORTE: ANARQUÍA
Y atendiendo reflexiones y observaciones de algunos ciudadanos y líderes de agrupaciones campesinas, pero más que eso, de quienes suelen por sus tareas cotidianas salir diariamente a carretera, haremos mención de quejas recurrentes en lo que se refiere al nulo respeto por las normas y reglas establecidas en materia de vialidad.
Claro, qué nos podemos esperar si en prácticamente todas las actividades humanas reguladas por leyes hay una ausencia total de observación, que sólo evidencia la falta de autoridad para hacerlas valer.
Bueno, algunos ciudadanos de Morelos fuimos testigos de cómo los comerciantes del tianguis de Temixco se instalaron en la plaza de armas para vender sus mercancías, convirtiendo este espacio público en un basurero sin que nadie les dijera nada.
Fue necesario que los comerciantes formales del centro histórico levantaran la voz para que se buscara un acuerdo con quienes de esa manera protestaban por la falta de un arreglo en lo que se refiere a la devolución de la plancha del tianguis en ese municipio al sur de Cuernavaca.
Pero, ¿no es descabellado que todo esto ocurra sin que la ley se aplique? Al paso que vamos acabarán convirtiendo el Palacio de Gobierno en alguna tienda departamental y seguramente que tampoco ocurrirá nada.
Pero la idea es ahondar en lo que se refiere al tránsito en la vía pública; y efectivamente hay una falta de cultura tanto de quienes conducen sus unidades automotrices en calles, avenidas o carreteras, como de transeúntes que se pasan los semáforos en rojo exponiendo su vida y la libertad de quienes los pueden atropellar.
Un dirigente gremial mencionaba hechos concretos que le parecen preocupantes: "Hace unos días manejaba de Progreso hacia La Joya, entre Jiutepec y Yautepec. De pronto me topé con individuos que manejaban en moto pero en sentido contrario; por poco y me los llevo, porque además venían sin luces".
“Por fortuna, a unos metros estaba una patrulla de Tránsito; les dije del suceso y simplemente respondieron que podían ser delincuentes. Por lo tanto, lo menor era no meterse en problemas”.
Pero si usted maneja por la capital estatal y zona conurbada, debe ir con los ojos bien abiertos, porque inesperadamente cualquier taxista o rutero se le va a meter en su carril sin el menor cuidado. Es un verdadero enredo. Las corporaciones de tránsito parecen de adorno. En todo esto priva la ley de la selva. Andamos muy mal.