Lo habíamos dicho con anterioridad: el ascenso de la señora era sólo un trámite. Se había perfilado muy por encima de los dos que ni la presidencia de la república podía hacer nada y menos con un Cordero que nunca supo conducirse con aplomo; incluso Creel con sus desventajas, por venir de ser un perdedor de hace seis años, mostró más cordura.
Aquí en Morelos quien debe estar muy contento es el diputado federal Jesús Giles Sánchez, pues ella fue su coordinadora de bancada en el Congreso de la Unión y, hasta dónde sabemos, llevan una relación suficientemente cercana. De tal manera que si eventualmente ella gana, lo incorporaría en un espacio y de nivel.
Algo muy distinto ocurrió con el aspirante al gobierno de Morelos por Acción Nacional (PAN), Adrián Rivera Pérez. Quizás por compañerismo en el Senado, "apadrinó" a Santiago Creel durante una de sus visitas a Cuernavaca y nunca lo vimos al lado de Vázquez Mota.
Por cierto, a ARP ya se le empezaron a salir las cosas de control. Desde el interior de su equipo de precampaña se viene filtrando la información de que, con el consentimiento de su incondicional el líder del CDE, Germán Castañón, están inflando el padrón para poder preparar el fraude el día de la elección del candidato. Eso no es novedad. Hace rato se insiste en que tiene ya en esta capital un grupo de mapaches del centro del país, de ésos que en otras justas hicieron el trabajo sucio, denominados "ave azul".
Mientras tanto, los otros dos contendientes, Alejandro Villarreal Gasca y Demetrio Román Isidoro, anduvieron muy activos este domingo pasado llamando a sus seguidores a votar por la ya virtual candidata presidencial y parece que sí le llevaron muchos sufragios.
Pero regresando al tema inicial, de los tres grandes candidatos por la presidencia, el electorado cuenta ya con opciones, y sí que son distintas. Por un lado tiene a un Andrés Manuel López Obrador que a diferencia de hace seis años intenta mostrar un rostro amable, sensible y "amoroso", pero le es imposible evitar resbalones de vez en cuando. Su proclividad hacia la confrontación no lo abandona.
A pesar de ser con quien se van a dar un duro agarrón, el aspirante del Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, la felicitó a través de las redes. En cambio, del tabasqueño no sabemos nada. Eso muestra su posición de confrontación.
Pero como quiera que sea, el hombre trae una propuesta en maduración que deberá ser valorada por la sociedad a la hora de ir a las urnas a decidir el destino de esta nación en los próximos seis años.
Y está ahí Peña Nieto, un personaje que evitó la confrontación interna de su partido porque muy tempranamente se perfiló como el único candidato, dejando a su más cercano perseguidor, el senador Manlio Fabio Beltrones, a una distancia inalcanzable. Por eso no hubo proceso interno.
El ex gobernador del Estado de México trae un fuerte equipo detrás; la mayor parte de los políticos de peso del viejo sistema está con él, incluyendo al ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Pero no sólo eso, también congrega al mayor porcentaje del sector empresarial de élite, ésos que suelen decidir y ser fiel de la balanza en estas cosas, y por si fuera poco igualmente parece ser el abanderado de los grandes medios de comunicación masiva, como las dos cadenas de televisión.
Por eso se le considera el enemigo a vencer y lo reconoció la propia Vásquez Mota; y por cierto está también ella como opción: por primera vez una mujer en busca de la presidencia. No es mal elemento, sobre todo se nos antoja bastante sencilla y accesible. Pero el sólo hecho de que se trate de una fémina es de llamar la atención.
Ahora bien, ¿está preparado el país para ser gobernado por una mujer? Ésa es la gran interrogante a descifrar. Aun en bastas regiones de México, sobre todo en el norte, el autoritarismo varonil difícilmente lo aceptaría.
Y también prevemos que los dimes y diretes se van a dar entre Peña y Obrador. Por respeto, los dos van a tener que ser menos frontales con ella y eso quizás le ayude en algo. Lo cierto es que va a ser una contienda bastante interesante.