No hubo grandes sorpresas, la más sobresaliente fue producto del hecho de que el diputado federal y ex alcalde capitalino Jesús Gíles Sánchez mostró el músculo y fue quien logró el mayor número de votos como miembro del consejo.
Para algunos al interior de ese partido representa que a su paso por la Presidencia Municipal hizo muchos amarres, dejó compromisos bastante sólidos y entre quienes van a decidir candidaturas hacia el proceso electoral en puerta, un considerable número van con él, por eso se piensa que pudiera ir por una senaduría.
Otros que también reflejaron ascendencia en las estructuras panistas fueron el secretario de Gobierno Oscar Sergio Hernández Benítez y la cuñada del gobernador Marco Adame Castillo, Emma Margarita Alemán Olvera.
Ella es muy movida, al paso por algunas responsabilidades públicas, entre ellas la diputación local, desarrolló un intenso proyecto de formación de redes sociales en Cuernavaca, a través de la gestión, y todavía le sobreviven activos.
Y quienes se vieron muy parejos en lo que se refiere al éxito en sus propuestas para el nombramiento de consejeros, fueron el senador Adrián Rivera Pérez y el secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas Demetrio Román Isidoro.
La fuerza, en particular de aquellos que aspiran a la candidatura de su partido por la gubernatura al interior del consejo, es muy importante, porque Acción Nacional suele dejar en manos de esos privilegiados integrantes de este cuerpo colegiado la elección de candidatos.
Claro, seguramente serán el filtro obligado para quienes busquen contender por alcaldías y diputaciones locales, sin embargo también resulta evidente que algunos espacios, así sean locales, como la comuna capitalina o la gubernatura, quienes busquen ser candidatos tendrán que venir avalados y palomeados por el CEN y por la misma Presidencia de la República, porque se trata de posiciones estratégicas.
El caso es que aparecieron ciertas figuras no precisamente del núcleo conocido como "La Sagrada Familia" con posicionamientos importantes, que dan muestra de que muchos panistas desean abrir el abanico y darle participación cada vez a un mayor número de militantes.
El cerrado círculo de unos cuantos iluminados a lo único que los ha llevado es a perder fuerza y presencia, buena parte de las estructuras del partido se sienten utilizadas y engañadas, porque han servido de escalones para que los encumbrados se perpetúen en el ejercicio del poder público y a ellos no les han dado juego.
Por eso desde abajo se aprecian presiones a fin de ir modificando estrategias e incluyendo más cuadros para intentar por lo menos ser más competitivos frente a los rivales que deben tomar en serio: priistas y perredistas.
Pero algunas observaciones también llegan a sospechas de que se realizó un trabajo muy cuidadoso, por parte de cabecillas de ese instituto político, para evitar el ingreso al consejo de elementos que pudieran representar alguna competencia interna a la hora de la distribución de posiciones electorales.
Por supuesto que se dieron exclusiones, no pocos neo panistas salieron sorprendidos, porque a pesar de un buen esfuerzo por lograr ser parte de esa lista del consejo, nunca salieron.
PRD TAMBIÉN EN LO SUYO
Y los perredistas también andan en lo suyo, por lo pronto Luis Ángel Flores Bustamante, un lugarteniente del senador Graco Ramírez tendrá que entregar la dirigencia en la primera quincena de septiembre.
Al relevo llega Fernando Pacheco, él viene de la vieja guardia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ya fue legislador local hace años y optó por alejarse un tiempo del activismo, porque el CDE cayó en manos inapropiadas que obligaron a muchos a buscar refugio en otros partidos o esperar mejores tiempos.
Pudiera ser un factor de unidad y de reconciliación con algunas corrientes que nunca aceptaron la hegemonía del grupo Graco en la toma de decisiones, que beneficiaban a gente sin arraigo en el estado y consecuentemente carentes de liderazgo.