Bajo la percepción de la mayoría de los militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la dirigencia estatal a cargo de Alberto Martínez González obedece a intereses muy concretos, uno de ellos, a las ambiciones políticas de quien fuera candidato perdedor a la gubernatura en el 2012, Amado Orihuela Trejo, a quien incluso se le relaciona con el partido gobernante.
Bajo esa visión, se advierte que el proceso electoral en puerta estaría siendo orientado a favorecer un proyecto ajeno y por lo tanto, empujando –como parece, ocurrió en procesos anteriores- a la entrega de posiciones relevantes a cambio de algunas migajas para determinados personajes, sin embargo, quizás a partir de instrucciones superiores, se ha obligado al comité estatal a solicitar la intervención, asesoría y consejo de ex líderes partidistas y hasta de ex gobernadores en la conducción y preparativos de los trabajos rumbo al 2018.
Es así, que luego de diversas reuniones con esos actores, se determinó que algunos de ellos compartieran sus experiencias y conocimientos en la materia, mediante la impartición de un diplomado que se realizará los fines de semana durante todo el mes de noviembre, dirigido a todos aquellos que buscan una candidatura, desde una regiduría, diputación local, federal o ayuntamiento, hasta el Senado e incluso la gubernatura. Serán factor para la formación de cuadros, porque en ese sentido hay mucha pobreza.
Los responsables de lo anterior son cuatro: Jorge Arturo García Rubí, quien diera conclusión al periodo sexenal del gobernador Jorge Carrillo Olea; Jorge Morales Barud, que cubrió dos de esos años como mandatario interino; Jorge Meade Ocaranza, delegado de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la entidad y el ex dirigente tricolor Rodolfo Becerril Straffon.
Ese ha sido un primer gran acuerdo, luego de algunos encuentros a los que han asistido más cuadros distinguidos que por disposición del presidente del CEN, Enrique Ochoa Reza, apoyarán a la dirigencia local y que de alguna manera vienen obligando al comité a trabajar en función de la institución.
Y ya han aflorado fuertes diferencias, precisamente a partir de la idea de que Martínez González atiende a intereses muy específicos y en ese contexto Meade incluso le pidió a éste que si su posición ahí tenía la consigna de operar la llegada a la candidatura de Amado Orihuela, que de una vez lo dijera. Y desde luego que el aludido, al menos de palabra, negó tal compromiso.
Como que así sea de última hora, porque ya estamos en la antesala del proceso en su etapa intensa, se comienzan a poner las pilas y a reaccionar , por lo menos, intentando llegar a la etapa de decisión de candidaturas, con cuadros más o menos conscientes de la responsabilidad a la que van, si es que alcanzan sus objetivos.
ASPIRANTES, YA OPERAN EN EL CENTRO
Y en lo que se refiere a quienes levantan la mano para pedir ser incluidos en la distribución de candidaturas en el PRI, la mayoría opera fuertemente en el centro, ya sea mediante algunas figuras con influencia en la administración federal, o poderosos personajes del Senado de la República, la Cámara baja o el propio CEN.
Hay de todos los tamaños, lo mismo aquellos que sienten traer talento para buscar la gubernatura que el Senado, alguna presidencia municipal o legislatura local. Es decir, el mayor movimiento –de aquellos que por fortuna disponen de algún padrino en esos niveles- se está dando en esas esferas, antes que hacer lo propio frente al electorado.
En mucho, las posibilidades reales se darán a partir de tales relaciones y es de esa manera que se comienzan a apreciar a quienes se perfilan con algunas posibilidades reales. Se habla de unos cuatro que llevan tendencias en ese sentido, como en el caso del propio Meade Ocaranza; la senadora Lizbeth Hernández Lecona e incluso la diputada federal Rosalina Mazari Espín, aunque se insiste en que ella se ha definido por la candidatura al Senado.
Existen, como decíamos, de todos los tamaños y uno de éstos es Jorge Mario García, hijo del ex gobernador Jorge Arturo García Rubí. El muchacho labora en la Lotería Nacional, pero además cuenta con un familiar a nivel de gabinete federal; es consejero del CDE y todo eso le da las posibilidades de aspirar a una diputación local, ya sea por la vía de las urnas o la plurinominal. Fue parte de las estructuras del gobierno municipal de Cuernavaca en el trienio 2009-2012.
Bueno, pues también a partir de su desempeño en la Lotería Nacional, Víctor Manuel Saucedo Perdomo pretende meterse en la pelea por la candidatura a la capital del estado. El señor tiene fama de mano dura y de estratega en materia político-electoral, así que no hay que perderlo de vista.
Una ventaja para algunos de ellos, es que no hay cuadros en el PRI, ni suficientes ni con trabajo y presencia, ya que la absoluta mayoría que le dieron fortaleza al tricolor, o ya abandonaron esa trinchera, o tienen demasiado desgaste que les impide ser competitivos en las urnas.
Desde lo local, dos que tres presidentes priistas municipales se mueven en función de su desempeño y la verdad que son unos cuantos, porque en el 2015 se quedaron con territorios menores, uno de los más sobresalientes es Miacatlán, gobernado por Francisco León y Vélez Rivera, que pudiera participar en busca de una diputación federal por aquella zona, aunque igual y decide ir a la a reelección en su actual responsabilidad porque tiene buen control del ayuntamiento.
Lo decíamos recientemente, como que todo este asunto del terremoto detuvo en buena medida los movimientos en torno al proceso electoral y la mayoría de quienes están interesados en pelear una candidatura no han mostrado aún sus intenciones y apenas vamos hacia esa etapa.
Y son acaso los que van en busca de la grande, los que mayores movimientos están enseñando, pero respecto a otros espacios, como ayuntamientos o diputaciones locales, son unos cuantos los que aparecen en el escenario y no sólo en lo que al PRI se refiere, esto acontece en todos los partidos. No obstante se aprecia que noviembre será ya mucho más acelerado en esa materia, porque el calendario electoral sigue avanzando.