Sucesión en la UAEM
En un porcentaje mayoritario se espera que hoy lunes reinicien las clases en las más de cuatro mil escuelas con que cuenta el sistema de educación básica del estado de Morelos; en buena parte de los niños y adolescentes priva aún algo de temor, luego de haber padecido los efectos del sismo del pasado 19 de septiembre.
No obstante que la Coordinación Estatal de Protección Civil con apoyo de expertos en la materia ha emitido sus dictámenes respecto a la seguridad que hay en esos planteles, a fin de poder seguir con el año escolar, muchos padres de familia se sienten inseguros y se anticipa que por lo menos en los primeros días se registrará una significativa ausencia de alumnos.
Pero gradualmente se tiene que empezar a regularizar la actividad, es una manera de superar emocionalmente el fenómeno, que afortunadamente no causó –por lo menos en lo que se refiere a los planteles- ningún deceso y todo se redujo a daños materiales en cerca de 300 edificaciones, que ya deben empezar a ser reparadas.
No es un número muy significativo, pero debido a que unos 18 inmuebles registraron pérdida total, no se descarta que se deba comenzar recibiendo clases en sitios improvisados e incluso, al aire libre, según sean las condiciones y la zona de su ubicación. Pero eso no será ningún problema; la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Sección 19, Gabriela Bañón Estrada, se comprometió a que, así sea debajo de algún árbol, los profesores están dispuestos a cumplir con sus responsabilidades.
Como que las nuevas generaciones de profesores viven ya condiciones muy distintas a las que prevalecían hace algunas décadas, particularmente en nuestra entidad. Hubo épocas en las que lo cotidiano era impartir la enseñanza bajo un techo de lámina o de manta. Quienes se dedicaban al magisterio mostraban absoluta vocación de servicio. Qué bueno que se ha evolucionado en esa materia, pero hoy que las circunstancias lo exigen, seguramente dejarán muestra de que todavía hay amor a la camiseta.
Pero todo indica que la resistencia en el regreso a las aulas no parte de los maestros, sino que son los padres de familia quienes abrigan el temor de que las construcciones estén lastimadas y puedan venirse abajo, a pesar de que ya pasaron bastantes días de los desafortunados acontecimientos, y de ahí que se anticipe de algunas ausencias.
Ya en buena parte de los planteles privados reiniciaron labores y ciertamente que ese fenómeno del ausentismo es bastante elevado. En uno de ellos, de un promedio de 20 estudiantes por salón, han estado asistiendo dos o tres; bueno, hubo un día en el que sólo se presentó un alumno y el profesor debió cumplir con su deber, por eso se considera que en la escuela pública se arrancará con escasa concurrencia.
Una de las prioridades para Protección Civil, en lo que se refiere a la revisión de inmuebles dañados, fue el sector educativo, y así tenía que ser, es un tema fundamental, no sólo porque se trata de la formación académica de las nuevas generaciones, sino porque son menores o adolescentes; hay que hacer lo que se requiera para mantenerlos a salvo de cualquier riesgo.
La sociedad suele ser muy desconfiada en situaciones como ésta y no es para menos, pero hay que darle un voto de confianza al personal que se supone, es calificado para dar fe de la inexistencia de riesgos en las estructuras educativas, así que enviemos a nuestros hijos, eso les devolverá la confianza, al recuperar sus actividades cotidianas y la convivencia con sus compañeros.
SUCESIÓN EN LA UAEM
En otro asunto, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) no sólo atrae la atención por los serios problemas que enfrenta en cuestión de déficit presupuestal, está ya inmersa en el proceso de sucesión hacia la rectoría. Los preparativos están avanzados a fin de integrar la terna para elegir a quien sustituya en el cargo a Alejandro Vera Jiménez.
Como que en principio no había muchos interesados en disputar el mando al interior de la universidad, pero a estas alturas ya son más de media docena los que decidieron ir a la contienda y se intensifica el cabildeo al interior de la máxima casa de estudios. Es un momento crucial, porque seguramente habrá un antes y un después con quien llegue.
Entre los que han levantado la mano, hay dos que parecen ir en contra corriente; es decir, son figuras identificadas como contrarias a los intereses de la corriente de Vera; nos referimos a Oscar Dorado, un investigador que se ha mantenido crítico, frente a las acciones del rector, y Rubén Toledo, a quien pareciera pesarle el apellido.
El señor guarda relación familiar con quien fuera candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura del estado en el 2012, Amado Orihuela Trejo y que ahora se le ubica como operador del Partido de la Revolución Democrática, de tal manera que ese solo hecho pudiera representar un fuerte obstáculo a fin de que prosperaran sus aspiraciones. Desde el interior se le ve con desconfianza, así que se le conceden pocas posibilidades de éxito.
Pero hay bastantes más agregados a la lista de aspirantes, como en el caso de Rolando Ramírez Rodríguez, Gustavo Urquiza Beltrán; Iván Martínez Duncker, Gerardo Gama, Laura Patricia Ceballos Giles y Lorena Noyola, de tal manera que la cosa se torna bastante interesante.
No se requiere mucho esfuerzo e investigación para advertir que la batalla se escenificará entre dos fuerzas, una corriente afín a Vera Jiménez, que lleva una media docena de contendientes, frente a dos o tres que tratan de disputarle el control y la plaza, entre ellos, como ya decíamos, Dorado y Toledo.
Una mayoría, como acontece cada seis años cuando se da la sucesión, busca impedir que fuerzas externas influyan en las decisiones que, consideran, deben ser exclusivamente de la comunidad universitaria, y más en momentos en los que se quejan de intentos por vulnerar la autonomía y la toma de decisiones. Todo éste conflicto que enfrentan los universitarios a partir de la insuficiencia presupuestal, polariza fuerzas y radicaliza posiciones, por eso se anticipa de una elección bastante complicada que va a enfrentar y a dividir voluntades, por más que se aparente todo lo contrario.