Con una inversión estimada en 900 millones de pesos, se iniciará en breve el proyecto de transporte colectivo conocido como “Morebús”, pensado como un modelo más rentable tanto para los prestadores del servicio como para los usuarios, porque se tratará de autobuses con una capacidad cercana a 50 pasajeros.
Se vienen haciendo los últimos detalles, a fin de comenzar con el desarrollo de la infraestructura que se requerirá para poder pensar en el inicio de las operaciones a principios del año que viene; por lo menos eso es lo que se tiene considerado de parte de la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMyT).
Para comenzar, se ha pensado en un pequeño recorrido que va desde la altura de la Universidad Politécnica del Estado de Morelos (Upemor), en el bulevar Cuauhnáhuac, hasta las instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)) en la avenida Plan de Ayala.
Ese será el experimento a probar para ver si el proyecto es o no viable, a fin de ir ampliándolo en una segunda etapa, en la que ya se llegaría hasta la Paloma de la Paz, al norte de la ciudad de Cuernavaca. Este tipo de transporte urbano funciona ya en algunas zonas urbanas como la Ciudad de México o el puerto de Acapulco, donde se asegura ha logrado buenos resultados, sin embargo las condiciones viales son diferentes.
La SMyT lleva ya años amenazando al resto de los permisionarios del transporte público con meterles esto que para ellos es una especie de cuña, porque consideran que vendrá a desplazarlos en una buena cantidad de derroteros en los que a lo largo de los años, han generado un monopolio .
Es previsible que lo anterior comience a provocar toda clase de protestas y manifestaciones, muy en particular de grupos organizados de transportistas como la Federación Auténtica del Transporte, que encabeza Dagoberto Rivera Jaimes, que ha decidido integrarse a lo que se denomina Frente Amplio Morelense, en el que aparecen figuras con una posición antagónica al gobierno en turno.
Ya incluso, a través de sus unidades de trasporte, se maneja una campaña permanente en la que se advierte a los usuarios que con la entrada en funciones del Morebús, van a tener que pagar más por su pasaje; ello, en busca de atraer el apoyo de sectores populares para su causa.
Sin embargo y por lo que se ve, la determinación de la SMyT es iniciar ya de manera formal el proceso, a fin de que a principios del 2018 entre en funcionamiento esa propuesta, que habrá iniciado por ahí a mediados del 2014 y que no ha logrado mayores avances por sucesivos cambios en la secretaría referida.
Y a pesar de que Jorge Messeguer Guillén dejó la titularidad de la dependencia, el proyecto del Morebús sigue bajo su responsabilidad, por lo menos eso es lo que ha dicho su sustituto David Martínez, sin embargo, por tratarse de un asunto de transportes, necesariamente es de su competencia.
Esta idea no parece mala, si se ve desde la óptica de la urgente necesidad de modernizar el sistema de transporte colectivo no sólo en Cuernavaca, sino en todo el estado. Más del 50% de las unidades que ofrecen ese servicio violan la ley en la materia, porque son modelos con más de 10 años de uso, pero lo extraño es que siguen circulando como si no pasara nada. El modelo pensado en el Morebús es actual, moderno y amplio, pero las vialidades, sobre todo en la capital, no se prestan para ello, por eso hay que ver los primeros resultados.
Y ¿DÓNDE QUEDÓ ALARCÓN EZETA?
Mientras tanto, aquí en Morelos seguimos observando cómo las autoridades competentes en lo que se refiere a la corrección de defectos detectados en el Paso Exprés Cuernavaca, siguen dando “palos de ciego” y generando problemas viales a buena parte de los ciudadanos.
La famosa obra, que garantizaría un servicio seguro por los menos durante 40 años –así se afirmó durante su inauguración, en abril pasado- es tema de referencia en la prensa nacional casi a diario, porque mientras más se le analiza, más fallas se le vienen encontrando.
Pero la pregunta insistente es qué pasó con el ex director del sector SCT-Morelos, José Luis Alarcón Ezeta, ya que como responsable directo en la localidad del desarrollo del proyecto, es el principal culpable de lo ocurrido, la muerte de los Mena, padre e hijo, y por lo tanto tiene que ser castigado como corresponde.
Es inexplicable cómo es que los mandos superiores de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) sigan dándole protección, cuando eso está causando un gran daño en la imagen de algunas figuras de primer nivel del gobierno federal, incluyendo a la presidencial.
La mayoría de la sociedad morelense asumió como propio el dolor causado por esa tragedia a la familia Mena y espera por lo menos que la ley sea ejecutada en contra de aquellos que mostrando desprecio y soberbia por el sentir colectivo, posibilitaron la pérdida de vidas.
Más allá de lo que hagan o tengan que hacer para reparar deficiencias físicas y materiales en la obra, cuestión que los obliga, deben mostrar algo de moral y respeto, sin embargo seguimos sin ver señales de acción a ese respecto, lo que ha merecido un repudio creciente contra las esferas oficiales que participaron, pareciera, en componenda.
Ezeta ya debería estar tras las rejas, elementos de culpabilidad sobran, no se requiere de mucha investigación para saber que tenía todas las advertencias y desde diversas fuentes como para adelantarse a los hechos, pero la omisión pudo más, así que no vemos otra salida que no sea la del castigo corporal; ello independientemente de otras sanciones de carácter económico, porque los decesos requieren igualmente de reparación de daños y no puede ser que ello se pague con dinero público, que es producto de los impuestos del pueblo.
Son incontables las páginas y los espacios informativos que se le han dedicado al tema del “socavón”, que es hoy un asunto conocido en toda la república y más allá de nuestras fronteras, sin embargo, en la práctica, no se ha avanzado casi nada, acaso promesas de construir un puente elevado en la zona dañada que amenaza con prolongar el caos vial por lo menos hasta finales del presente año.