A nivel nacional, se integró incluso una comisión responsable de preparar los eventos, encabezada por el ex candidato a la presidencia de la república Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
En cada entidad se hizo lo propio, aquí es el diputado local Luis Arturo Cornejo Alatorre uno de los que coordinan los eventos en puerta y por lo menos ha mostrado mucho interés en ello.
Se habló de grandes acciones, particularmente en inversiones de gran escala y emblemas conmemorativos, que todo indica se han quedado cortos por las condiciones adversas en las que se vio involucrado el país tras la recesión económica.
El caso es que estamos en la víspera del aniversario de tan magnos acontecimientos y no hay en la práctica resultados que muestren un escenario de euforia y preponderancia en torno al tema.
Las instancias gubernamentales diseñan el acto a efectuarse el 15 de septiembre por la noche. Se han instalado juegos de luces tricolores para darle realce, sin embargo el proyecto inicial era de mucho más alcance.
Incluso, hasta donde tenemos entendido, por cuestiones de seguridad, el acceso a la Plaza de Armas donde estará el cantante Pedro Fernández amenizando el evento después de que el Gobernador dé el grito, será restringido. Se van a instalar detectores de metales y más aún en la plancha del Zócalo, donde actuará el artista, únicamente podrán acceder invitados especiales, sus familias, funcionarios públicos y los allegados en las orillas, se planeaba instalar a discapacitados.
Habrá dos o tres mega pantallas fuera de ese círculo de privilegio. Una en el Jardín Juárez, otra al fondo de Plaza de Armas y una más en la Plazuela del Zacate, hacia donde se pretende enviar a Juan pueblo para que de manera indirecta observe el espectáculo.
Y desde luego, un aparato de seguridad muy amplio para intentar evitar cualquier inconveniente, pero en esencia la población abierta no está incluida en el escenario central, que se rellenará de manera temprana para justificar el acordonamiento de esa área. Ya están listas las barreras al interior de Palacio de Gobierno.
Dadas las circunstancias y el momento, lo más recomendable es quedarse en casa o en un sitio seguro lejos de la multitud, sobre todo cuando se trata de la familia. Incluso, dialogando con algunos comerciantes del primer cuadro, consideran la posibilidad de cerrar sus establecimientos de manera temprana por aquello de las dudas.
Y decíamos que en el caso del legislador Luis Arturo Cornejo, ha logrado la grabación de una canción que busca convertirse al paso del tiempo en una insignia conmemorativa del centenario y bicentenario, se llama "Yo soy de Morelos" y sólo es cuestión de posicionarla, que será una tarea inmediata.
Pero en el resto de las actividades previstas, los resultados se antojan muy pobres. Acaso en Cuautla se lograron algunas inversiones extraordinarias que merezcan ser consideradas como del bicentenario, pero no es igualmente algo sobrenatural.
Reiteramos, se hace lo que se puede, las condiciones económicas no daban para más. Pero la verdad es que se cayeron las expectativas por las condiciones adversas que se presentaron todo el año anterior.
Alguien, desde Palacio de Gobierno reconocía que las acciones se están quedando cortas y recordaba que aún con todo lo que se pueda decir en torno al Gobierno de Porfirio Díaz los primeros 30 años del siglo pasado, con motivo del primer centenario de la independencia nacional en 1910, mandó acuñar las famosas monedas conocidas como "centenarios" que siguen teniendo un valor económico y sentimental especial.
El caso es que en estos momentos no observamos nada parecido que pueda perdurar otros cien años. Es decir hasta el tercer centenario y ello nos muestra que viene faltando ímpetu a los organizadores encabezados por Cárdenas Solórzano.
Cabe destacar que Morelos es pieza central de ambos festejos. Nuestro territorio fue escenario de la independencia y la revolución, como dice la publicidad, eso deberíamos destacarlo. Pero no se observa nada grandioso, que no sea un poco más de luces o adornos que se desmontarán los días siguientes.