La batalla pareciera dispareja, porque de un lado hay 20 legisladores que igual y pudieran orientar el rumbo, al representar una mayoría, pero las condiciones no se les han dado. Del otro está el denominado grupo de los diez (G-10), que, en apoyo a sus colaboradores, a quienes se les ha suspendido el salario, encabezan la resistencia.
Es un hecho histórico, porque no hay antecedentes de algo semejante, de algún conflicto derivado de un enfrentamiento entre los propios diputados, pero ya para la actual legislatura no es nada nuevo. Hace unos meses ocurrieron sucesos más o menos similares, cuando los sindicalizados de ese recinto igualmente se adueñaron de la sede para exigir la derogación de una ley relacionada con el instituto de crédito.
Sin embargo, todo lo anterior deja a esta generación de representantes populares muy mal parada, porque han sido incluso objeto de sendas campañas de desprestigio a través de algunos medios de difusión y propaganda negativa, como en el caso del sistema de transporte público.
Se especulaba que muy posiblemente en cuestión de horas las diferencias se resolverían, pero no es así. Ayer, los miembros del G-10 ofrecieron una rueda de prensa, en la que hablaron ya con mucha apertura y mostraron alto grado de enojo por lo que viene pasando.
Cada bloque pone sus condiciones para ceder: la mayoría, encabezada por el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) pide disminuir la nómina considerando que está excedida, mientras que la otra parte demanda el cabal cumplimiento en lo referente al pago de salarios.
“No hay dinero”, argumentan aquellos, “no es problema nuestro”, dicen los demás; el caso es que por lo dicho ayer de parte de los inconformes, esto bien podría solucionarse en unos días o irse por algunas semanas más, porque ni siquiera existen canales de comunicación, no obstante que son compañeros de legislatura.
El origen, como siempre, es el dinero, porque nadie dice conocer o saber qué pasó con unos 160 millones de pesos que cargan como déficit, pero de los cuales no hay quien se diga responsable. Es una suma bastante pesada, que incluso se atribuye a la legislatura anterior, porque se advierte que los actuales diputados recibieron pasivos por unos 200 millones de pesos.
Y ya al calor del antagonismo, comienzan a sacarse los trapitos al sol, los voceros de ayer dieron incluso nombres de los que ellos consideran están detrás de todo este escenario que amenaza con prolongarse de manera indefinida, aunque eso los lleve a cometer violaciones a la ley en lo que se refiere al trabajo legislativo y el desarrollo de sesiones ordinarias.
Es muy cuestionable que quienes están ahí para el impulso de leyes y reformas, a fin de armonizar la convivencia en la sociedad y garantizar más justicia, sean los que violentan sus propias acciones, pero como que tampoco les preocupa mucho porque están encaprichados en imponer cada quien sus condiciones.
En buena parte de los actos consecuencia de las diferencias, hay materia para el inicio de procedimientos administrativos y penales, especialmente en lo que toca al salario, ya se pudo haber interpuesto una demanda en los tribunales competentes, pero a decir de algunos legisladores, como el coordinador de la fracción panista Víctor Manuel Caballero Solano, si se hace, se estarían dando las bases para que el pago se alargara mucho más y no se quiere dañar a los empleados.
Claro, dos o tres diputados tampoco vienen recibiendo sus prerrogativas, uno de éstos el del Partido Humanista Jesús Escamilla Casarrubias, pero por la diferencia de ingresos con los trabajadores, pues pueden aguantar mucho más tiempo. El asunto es de índole político.
La parte mayoritaria dice haber realizado ya una sesión a nivel de junta política, pero los demás sostienen que careció de legitimidad porque no hubo quórum. Además se dijeron excluidos, porque jamás se les convocó, no obstante ser parte de la asamblea.
Para el día de hoy se ha vuelto a mencionar que pudieran reiniciarse los trabajos, sin embargo el problema sigue siendo el mismo, deberá ser en una sede alterna y difícilmente se alcanzará la asistencia necesaria. Andan hechos bolas, a pesar de que tienen en la agenda una serie de temas pendientes por llevar a tribuna.
Uno de éstos, aquello que tiene que ver con una demanda de pueblos y comunidades que iniciaron proceso hace mucho tiempo para que se les declare municipios indígenas o independientes, como en el caso de Xoxocotla, Hueyapan o Tetelcingo.
Por cierto, en eso de que hoy se abrirá sesión, Aristeo Rodríguez del PRI y su compañero coordinador Alberto Martínez aseguraron que se pretende traer grupos de choque, tanto de Xoxocotla como de Hueyapan para apoyar las tareas legislativas.
Éste ya es otro cantar, estaríamos frente al uso de grupos sociales “invitados” a participar en un conflicto entre legisladores, a fin de amedrentar cualquier resistencia a los propósitos de una de las partes y eso nos pudiera llevar a circunstancias ya mucho más delicadas, porque en una de esas la sangre puede llegar al río.
La solución es económica, el déficit se fue incrementando gradualmente hasta llevar a una parálisis aparente, porque ciertamente que son aquellos empleados de diputados, que a juicio de los otros, asumieron una actitud de rebeldía en lo referente a la ley electoral, los que son castigados, los demás siguen cobrando regularmente.
Mal ejemplo, por donde se le quiera ver, son pésimas señales hacia la sociedad que ve con asombro cómo el poder del dinero lo contamina todo y lo grave es que son recursos que vienen del erario público, concretamente del pago de impuestos de la sociedad, que tendrían que merecer un uso distinto, lamentablemente no parece ser así.