Esa elección, al menos para el Revolucionario Institucional es más que una justa local, lo que se conoce es que decenas de políticos del partido, procedentes de todo el país, incluso gobernadores y cualquier personaje que pueda abonar en algo, ha sido convocado a poner su granito de arena para impedir lo que los opositores ya daban por hecho, que sacarían al tricolor del mandato hegemónico que ha logrado conservar por más de 80 años.
El asunto es de la mayor importancia, porque el resultado influirá en entidades federativas vecinas, una de ellas es el estado de Morelos. Y es que los detractores del priismo impulsaron aquella idea de que la elección en el Estado de México ofrecería una visión anticipada de lo que pueda pasar en la justa presidencial del 2018.
Para el partido en el poder es por lo tanto una prioridad vencer a sus oponentes, de esa manera alimentará la percepción en el sentido de que nada está definido y que a pesar de todos los conflictos que ha enfrentado la administración federal en turno, no está vencida y defenderá hasta con las uñas su permanencia en Los Pinos más allá del 2018.
Para mantener el poder, o hacerse de él, no hay límites y aquella entidad lo ejemplifica claramente, se habla de un enorme despliegue de fuerzas, del uso de toda clase de programas de asistencia social a partir de dinero del erario público. La absoluta mayoría de los electores están comprometidos mediante beneficios tradicionales y las instituciones, manejadas por el gobierno estatal, se los recuerdan permanentemente.
Es por ello que incluso a nivel de manejo informativo, ya el aspirante oficial lleva sobrada ventaja ante sus más cercanos perseguidores, se aprecia pues que difícilmente le darán la vuelta a del Mazo Masa y ello tiene que ver con todo lo que viene.
En lo que corresponde a Morelos, algunos de los observadores advierten que el priismo buscará capitalizar, hasta donde sea posible, una victoria en aquella entidad, para lograr un poco de oxígeno ante la ausencia de trabajo del partido local.
Se saben en desventaja, sobre todo ante el Partido de la Revolución Democrática (PRD) e incluso advierten que acá la batalla incluirá también al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y por lo tanto andan detrás de cualquier estímulo, así que de mantener el poder en el Estado de México, intentarán posicionar aquello de que no están muertos y se van a defender.
Adolecen de una dirigencia formal de partido, el presidente del CDE Rodolfo Becerril Straffon no ha podido ser relevado, precisamente porque la cúpula está entregada a la elección en el Estado de México. Lo que se valora hoy es qué tan conveniente para ellos es ir a una elección interna y la sugerencia es que no.
Por lo tanto, estarían apostándole a que el delegado del CEN en el estado, Fernando Charleston, sea quien opere las elecciones del 2018, a fin de evitarse conflictos que les generen mayor desgaste y todo deja ver que por ahí van las cosas, por eso ya pocos le mueven a la reestructuración del comité directivo.
ALIANZAS Y ESTRATEGIAS
Pero desde la cúspide de los partidos políticos se trabaja con intensidad a fin de abrirse posibilidades en la madre de todas las batallas, la pelea por la presidencia de la república y es por eso que ya se habla –como ocurrió a nivel de elecciones estatales hace poco- de alianzas para buscar nuevamente sacar al PRI de Los Pinos.
Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) parecen estar llegando a coincidencias en dichas negociaciones que estarían rompiendo acuerdos con la Federación, aspecto que pudiera llevarnos a escenarios diferentes en lo sucesivo.
Pues lo que aquí en lo local se asevera es que se habría puesto sobre la mesa de acuerdos, la oferta de el perredismo se sumaría a la candidatura presidencial en apoyo de un panista, a cambio de que, entre otras cosas, el candidato en Morelos lo pusiera el PRD. De ser así, se menciona al actual secretario de gobierno Matías Quiroz Medina, aunque aparecen otros nombres como el de la diputada federal Lucía Meza Guzmán, sin embargo a ella le falta trabajo territorial, en cambio el funcionario estatal hace mucho que anda en campaña.
No se dispone de alguna encuesta reciente que refleje la tendencia de todos aquellos que ya andan buscando la candidatura al gobierno morelense desde sus respectivos partidos.
Si el alcalde de Cuernavaca no aparece en las boletas, el terreno estaría más parejo para el resto de los participantes y en caso de una alianza PAN-PRD, pues entonces los candidatos fuertes y con posibilidades de quedarse con el mando, serían los dos de la alianza, el PRI y el Movimiento de Regeneración Nacional.
No obstante éste último ya también ha comenzado a sufrir inconvenientes en su interior, la llegada de algunos personajes, procedentes de otros institutos, está provocando enfrentamientos. Hasta hace unos meses, el senador de Morena Rabindranath Salazar Solorio parecía venir sólo por la candidatura al gobierno morelense, ya le pelea esa posición, su compañero de escaño el ex perredista Fidel Demédicis Hidalgo.
Bueno, éste último fue abucheado por un grupo de asistentes al mitin que encabezó Andrés Manuel López Obrador hace poco en Plaza de Armas del centro de Cuernavaca. Que Demédicis asegura que esa acción la preparó Rabín y que ha advertido que se las va a cobrar. Lo que se observa entonces es que a Morena le viene generando más daño que beneficio el estar aceptando cualquier adhesión y acabará con conflictos internos que menguarán su potencial electoral.
De cualquier manera, así como se comienzan a tejer las cosas, las fuerzas políticas que tendrán posibilidades de ganar serían el eventual frente entre PAN y PRD y el Movimiento de Regeneración Nacional, porque el tricolor no se ven más.