Por los motivos que sean, es el Partido de la Revolución Democrática (PRD) el único que muestra señales de actividad intensa y de presencia constantes en la mayor parte del territorio morelense. Ese activismo lo ha llevado incluso a acrecentar su número de representantes populares en el Congreso local.
Pudiéramos incluso decir que el presidente del CDE, Rodrigo Gayosso Cepeda ha logrado casi el control del Poder Legislativo, aspecto que evidentemente le facilita las cosas en todos los sentidos, porque desde ahí se puede hacer un trabajo formidable de carácter electoral.
Hasta donde se puede ver, el dirigente viene preparando ya los cuadros con los que buscará contender en la justa que se aproxima.
Por eso los tiene entretenidos en aquellos espacios en los que pudieran ser los candidatos a los diversos cargos de elección, ya sea aspirantes a presidentes municipales, diputaciones locales, federales e incluso las senadurías, porque dichas representaciones se renovarán en el 2018.
El año que viene se vuelven a jugar todos los cargos de representación popular, desde una simple regiduría, hasta la presidencia de la república, pasando por la gubernatura de Morelos, en el caso nuestro, porque no es así en otros estados.
De ahí lo trascendente del esfuerzo tempranero de parte de las instituciones partidista, porque no es nada fácil llegar en condiciones, por lo menos de competencia. De entrada hay que tener muy bien aceitada la maquinaria y a ese respecto es que vemos pues a un sol azteca haciendo el esfuerzo por todos lados, en tanto que los demás, se muestran un tanto adormecidos.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), por ser el que gobierna a nivel federal, tendría que ser el enemigo a vencer en la justa venidera, pero es uno de los que no muestra gran actividad.
Hace meses que las bases –lo poco que les queda de militancia- reclaman la renovación de mandos en el CDE, pero la dirigencia nacional no da luz verde; como que en la cúpula continúan enredados en otros asuntos quizás de mayor trascendencia para ellos y se olvidan lo que ocurre en la tierra zapatista.
No les falta la razón, lo fundamental para el tricolor es defender su hegemonía y dominio en el Estado de México, porque de mucho de lo que pase ahí dependerá que mantenga o vuelva a perder la presidencia de la república y es cierto que comparativamente nuestra entidad no significa nada.
En el estado vecino se decide la suerte de los partidos en junio, así que es muy probable que sea hasta después de ello que se atienda el caso Morelos, pero ya para entonces los tiempos estarán encima y recomponer su estructura no será cosa fácil.
Es casi un hecho que se van a rasgar las vestiduras entre diversas corrientes por controlar la dirigencia estatal, a fin de que puedan disponer de una plataforma para satisfacer sus necesidades electorales; ello los llevaría muy cerca de fin de año, que es cuando ya arranca el proceso legal hacia la elección en puerta.
Hay algunos actores trabajando a buen ritmo, pero siempre será necesario el acompañamiento de un partido sólido y con estrategia para poder aspirar a buenos resultados. Lamentablemente no vemos en los priistas ese ánimo y unidad que requieren a fin de intentar regresar a palacio de gobierno, mandato que perdieron en el año 2000 a manos de los panistas.
Pero en lo referente a Acción Nacional (PAN) tampoco andan muy bien que digamos, para empezar, hay una especie de ruptura casi irreconciliable entre aquellos identificados con lo que se ha dado en llamar la “sagrada familia” y los neo panistas, surgidos precisamente a partir de que asumieron el poder en el 2000.
Ya desde hace un rato andan cada quien buscando abrirse paso por su lado, en lo que pudiera llevar a un choque de trenes que los partiría en dos, debilitando su fortaleza y ofreciendo espacios de fragilidad frente a los contrarios. En la carrera por la candidatura al gobierno estatal se perfilan, por el lado de los neo panistas el diputado federal Javier Bolaños Aguilar y del lado de los “sagrados”, el sacerdote con licencia, Antonio Sandoval Tajonar y el legislador local Víctor Manuel Caballero Solano.
Como sucede en lo referente a los aspirantes a una gubernatura, será el CEN del partido el que decida con quién de ellos va a la pelea, pero reiteramos, el problema es que tanto priistas como panistas tienen en puerta el riesgo de la confrontación interna.
Por eso es que consideramos que Gayosso Cepeda ha estado dando unos pasos adelante con un esfuerzo permanente en todos los sentidos, es decir, atrayendo valores, sobre todo en lo que toca el recinto legislativo y recorriendo la mayor parte del estado con cuadros que muy posiblemente veremos en la contienda vistiendo los colores amarillos.
Detrás de esos tres institutos se encuentran los partidos denominados “chiquitos”, pero éstos por lo general se adhieren a alguno de los grandes, a saber, Nueva Alianza y Encuentro Social seguramente aparecerán en las boletas, conjuntamente con los priistas. Se menciona incluso que el Partido del Trabajo iría esta vez con el tricolor.
Pero el partido Movimiento Ciudadano, al menos en lo que a Morelos corresponde, se mueve más del lado del PRD y bueno, el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, iría solo, igual que el PAN. Este sería más o menos el cuadro y las ofertas electorales que se estarían ofreciendo a los electores morelenses el año entrante.
Claro, los perredistas gobiernan la entidad, aspecto que les da ventajas ante los oponentes, pero de todos modos se advierte que los demás institutos no están haciendo lo prudente como para generar posibilidades de triunfo, particularmente en lo referente a la posición más trascendente en lo local, la gubernatura.