Ya en recientes elecciones, algunos intentos tuvieron éxito, como en el caso del primer gobernador que alcanza ese cargo sin el acompañamiento partidista, Jaime Rodríguez Calderón alias “El Bronco”, en el estado de Nuevo León y ello alimenta aspiraciones múltiples de cara al proceso del 2018.
No se aprecia alguna figura con el peso suficiente como para ir en busca de la presidencia de la república, pero a nivel de gubernaturas sí aparecerán intentos con posibilidades de éxito, porque se antoja una coyuntura adecuada, la irritación de la gente frente a sus gobernantes es tal, que muchos electores se irán por opciones diferentes.
Aquí en Morelos y a estas alturas, hay tres personajes que han levantado la mano con la firme determinación de adoptar esa modalidad para contender por el gobierno estatal, a saber el sacerdote Antonio Sandoval Tajonar, el líder del sector obrero del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Vinicio Limón Rivera y el académico y ex funcionario público en el pasado Ariosto Genel García.
De acuerdo a sus orígenes y antecedentes, hay algunos elementos que distinguen a unos de otros, es decir, sólo uno de los anteriores, no muestra ligas de militancia partidista en el pasado, a saber Sandoval, porque tanto Ariosto como Vinicio se identifican con el tricolor.
Genel García ya presentó su renuncia al PRI, tenemos entendido que Limón Rivera no lo ha hecho, sigue siendo militante de esa institución, sin embargo, ha insistido en que se irá por la vía libre y para tal efecto inició un fuerte trabajo de precampaña en todo el estado.
Ahora bien, intentando ahondar en el fondo de los movimientos de cada uno, también se encuentran elementos que parecieran poner en tela de juicio aquello de candidaturas ciudadanas. Al interior del Partido Acción Nacional (PAN), cualquiera le puede asegurar que Sandoval es una carta de estrategia que ha puesto en marcha la corriente conocida como la “Sagrada Familia”.
O sea, que por un lado, promueven como aspirante de partido al diputado local Víctor Manuel Caballero Solano y por otro al sacerdote con licencia en calidad de “independiente”, pero en la práctica no lo es tanto, el propósito final es apoyar a quien más rentabilidad electoral ofrezca.
El caso Vinicio es extraño, porque reiteramos, no ha renunciado al Revolucionario Institucional a fin de mostrar una distancia e independencia de esa institución y se le continúa viendo como un cuadro tricolor más. Durante el año pasado, desarrolló un intenso esfuerzo por ir abriéndose paso hacia la consolidación de su proyecto político, pero a finales del 2016 y lo que va del 2017 el señor abandono esa lucha.
No se conocen muy bien los motivos, pero de diciembre a la fecha –eso afirman sus más cercanos- casi no frecuenta al estado, sólo hace visitas muy rápidas y hasta con cierto sigilo, hay quienes lo atribuyen a amenazas personales, de las que se desconoce la procedencia.
Es decir, con base en las diversas observaciones de cada una de las cuatro figuras anteriormente mencionadas, es Ariosto Genel quien encarna más a la figura de la candidatura independiente, porque ya no pertenece a ni ningún partido político.
Como quiera que sea, son hasta ahora, esos cuatro son los que tienen alguna posibilidad de buscar la candidatura al gobierno del estado sin la plataforma de un partido, pero también es interesante ver cuál es el trabajo que están desarrollando como para considerar que cumplirían con los requisitos de ley
Hay que tener -en lo referente al candidato a gobernador- el respaldo del 2% del padrón de electores, que tampoco es difícil de conseguir, si en verdad se tiene presencia, formación profesional y estructura. En esa búsqueda son tres los que andan tras el sufragio suficiente para no tener problemas, Limón, Sandoval y Genel,
Ariosto es el que muestra mayor experiencia en antecedentes respecto a una candidatura independiente, le tocó participar en la elaboración de planes y proyectos, tanto de corte electoral como ya para su aplicación en el gobierno para Jaime Rodríguez.
Las condiciones son seguramente diferentes en Nuevo León y en Morelos, pero el que las estrategias diseñadas para la campaña electoral del “El Bronco” resultaran exitosas en aquella parte del país, implica que también acá podrían reproducirse, por lo menos en parte.
La apuesta de esos personajes va en el sentido de que un alto porcentaje de electores opondrá resistencia para volver a votar a favor de candidatos de partido y que una opción distinta tendrá muy altas posibilidades de llevarse la mayoría de sufragios en las urnas.
Pero algunos están conscientes de que no será la figura mesiánica de alguien en particular la que posibilite el acceso al poder superior en la entidad, se tiene que incluir a las mejores ofertas en el resto de las posiciones en disputa, llámense presidencias municipales, diputaciones locales, federales, senadurías e incluso las sindicaturas.
Si la fórmula en su conjunto no ofrece atractivos adicionales a los electores en cada una de las regiones, distritos o demarcaciones de la entidad, las posibilidades se reducen sustancialmente. Así pues, incluir a liderazgos naturales, personas preparadas y sobre todo de honestidad y compromiso social probado, será un factor decisivo, de otra manera se ofrecerán blancos débiles por donde se les podrá hacer daño y mire que habrá muchos interesados en que esa modalidad electoral sea un fracaso.