Es por eso que hoy, en este espacio, ofrecemos a nuestros lectores un análisis personalizado de cada aspirante, quizás no tan acucioso como debería ser pero sí con la seguridad de que nuestras apreciaciones están libres de compromisos o sentimientos personales. Es lo que se escucha en la vox populi, no sólo en los círculos de la política.
Por decisión propia, decidimos enumerarlos en el orden que –según nuestra apreciación muy personal- tienen de posibilidades para ocupar la candidatura.
MANUEL MARTÍNEZ GARRIGOS.- Su juventud es al mismo tiempo su mayor fortaleza y debilidad. Algunos advierten que tendría el dinamismo necesario para una campaña sin descanso y el ímpetu para gobernar seis años, pero otros temen que su edad sea causa de arrebatos y excesos, o bien, que su inexperiencia sea aprovechada por personajes que le rodean, mismos que representan al viejo PRI al que los mexicanos dieron su voto de castigo hace dos sexenios.
Desde la perspectiva de la mercadotecnia electoral sería un candidato rentable, con buen discurso aunque la voz no le ayuda.
Pero su principal debilidad es su pleito con PASA, que hoy le está afectando demasiado.
Como seguramente ya lo detectaron las encuestadoras, es el candidato con más adeptos pero también con más detractores. O lo aman, o lo odian.
AMADO ORIHUELA TREJO.- Tiene arrastre entre la gente de nivel socioeconómico bajo y medio, sobre todo en el sector rural. Es visto como gente del pueblo, con todos sus defectos y virtudes que ello implica. La movilización de las bases priístas que lo llevó a la presidencia del PRI lo pone invariablemente en la segunda posición. Mercadológicamente sería un producto difícil de vender y ni de chiste exponerlo a un debate.
GUILLERMO DEL VALLE REYES.- Es el punto medio entre los dos aspirantes antes mencionados, comenzando por el tema de la edad. Conoce el manejo de los medios de comunicación y lo mismo canta ranchero que declama poemas. Le falta preparación académica y a su paso por el PRI estatal dejó muchos resentidos que hoy están cobrando venganza.
JORGE MORALES BARUD.- El más preparado académicamente y con menos puntos negativos en contra, además de que ya dio una muestra de su estilo para gobernar. Su único obstáculo es que se relacionó demasiado con el PAN y difícilmente las bases priístas aceptarían que se hiciera realidad la parábola bíblica del hijo pródigo.
JORGE MEADE OCARANZA.- Es el que tiene la mejor estructura mediática-electoral, pero su pasado lo traiciona. Proviene del porrismo universitario y ocupó la Secretaría de Obras Públicas en la peor época del PRI. Sería un buen candidato, pero aún con todo el trabajo previo que ha hecho las encuestas no le favorecen.
MARISELA SÁNCHEZ CORTÉS.- Tiene muchos atributos políticos, maneja mucha gente, sobre todo mujeres, pero ya lo intentó una vez y fracasó. Difícilmente le darían una segunda oportunidad. Es más fácil que se le vea como un complemento de Guillermo del Valle.
FERNANDO MARTÍNEZ CUE.- Fortaleza: retrata bien. Debilidad: Ya pasó por el PAN y por el PRD. Su mercenarismo no tiene límites.
RODOLFO BECERRIL STRAFFON.- Demasiada preparación académica pero alejado de las bases. Mercadológicamente sería un producto difícil de vender.
SAMUEL PALMA.- Un político equilibrado, serio, conciliador. Es morelense pero la mayor parte de su carrera política la hizo fuera, por lo que es poco conocido.
ARIOSTO GENEL.- Hombre de convicciones, buena gente, sano en todos los sentidos. Le afecta su relación con Jorge Carrillo Olea y es muy poco conocido.
JORGE CARRILLO OLEA Y “LOS SEÑORES DEL NARCO”
Cuando el general Jorge Carrillo Olea fue contactado por la periodista Anabel Hernández para escribir su libro “Los señores del Narco”, creyó que había conseguido quien lo reivindicara tras su penosa salida del gobierno morelense. Para ganársela, la proveyó de toda la información que había reunido desde que dirigió el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
El libro fue todo un éxito, pero Carrillo Olea no logró que “Los Señores del Narco” lo pusiera como un experto en seguridad nacional y lo regresara al añorado terreno de la política.
Astuta, acuciosa en sus investigaciones y objetiva en su forma de escribir, Anabel no cayó en el juego del ex gobernador y la única mención en la que lo favoreció fue la que viene en la página 37: “Durante los dos primeros años del sexenio de Salinas, Jorge Carrillo Olea estaba en la Secretaría de Gobernación, con Fernando Gutiérrez Barrios, recomponiendo los sistemas de inteligencia del Estado por instrucciones directas del presidente de la República. Carrillo Olea tenía vasta experiencia en la materia, incluso se podría afirmar que es el padre de la “inteligencia” en México, si es que hay alguna”.
De ahí en fuera la periodista y escritora no le perdonó nada al general retirado a pesar de que éste le narró con lujo de detalles cómo fue la entrega de Joaquín Guzmán Loera del gobierno guatemalteco al mexicano en junio de 1993.
Anabel Hernández “le da chance” al militar de que se luzca narrando cómo le sigue los pasos al hoy considerado capo más importante de México y de varios países hasta ubicarlo en Guatemala y ordenar su captura para después traerlo a la cárcel de Puente Grande.
Lo que el general no sabía es que la periodista ya traía una investigación previa según la cual la captura del Chapo fue pactada entre el gobierno mexicano (corrompido hasta el tuétano por el narcotráfico) y el grupo de Amado Carrillo Fuentes.
“Dicen que hay una confesión de Joaquín Guzmán donde involucra a personajes muy importantes de México”, le dijo la periodista a un sorprendido general en retiro que la recibió en su residencia de Cuernavaca a finales del 2009.
“Ese documento sí existe”, contestó Carrillo Olea haciéndose el interesante.
“En un principio (Carrillo Olea) dijo que no había estado en el interrogatorio y no sabía lo que había dicho Guzmán Loera. Pero al final reconoció que sí tuvo el valioso documento en sus manos. Desde cuándo es algo que no aclaró”, dice la autora en el mencionado libro.
Tras escuchar las “patoaventuras” del general Carrillo Olea y regodearse de la creación de la primera agencia de inteligencia mexicana, la periodista acorraló a su entrevistado grabadora en mano:
“-Qué pasó con esa información (la primera declaración de Guzmán Loera)? ¿Se hizo una investigación al respecto? ¿Es cierta?.
-No lo sé. Lo de Ponce Rojas…bueno. Todas son acusaciones muy directas y muy gordas. ¿Fueron ciertas o no? ¿Por qué no se investigaron? Quién sabe”, contestó tartamudeante JCO, contrastando con la imagen que había dado hasta ese momento, de que no había nada que no supiera “el padre de la inteligencia en México”.
Anabel no se amilanó y cuestionó directamente a su anfitrión:
“¿A usted no le correspondía investigarlas?
No. Estaba el subprocurador de Averiguaciones Previas. Ahí había una laguna porque se detiene a El Chapo y se le procesa. A mí no me interesa meterme en esas cosas”, contesta Carrillo Olea, quien para esos momentos ya no quería queso sino salir de la ratonera.
A través de su libro y siempre apoyada en documentos, Anabel Hernández relata que en junio de 1993, cuando (Amado) Carrillo Fuentes y El Güero Palma le revelaron al procurador Javier Coello Trejo el paradero de El Chapo, Amado ya era todo un lord del narco. Carrillo Fuentes se asoció con el cartel de Medellín a través de un primo de los hermanos Ochoa. Más tarde, la muerte de Pablo Escobar Gaviria en diciembre de 1993 lo fortaleció aún más. “Al vincularse con los dos principales cárteles colombianos, El Señor de los Cielos comenzó a mover 40 veces más cocaína a Estados Unidos de lo que llegó a traficar Felix Gallardo. En los expedientes de la DEA, Carrillo Fuentes llegó a ser calificado como el narcotraficante mexicano más poderoso”, apunta Anabel.
A lo largo de su libro, la ganadora del Premio Nacional de Periodismo 2002 explica con nombres y fechas cómo es que el narco se apoderó de nuestro país durante los gobiernos priístas y expone su hipótesis de que el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, es el vínculo entre el Cártel de El Chapo y el gobierno panista.
Políticos, empresarios, artistas, jefes policiacos, todos con nombre y apellido vienen en este libro que conforma un auténtico rompecabezas de corrupción. Carrillo Olea aparece a lo largo de todo el libro como aquella ave que cruzó el pantano y nunca se manchó. Siempre con aires de sabelotodo, pero evasivo o amnésico cuando le conviene. En lo personal, creo que finalmente Anabel sí le retribuyó con un trato privilegiado la información que le proporcionó, pero quien lee “Los señores del Narco”, se puede quedar –al igual que un servidor- con la idea de que el general Carrillo Olea sabe mucho más de lo que le declaró a la extraordinaria escritora.
Por cierto, el actual presidente del PRI-Morelos aparece en la página 468 de “Los señores del Narco”.
EL NUEVO SECRETARIO DE FINANZAS
A la vista un expediente marcado con el número SC/3ª./034/03-01 con la leyenda Denuncia de Hechos. Presuntos Responsables: Alfredo Jaime de la Torre, Julio César Domínguez, Humberto Robles y Tonatiuh Rojas Maldonado y QRR.
“Con fecha 3 de enero del año 2003 se recibió oficio de Blanca Estela Aldana Alejandre, Subsecretaria de Coordinación y Desarrollo Administrativo de esta Secretaría de Seguridad Pública, quien informa que al realizarse una revisión a algunas de las bitácoras mediante las cuales se lleva el control del consumo de gasolina de los vehículos asignados a esta Secretaría de Seguridad Pública en el Estado, del análisis de las mismas se perciben algunas irregularidades, ya que los formatos bitácoras no eran congruentes con el orden y registro que deben llevar las citadas bitácoras, es decir, no contienen los requisitos que deben de tener las mismas en su llenado, solicitando que se proceda legalmente en atención a tales hechos; donde en dichos formatos se observa que las mismas se encuentran elaboradas en computadora y no de puño y letra como en la normalidad se realiza por el responsable de la elaboración y llenado de dichos formatos bitácora, asimismo, en dichos formatos sólo aparecen dos firmas correspondientes cada una de ellas al que en ese momento fungía como subsecretario de Coordinación y Desarrollo Administrativo, y otra que aparece el recuadro que dice elaboró, desconociendo a quien pertenezca dicha firma sin contener las demás firmas que en la normalidad realizan los que participan en el proceso de abastecimiento de la gasolina, las irregularidades a que se hace mención se observan en los formatos de las bitácoras antes señaladas, mismas que abarcan de los meses de 31 de mayo al 13 de octubre del año 2002, siendo un total de 96 formatos analizados y en los cuales aparecen datos relativos a las placas de las unidades que supuestamente participaron en operativos nocturnos, el kilometraje, los litros de gasolina abastecidos y el importe, asimismo el total de la cantidad de dinero erogada por tal concepto”.
El expediente, cuya copia fue obtenida por este reportero en diciembre del 2006, traía un “post it” con la leyenda: “Esperar a que prescriba”. Y sí, efectivamente, desde octubre del 2006 permanece escondida en la Fiscalía de Delitos cometidos por Servidores Públicos.
Hasta el próximo viernes
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1 comentario
Hey
como permitir que alguien que le hizo tanto daño a cuernavaca se… Compartelo!