El abanderado del tricolor es un hombre pragmático y multifacético al que conocemos desde que él iba a la Facultad de Derecho para seguir los pasos de su hermano, el magistrado Samuel Sotelo Salgado. Es empresario de la educación, propietario de la Universidad de Ciencias Jurídicas y autor de más de una docena de libros.
Pero la actividad que más le ha dejado económicamente es el litigio. Cipriano encabeza un despacho que ha llevado casos de los más variados y casi siempre polémicos. Si sus contrincantes quieren estigmatizarlo por los juicios que ha llevado va a ser tardado y complicado.
Entre sus clientes están el cantante Joan Sebastian, el ex secretario de Hacienda, Alejandro Villarreal y el diputado acusado de violación, Marcos Zapotitla, pero también ha sido abogado de Catalina “la jefa” Ríos, del catedrático de la UNAM que mató a su esposa durante el acto sexual y ha asesorado lo mismo a Lucy Meza que a las dos Mariselas.
Y por supuesto fue abogado externo del hoy gobernador.
Pocos conocen la historia del guerrerense que llegó de su pueblo a vivir a una casita en la colonia Antonio Barona con su esposa y seis hijos “en escalerita” (el séptimo –José- nacería ya en Cuernavaca) y que tuvo la desgracia de que su esposa falleciera muy joven.
Así es como don Francisco Sotelo Zuloaga llega con un pariente sacerdote que tenía una escuela, La Minerva, y le deja a sus siete hijos para irse a trabajar a Estados Unidos, donde vivió hasta su fallecimiento hace un par de años. Los siete tienen carrera profesional, pero el más destacado es sin duda Cipriano, quien estudió la carrera técnica de contador, la licenciatura y maestría en derecho y un doctorado en Ciencias Políticas.
Ese es Cipriano Sotelo Salgado, quien descartó varias ofertas antes de aceptar la propuesta de Jonathan Márquez Godínez. ¿Es un acierto o un error haber aceptado la candidatura de un partido que lleva 20 años de derrotas seguidas? Lo sabremos el seis de junio próximo, pero de lo que estamos seguros es que el litigante analizó todos los escenarios antes de dar el sí.
Estamos frente a un escenario nunca antes visto en el estado de Morelos en el que todos los partidos políticos (23 hasta ahora) están poniendo toda su capacidad para llegar al poder. Por eso estamos viendo tantas combinaciones de partidos y candidatos.
Sin embargo, los “seguidores de la teoría de la conspiración” ya tienen una historia:
Que Jorge Argüelles Victorero, discípulo del jerarca prísta Manlio Fabio Beltrones, ya habló con su maestro para que éste pacte con su amigo Alejandro Moreno y mande como candidato a Cuernavaca, a un “candidato fácil”, o sea Cipriano Sotelo. Le agregan el factor de que su hermano y su esposa trabajan en la administración pública.
Lo cierto es que en esta elección ya se hizo un revoltijo y hay acuerdos de todos con todos que al final se traducirán en rompimientos y acusaciones de traiciones.
Por ejemplo, ¿cómo entiende usted que sea la gente de comunicación de la senadora Lucía Meza (Morena, ex PRD) la que se encargó de convocar al registro de Sergio Estrada (ex gobernador panista) por el Partido Fuerza por México?
Otro ejemplo: ¿Qué hace José Luis Borbolla (ex cuñado de Sergio Estrada, ex secretario de Francisco Moreno, ex presidente del PES) en la fórmula para la diputación federal por el Partido Acción Nacional?
Y lo que ya hemos señalado anteriormente ¿qué hace el ex candidato del PRI a la gubernatura de Morelos, Amado Orihuela Trejo, como precandidato del partido Morena a la diputación federal?
¿Qué hace el ex candidato del Partido Verde a diputado local, ex precandidato a diputado federal por el PRI, ex candidato a diputado federal por el Partido Humanista, Arnulfo Montes Cuén, registrándose como candidato a diputado federal pero por el Partido de la Revolución Democrática? Como dijera Eugenio Derbez: ¡que alguien nos explique!
Sin duda tendremos un proceso electoral sin precedentes y –hasta ahora- ninguno de los partidos puede decir que ya tiene asegurado el triunfo. Será un concurso de ESTRATEGIAS y mentes creativas (o maquiavélicas) para convencer al electorado bajo la psicosis de la peor pandemia en las últimas décadas.
Recordemos que el porcentaje de abstencionismo tradicionalmente ha rondado el 60 por ciento. Ahora agréguele el porcentaje de ciudadanos que, sí tiene la intención de votar, pero tiene miedo a contagiarse de covid. No sabemos de aquí a junio cómo estará el semáforo de la Secretaría de Salud. Recuérdese que las estimaciones eran de 60 mil muertos en un escenario catastrófico y ya vamos en más de 150 mil. Se decía que el pico de la pandemia sería julio del 2020 y que en diciembre estaríamos ya casi saliendo. Estamos a finales de enero y la ocupación hospitalaria está al borde.
Por lo anterior, los 23 partidos se disputarán unos 100 mil votos si bien les va, y ganará aquel que logre hacer que ese domingo 6 de junio sus simpatizantes salgan de su casa y emitan su sufragio, sin importar si es a cambio de dinero, despensas, promesas de trabajo o por una aspiración legítima de avanzar como sociedad.
Hasta ahora la competencia va así:
El PAN, con sus dos precandidatos, José Luis Urióstegui Salgado y Juan Pablo Adame Alemán, quienes se medirán este domingo que viene en el jardín La Estancia; el Partido Encuentro Social con Jorge Argüelles Victorero, en espera de que se siga respetando la coalición que firmó Morena a nivel nacional sin consultar a la dirigencia estatal; el partido Fuerza por México con Sergio Estrada Cajigal; el PRI con Cipriano Sotelo Salgado y el partido Movimiento Alternativa Social (MAS) con Matías Nazario Morales.
Mas lo que se acumule esta semana.
HASTA MAÑANA.