El pasado lunes en la madrugada elementos de la Guardia Nacional retiraron a los últimos campesinos que hacían guardia en el campamento de la resistencia al gasoducto de Huexca, en el municipio de Yecapixtla. Con ese operativo se da por terminado un movimiento que costó la vida de un activista –Samir Flores- y del que mucha gente, tanto de esa región como de fuera, sacó provecho económico.
Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador vino al oriente de Morelos y sentenció que esa obra se pondría en marcha porque costó mucho dinero y no se iba a desperdiciar, supimos que sería cuestión de tiempo para que se ponga en marcha el proyecto que (por increíble que parezca) fue iniciado por un panista, lo continuó un priísta y lo vendrá a poner en marcha un morenista.
A nivel local, fue el perredista Graco Ramírez quien lo impulsó fuertemente, y aunque no logró dejarla funcionando, sí aprovechó los recursos financieros que tanto la CFE como el gobierno de Peña Nieto mandaron para tratar de convencer a los opositores. Nunca sabremos cuánto dinero se gastó en la compra de voluntades para que desistieran de su movimiento.
Y no se equivocó Jorge Velázquez, vocero del Frente de Pueblos en Defensa del Agua y de la Tierra, quien hace meses declaró lo siguiente:
“Con esto podemos decir que (el presidente) tiene el garrote por el mango en dos caras. Uno, “la mañanera” con los medios para mentir porque dice cosas que no son verdad, y (dos), las fuerzas represivas. Regresemos al 10 de febrero de 2019 cuando López Obrador dijo que aunque hubiera gritos y sombrerazos el proyecto iba, y antes del 23 de febrero (día que se realizaba la consulta ciudadana), el 20 de febrero Samir fue asesinado. Entonces con esto sabemos que antes del mes de diciembre habrá una represión”,
Y no hubo represión porque no ofrecieron resistencia. Según Luis Bravo Navarro, gerente de comunicación de la Comisión Federal de Electricidad, sólo había 10 personas en el campamento de San Pedro Apatlaco, y de esto dieron fe tres notarios públicos.
Insistió en que no se tomará el vital líquido del río Cuautla, sino aguas tratadas, para satisfacer la demanda de energía eléctrica en 80 por ciento del estado lo que permitirá mantener precios de la misma sin aumentos y otorgar las tarifas más bajas a los habitantes de la zona.
“De no realizarse la reactivación de la obra; la inversión, los 25 mil millones de pesos, que es dinero del pueblo mexicano, se convertiría en chatarra y la central de ciclo combinado será únicamente operada por la CFE, y en total armonía con el medio ambiente”, explicó el funcionario de la paraestatal.
Por su parte, el secretario de Gobierno Pablo Ojeda Cárdenas aseguró no hay ninguna suspensión que esté vigente proveniente de los juzgados de Distrito, por lo que la construcción puede continuar “sin violar ninguna disposición de carácter judicial, estaremos evidentemente siempre agotando el diálogo, estaremos trabajando con todos los grupos opositores, hemos trabajado intensamente durante más de un año y medios con los ejidos de Asurco, hemos logrado llegar a acuerdos con 26 de los 32, y con el restante seguiremos trabajando para que conozcan los beneficios de este proyectos”, dijo.
Y como era de esperarse, ya entrada la mañana el líder del Partido Encuentro Social, Hugo Erick Flores, se pronunció abiertamente a favor del proyecto en su acostumbrada conferencia de prensa semanal.
¿Entonces cuál es el problema? Bueno, pues que una parte de la población sigue pensando que AMLO, Morena y todos los que apoyan la termoeléctrica, están traicionando al pueblo que votó por ellos.
En un comunicado, los opositores de la comunidad de Amilcingo expresaron su rechazo a lo declarado por los ejecutivos de CFE y el secretario de Gobierno.
“¿Qué podemos esperar de un gobierno que viola las leyes y los procesos del poder judicial? Como lo estamos viendo lo único que podemos esperar es traición, violencia y uso de la fuerza para imponer proyectos extractivos que no beneficiarán al pueblo?”, cuestionaron.
Aseguraron que en México hay una sobre producción de energía del 40%, aún así se insiste en generar más energía a costa del daño ambiental y social que representa este proyecto. El fin último de este proyecto no es la generación de energía, es el uso del gas natural para impulsar la creación de diferentes corredores industriales a lo largo del trayecto del gasoducto y el desarrollo de diversos ramales. “El fin último es transformar nuestros territorios que históricamente han sido agrícolas a territorios sometidos a una industrialización salvaje que traerá más despojo de agua y de tierras en nuestros pueblos”, sostuvieron.
Con mentiras, compra de conciencias de las autoridades civiles y ejidales, creación de grupos de choque, la custodia de la policía, ejército y ahora la guardia nacional, la violencia y asesinato de nuestro compañero Samir Flores ha sido como han logrado construir este proyecto, solo a través de la violencia, la corrupción y la ilegalidad.
“Señor Obrador ¿no que primero los pobres? ¿no que combatiría la corrupción? Sus palabras son sólo eso, en los hechos no está tomando en cuenta la decisión de las asambleas de los pueblos, de esos pobres que tanto usa en sus discursos populistas. La lucha contra la corrupción que tanto pregona en realidad no existe, al contrario, se ha fomentado al comprar a las autoridades ejidales de ASURCO encabezados por Rogelio Plasencia Barreto”.
Nuestra opinión es que tanto López Obrador como el gobierno de Morelos y el PES tienen sus razones para apoyar este proyecto y todo parece indicar que nada va a impedir que funcione la termoeléctrica.
Pero habrá un costo político por ello y eso lo veremos en las elecciones del 2021 y después en las del 2024.
El mejor ejemplo de lo que puede suceder lo tuvimos en el ex gobernador Graco Ramírez, quien se olvidó de todas las promesas que hizo en campaña y –utilizando la bandera de la izquierda y al lado de AMLO- llegó a la gubernatura para comportarse como un gobierno de derecha.
En el 2018 recibió la respuesta de los ciudadanos a su política en favor de los que más tienen, con un rotundo rechazo a la continuidad de su proyecto reflejado en la candidatura de su hijastro Rodrigo Gayosso.
HASTA MAÑANA.