La noticia cayó como balde de agua fría en el sector sindical del estado de Morelos, donde algunos ya se veían como representantes de la organización más poderosa del país y que cuenta “con la bendición” del presidente de la República.
“El Ejército mexicano, en colaboración con autoridades de la Ciudad de México, detuvo al líder de la Confederación Libertad de Trabajadores de México (CLTM) conocida también como Sindicato Libertad, Hugo Bello Valenzo”, informaron los diarios nacionales la tarde-noche del miércoles.
Horas antes, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) bloqueó sus cuentas porque detectaron presuntas operaciones irregulares a seis personas físicas y cuatro empresas vinculadas a él y a la CLTM.
La UIF dio a conocer que el líder sindical usó al sistema financiero para dispersar recursos por mil 252 millones de pesos obtenidos por sus actividades criminales, mediante prestanombres, su esposa, dos de sus hijos y otras personas.
También lo señaló por haber hecho retiros en efectivo por 844 millones de pesos. Usó ese dinero para comprar diez bienes inmuebles por 44 millones de pesos, así como ocho vehículos por 15 millones.
Hugo Bello (homónimo de un reconocido abogado en el estado de Morelos) estuvo en Morelos a mediados del año pasado y sostuvo reuniones con diversos personajes de la política, el sindicalismo y la comunicación de esta entidad.
Estaba que no cabía de felicidad y su futuro era más que promisorio. Se presentó como “el líder sindical más cercano a Andrés Manuel López Obrador”, tras haberle generado más de un millón de votos en las pasadas elecciones.
Su orgullo era haber empezado desde abajo. “No me da vergüenza decir que fui vendedor de periódicos, carpintero, albañil, de todo. Tenía 17 años cuando llegué a la ciudad de México porque yo nací y me crie en un pueblito de Mochitlán, Guerrero”, decía mientras sostenía un puro entre sus dedos con abundantes anillos y su reloj Rolex brillaba como si tuviera luz propia.
Y fueron muchos los que le creyeron. Uno de ellos el joven abogado laboralista Luis Manuel Rodríguez Bernabé, quien aceptó el cargo de dirigente en Morelos de la Federación de Sindicatos Libertad.
Otro fue Rassiel Castrejón, (hermano de Roberto, asesinado junto con Jesús García, en mayo del año pasado, en pleno zócalo de Cuernavaca) quien de inmediato ofreció la adhesión de los Sindicatos Unidos Nueva Generación (SUNG), con más de trescientos trabajadores afiliados.
“La Confederación Libertad de Trabajadores de México cuenta con más de 2 millones de agremiados, más de 50 sindicatos nacionales y decenas de estatales, en 20 estados del país, incluido Morelos en el que ya se han afiliado a sus filas trabajadores provenientes de varios sectores e industrias entre los que destacan actividades comerciales, de la construcción, transporte de agua en pipas, taxistas, transportistas de carga además de comerciantes ambulantes y semifijos de todos los municipios de la entidad”, presumía una nota publicada en la edición digital de “El Txoro Matutino”.
Pero esa era solamente una cara del Sindicato Libertad. Detrás de esa benefactora agrupación sindical hay una estructura que opera muy parecido a la delincuencia organizada.
“Las acciones violentas de Hugo Bello a través de sus grupos de choque, como lo ha hecho recientemente en la Ciudad de México y antes también en Oaxaca, podrían ahora ser inclusive contra sus propios integrantes para acrecentar el conflicto. Los bloqueos ubicados en los accesos de la capital de esa entidad sureña, como son Hacienda Blanca, el crucero al Aeropuerto, la avenida Símbolos Patrios y sobre la carretera 190 a la altura de Huajuapan de León, se mantienen desde la mañana de hoy. Por ello, la PGR continúa las investigaciones que permitan su inmediata presentación ante las autoridades competentes, luego de que sus sicarios han sido detectados en esta entidad”, publicó el Portal Ciudadanía-express.com
“De los excesos recientemente conocidos a estos dos delincuentes amparados en los gremios sindicales se sabe que en lo que va del año, llegaron a adquirir hasta 4 vehículos blindados de reciente modelo, con un valor superior a los 3 mdp cada uno, los cuales eran desechados al día siguiente de quedar inhabilitados después de una buena borrachera en las que desde luego el alcohol, las drogas y los sexoservidores, para todos los gustos, era lo que imperaba”, reportó SDP Noticias.
Además de Oaxaca, Bello Valenzo operó en Puebla, donde desarrolló proyectos de la industria militar, y trabajos carreteros en Esperanza, El Seco y la central fotovoltaica de Iberdrola.
Se le atribuye la comisión de un homicidio, aunque no se menciona cuál, pero podría tratarse del asesinato del exalcalde de Valle de Chalco Solidaridad, Francisco Tenorio Contreras, quien murió el 2 de noviembre de 2019, tras cinco días de permanecer hospitalizado por disparos en la cabeza realizados en su contra el 29 de octubre de ese año.
Posteriormente, el 25 de noviembre, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México aprehendieron a dos muchachos de 16 y 18 años que habían sido levantados, torturados, baleados y abandonados en las calles de la alcaldía Tláhuac. Uno de ellos, mal herido, confesó ser el autor material del exalcalde.
Es decir, hay una perversa relación entre los cárteles de la droga y las organizaciones sindicales. Ambos tienen sicarios que extorsionan, amenazan y asesinan, y el producto de esos delitos es “lavado” de una forma muy parecida.
Queremos pensar que de ello fue informado el presidente de la República y decidió mandar un mensaje de que no va a proteger a delincuentes, por lo que le ordenó a Santiago Nieto Castillo que les congelara las cuentas y después la Fiscalía General de la República se encargó de detenerlo.
Pero no hay que cantar victoria con la detención de este presunto delincuentazo. Falta ver qué trato le dan las autoridades, si ponen al aparato de justicia en “modo Emilio Lozoya”, o en “modo Rosario Robles”, porque ya vimos que en este país la aplicación de la ley no es la misma para todos.
HASTA EL LUNES.