Todavía no asume la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos y el magistrado Rubén Jasso Díaz ya ha sido tachado de todo. Lo menos que le han dicho es que es “graquista”, que llega a “cuidarle las espaldas” a la actual presidenta Carmen Cuevas, y que quien mandará en el TSJ será su papá.
Como ya es de todos sabido, el pasado martes 5 de mayo se llevó al cabo la Primera Sesión Extraordinaria de Pleno Público Solemne, (transmitida en vivo por la cuenta oficial de Facebook “TSJMorelosOficial” ante la vista de 13,678 personas) se eligió por unanimidad de los magistrados presentes a su homólogo, magistrado Rubén Jasso Díaz como presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) para el periodo comprendido del 18 de mayo de 2020, al 17 de mayo de 2022.
Tras el pase de lista, los nueve magistrados presentes decidieron por unanimidad de votos continuar con la Sesión de Pleno “en virtud de la inasistencia injustificada de nueve de sus compañeros a las sesiones del pleno por no existir impedimento legal alguno para continuarla, lo que ha sido una práctica reiterada en el casi último año, con el argumento de no estar supeditando el interés público al interés particular y caprichoso de los Magistrados inasistentes”, mencionó el comunicado oficial que emitió la todavía magistrada presidenta.
Y ya lo referíamos ayer que esa foto donde Rubén está rindiendo protesta será histórica, pues lo hace con el rostro cubierto con un cubrebocas y con guantes por recomendación de las autoridades sanitarias derivado de la epidemia conocida como covid 19.
La foto oficial, en lugar de ser con los magistrados formados hombro con hombro dando una imagen de unidad, ahora fue con metro y medio de separación entre uno y otro.
Mencionábamos en nuestras redes sociales que la designación del titular con nueve votos no tenía precedentes en la historia, pero inmediatamente el magistrado Manuel Díaz Carvajal atajó en Facebook: “No, en mayo de 2014 la elección también se decidió con el voto de nueve magistrados”. Y tiene razón.
Bueno, de hecho la sesión de aquel 14 de mayo del 2014 comenzó con ocho magistrados (siete numerarios y la presidenta, Nadia Luz Lara Chávez). Cuando la oficial mayor iba a dar lectura a la orden del día, la magistrada presidenta la interrumpió para manifestar que, en virtud de que los magistrados ausentes fueron debidamente notificados y no acudieron “se procede en términos de lo dispuesto por el artículo 21 de la ley Orgánica del Poder Judicial a cubrir en el orden que el Pleno determine la ausencia temporal del magistrado que por número le corresponda, y asimismo sustituirlo por un magistrado supernumerario a efecto de que se lleve a cabo esta sesión de Pleno”.
En cuestión de minutos Guillermina Jiménez Serafín fue declarada magistrada numeraria en sustitución de Carmen Cuevas y enseguida se procedió a iniciar la sesión que tenía como único punto la elección del magistrado presidente para el periodo 2014 al 2016, reeligiéndose así Nadia Lara.
Sí, la misma que el martes aprovechó la conferencia de prensa que ofreció Carmen Cuevas y esperó a los reporteros en las escaleras para declarar que la sesión en la que designaron presidente a Rubén Jasso fue ilegal pues sólo acudieron nueve de los 18 magistrados, y el resto no fue debidamente notificado.
Sin embargo, en el referido comunicado de prensa que emitió la oficina de Comunicación Social (muy sui géneris por cierto), se advierte que en la sesión programada para las 10 de la mañana, con la intención de alargar el periodo de inactividad derivado de la epidemia, acudieron además de los nueve magistrados presentes en la sesión de las nueve horas ya citados, los magistrados Nadia Luz María Lara Chávez, Andrés Hipólito Prieto, Bertha Leticia Rendón Montealegre, Rocío Bahena Ortiz, Juan Emilio Elizalde Figueroa y Ángel Garduño González, “lo que evidencia que dichos magistrados, sin razón ni motivo legal alguno, decidieron de manera caprichosa asistir a un pleno y al otro no, pues fueron convocados de la misma manera y a la misma hora a ambos” .
Y remata el boletín (que escribió el jefe de prensa pero que parece que estuviéramos escuchando a Carmen Cuevas):
“Existiendo otros como Carlos Iván Arenas Ángeles quien asistió a las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia desde muy temprano pero no asistió a ninguna de las sesiones del Pleno llevadas a cabo el día de hoy por razones desconocidas, Norberto Calderón Ocampo y Jorge Gamboa Olea ése último quien prefirió asistir al programa de radio el Txoro Matutino que al Pleno a cumplir con su obligación legal y constitucional”.
Fue en ese programa precisamente (como derecho de réplica después de que Jorge Gamboa “se descoció” en contra de sus nueve compañeros) que Rubén Jasso aclaró ayer que ni es graquista, ni panista, ni mucho menos representa los intereses del partido en el poder.
Y nos consta que es así.
Rubén Jasso fue designado magistrado numerario en 2009 durante el gobierno del panista Marco Adame Castillo. En ese “paquete” iban también María Idalia Franco Zavaleta, Ángel Garduño González y Carlos Iván Arenas Ángeles, así como Norberto Calderón Ocampo.
Rubén entró como propuesta del PRI (partido en el que militó su padre, Felipe Jasso Escobar), pero más bien como un reconocimiento a la carrera judicial de quien comenzó a trabajar como secretario de acuerdos apenas terminando la carrera de Derecho en la UAEM.
En aquel tiempo (antes de que entrara en vigor “el regalo de Graco”) los magistrados tenían que ser evaluados y ratificados a los seis años.
El 17 de julio del 2015 concluyeron su periodo de seis años los magistrados antes mencionados. Dos meses antes, mediante un acuerdo de la Junta Política y de Gobierno, se determinó que sólo se someterían a votación del pleno cuatro dictámenes de los cinco magistrados que se encontraban en evaluación, dejando fuera a Norberto.
Luego, determinó dictaminar en contra de la permanencia de Carlos Iván Arenas, Ángel Garduño y María Idalia Franco, ratificando solamente a Rubén Jasso. Al final todos se quedaron mediante amparos.
En esa ocasión, quien le hizo creer que le debía su ratificación en el Congreso fue el entonces consejero de la Judicatura, Julio Ernesto Pérez Soria, quien le cobraría con creces el favor. Pero -como decía aquel anuncio de televisión- esa es otra historia.
HASTA MAÑANA.