Por cosas de la vida los cumpleaños de mi vida han pasado así, como si nada, es decir sin mucho alboroto. Cuando fui niña mis padres trabajaban mucho y nunca, nunca, créanlo, tuve una fiesta de cumpleaños, eso sí el pastel de dos pisos nunca faltó, éste lo partíamos en familia, mis padres y mis hermanas que hacían mucho bulto, imagínense ¡tengo seis hermanas y un hermano! Siempre hubo mucho ruido en mi casa, quizá por eso ahora disfruto mucho de mis espacios de silencio, de estar a solas… Esos son los recuerdos que tengo de mi pastel de cumpleaños. Debo decirles que nunca fui amiguera. ¡Ahora caigo en la cuenta! Las fiestas de cumpleaños y cualquier otra reunión ayudan a socializar, es por ello que nunca goce de popularidad, así que las fiestas de cumpleaños no me hacían gran ilusión. Y debe ser por eso que amo mucho a mi familia y ¡los pasteles!
Recuerdo que no me gustaba ni tantito, que los demás que no fueran mi familia se enteraran de mi cumpleaños, no sé porque no me gustaban las felicitaciones, ¡extraño lo sé!
Fueron pasando los años y los cumpleaños me fueron gustando más porque mis papás me daban de regalo dinero y éste lo gastaba en lo que más me gustaba y me sigue gustando "la ropa", adoro la moda. Así que el pastel pasó a segundo plano aunque jamás está fuera de mis festejos.
Ayer que cumplí años me puse la tarea de recordar, mientras comía mi enorme rebanada de pastel de galleta oreo, mi preferido en el mundo mundial, el cumpleaños más feliz que he tenido. Definitivamente todos han sido especiales porque los he pasado en compañía de mi familia, principalmente de mis padres, amigos y amigas del alma y para mí eso ha sido suficiente.
Pero debo confesar que hace dos años tuve un festejo especial. Como que tuve un boom de popularidad ¡En serio! Lo digo honestamente y sin caer en algún tipo de presunción. Festejé varios días. La tradicional cena en mi casa con mi familia. El desayuno con las amigas de la primaria. La comida con las amigas del gym y la cena con las amigos de la prepa y claro no podía faltar el festejo especial con el galán. O sea que en resumidas cuentas tuve días de festejos y recibí además muchos regalos.
Ahora veo los cumpleaños como una oportunidad de convivir y reencontrarte con viejos amigos, y es padrísimo descubrir que así pasen los años tus amigos lo siguen siendo aunque no compartan contigo el día a día. Me llena de emoción que sin ser amiguera tengo una gran lista de amigos, buenos amigos que han estado conmigo en diferentes etapas de mi vida.
Este año lo festejé con la cena en familia y mi primer y mejor regalo fue el abrazo que recibí de mi mamá y mi papá, soy afortunada por seguir contando con ellos.
Existe algo que hace diferente este festejo: estoy consciente de que ya tengo un año más y siento que ¡no puedo con eso! Por ello voy a caer en la estadística de las mujeres que ¡ya cumplieron tres veces la misma edad!
Mi plan es ya no cumplir años, ¡ahora festejaré experiencia!
Desde aquí le mando un saludo y abrazo a Sandra C., Sandra A, Lilia, Male, Luz Elena, César, Araceli, Ricardo A., Lorena, Erica, Ricardo G., Marie France, Carmen y Lupita, Conchita, Clara, Nadia, Sara, Omar, Rocko Díaz, Rafael, Yesenia, Mónica, Ana, Martha D., señora Lulú, Martha Fernanda, Polly, Daniel, Lulú, Lalo... ¡Gracias!